Por muchos años y generaciones, las reinas y reyes han enseñado al pueblo a odiar a los monstruos marinos y enviado a numerosos cazadores a acabar con ellos, lo cual ha provocado el odio hacia los animales y de estos a los humanos. Sin embargo, cuando el Capitán Crow, apoyado, principalmente, por Jacob se embarcan en una gran tripulación en un último viaje para terminar con una enorme criatura roja, en contra de su voluntad, la pequeña Maisie se une a ellos para demostrarles cómo se debe tratar a las criaturas de los océanos.

Una de las sorpresas más agradables de Netflix es toparse con Monstruo del mar (The Sea Beast/EU/2022), dirigida por Chris Williams (codirector de Bolt: Un perro fuera de serie, 2008; Moana: Un mar de aventuras, 2016), no tanto por la historia que expone, sino por los recursos de los que se vale para ello, en especial los visuales, los cuales hacen que la cinta se disfrute enormemente y quede en la memoria por más tiempo del que, comúnmente, permanecen otras mega producciones muy anunciadas, que generan expectativas más altas, pero que no cumplen con lo que prometen.

La película escrita por el propio Williams y Nell Benjamin es impresionante en sus imágenes: el manejo del color (arena, mar, monstruos), las texturas, la iluminación; los diferentes contextos (barco, isla, castillo) hechos de manera meticulosa, como si fueran reales; los personajes tanto humanos como marinos (movimientos, gestos); los desplazamientos, planos y ángulos, sobre todo en los combates, no decepcionan a nadie, a lo cual contribuye una música a cargo de Mark Mancina que va muy acorde con ese mundo de piratas.

Aunado a todas esas bondades, las contribuciones más valiosas del filme pudieran ser la personalidad y el discurso de Maisie. La niña es valiente, perspicaz, inteligente, madura, perseverante, soñadora, lo que le es muy útil al leer los relatos que abordan los combates entre sus antepasados (entre ellos sus padres) y los monstruos marinos, para analizarlos, cuestionarlos y criticarlos.

En relación con eso, uno de los momentos más significativos de la película es cuando la pequeña enfrenta a los reyes y le hace ver al pueblo que la historia que le han contado por muchos años es mentira, y que se le da credibilidad porque se “oficializa” y aparece en los libros, lo cual lleva a una conducta social equivocada y perjudicial para la mayoría. Lo anterior es fácilmente ubicable en diferentes aspectos reales.

Solo por poner un ejemplo: es muy diferente decir que los españoles “conquistaron” América, lo que se ha dicho por muchas décadas, a decir que los españoles “invadieron” América, versión que no se menciona tanto: lo primero tiene una connotación positiva, suena “bien”, pero no es verdad; lo segundo es negativo, se escucha “mal”, aunque es real.

Más que una trama lenta en su primera mitad y que al final queda la sensación de querer más aventuras, lo que le da posibilidad de convertirse en una franquicia, el inconveniente de Monstruo del mar es su parecido con Cómo entrenar a tu dragón: la cara de Rojo y la idea de hacerlo ver como un animal “bueno”, recuerdan algunos de los dragones de la cinta de 2010 y la manera de cómo se adiestran. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 24 de julio de 2022 en la edición 1017 del semanario Ríodoce.