Sinaloa en semáforo amarillo, con la pandemia estacionada y cifras manoseadas

CULIACÁN. La ciudad con más contagios.

El coronavirus sube y baja incidencia casi por decreto en Sinaloa. Esa opinión se generaliza en redes sociales. Luego del anuncio del retorno en Sinaloa al color amarillo en el semáforo epidemiológico, la suspicacia recae otra vez en los datos de la Secretaría de Salud.

El salto del rojo fue doble, pasó por encima del naranja. La semana del 23 de agosto al 5 de septiembre el color amarillo estará vigente en un estado que sigue contabilizando casi 30 muertes cada 24 horas y un promedio arriba de 2 mil pacientes con el virus activo y una incidencia de casi 400 contagios diarios de COVID-19.

Sin embargo, esos datos son suficientes para que la autoridad federal y estatal decretara la medida bajo el argumento de la disponibilidad de camas de hospital y una presunta baja incidencia en el estado.

“Deseo informarles que nos llegó oficialmente la información de Salud Federal en relación al semáforo epidemiológico, Sinaloa a partir del 23 de agosto al 5 de septiembre pasa a semáforo de color amarillo, es un semáforo epidemiológico de riesgo moderado y ello ha sido gracias a las medidas implementadas y el apego de las acciones por toda la sociedad indicadas por los tres niveles de gobierno”, explicó el secretario Efrén Encinas Torres.

En medio de esa fecha, el lunes 30 de agosto, está previsto dar inicio a las clases presenciales y si bien en Sinaloa sigue siendo tema de discusión el modelo a seguir, las directrices federales proponen actividades en las aulas.

Y en comparación con picos anteriores, las cifras actuales para Sinaloa distan de ser bajas. En agosto de 2020 Sinaloa dejó 3 mil 402 contagiados y un promedio de 698 pacientes con el coronavirus activo y 20 muertes cada 24 horas.

En contraparte, las primeras dos semanas de agosto en este 2021 contabilizan 6 mil 075 contagiados, es decir, casi el doble que hace un año. Además, el promedio de casos activos ronda los 3 mil pacientes y las muertes reportadas cada 24 horas suman 30.

Parámetros a modo

Uno de los parámetros para decidir el salto del rojo al amarillo en el semáforo epidemiológico ha sido la disponibilidad de camas de hospital.

Según los datos de Salud Estatal y de acuerdo a los indicadores tomados en cuenta por parte de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud Federal, se tiene como resultado un porcentaje de 39.8 por ciento de camas generales ocupadas en hospitales de la Red IRAG, un porcentaje de 42.2 por ciento en camas con ventilador ocupadas en los hospitales de la Red IRAG.

En el pasado esos parámetros fueron negados por la autoridad local luego de que constantemente se consignara que según la misma Red IRAG hospitales del estado acusaban capacidad al 100 por ciento durante julio.

La información de la misma Red al jueves 19 de agosto coloca a Sinaloa con cuatro hospitales al 100 por ciento de su capacidad en camas de ocupación general (los del IMSS en Guamúchil, Navolato y Guasave y el General de Mazatlán) y tres arriba del 50 por ciento.

En camas con ventilador, el mismo corte arroja que 10 hospitales del estado se encuentran arriba del 50 por ciento de su capacidad, dos de ellos al 100 por ciento (Regional Militar de Mazatlán y de Eldorado de los Servicios de Salud de Sinaloa) así como un par al 70 por ciento (el General de Los Mochis y el del ISSSTE en Culiacán).

Por último, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) la situación es más delicada con cuatro hospitales al 100 por ciento de su capacidad en el HGR1 del IMSS en Culiacán, el General de Eldorado, el Militar Regional de Mazatlán y el General de Los Mochis.

Además, al 88 por ciento el General de Guasave, y al 83 y al 80 los del IMSS en Los Mochis y Mazatlán.

Lo grave en este caso son la cantidad de pacientes que no logran egresar con vida después de convalecer por COVID-19. Casi el 50 por ciento de los casos ingresados a hospitales fallecen en Sinaloa, según datos publicados por este semanario en la edición pasada.

Y si bien el estado presume capacidad hospitalaria del 53 por ciento en disponibilidad, municipios como Culiacán, Mazatlán, Ahome y Guasave acumulan la mayor cantidad de casos y hospitalizaciones, dejando al resto de los municipios sin camas ocupadas.

Según el último corte estatal, en Sinaloa hay 669 pacientes internados en alguna de las mil 570 camas habilitadas para el COVID-19 y 628 de ellos en esos cuatro municipios que en conjunto tienen capacidad de mil 350 camas.

Luces intermitentes

Culiacán ha sido la ciudad que más ha padecido por el COVID-19. Las políticas municipales para mitigar el virus nunca lograron ser efectivas, y durante esta tercera ola la tendencia es la misma: privilegiar la economía.

Sin embargo, al menos desde la presidencia municipal existe consciencia en el manejo del semáforo epidemiológico. Así lo consignó el alcalde Jesús Estrada Ferreiro quien respondió ante reporteros y reporteras que el mejor semáforo para la capital son los hospitales.

“Con semáforo naranja, verde, morado, amarillo, cremita, lila, de muchos colores, de arcoíris también, tienen que cumplir con las medidas sanitarias ahorita y siempre, siempre. No es cuestión de semáforos, es cuestión de moralidad, de responsabilidad, es cuestión de ética también”, dijo.

Después de seguir las directrices emitidas desde gobierno del estado, el alcalde señaló la mañana del lunes 16 que Culiacán tiene sus propios parámetros para ello, y que más allá de un color de un semáforo epidemiológico y estadísticas con la presunción de manipulación, el mejor parámetro es voltear a ver hospitales y calles.

“Si Culiacán sigue en rojo, en Culiacán no cambia nada, o sea, lo que el estado tenga de política estatal es una cosa y Culiacán es otra. Formamos parte del estado de Sinaloa, somos respetuosos del gobierno del estado pero no vamos a ir con los números nada más sino con la realidad”, dijo.

“Sabemos también que muchas veces, no nomás en Culiacán y Sinaloa sino en muchas partes del país, han ocultado información, se han alterado números por lo que tú quieras pero no vamos a irnos con los números nada más sino con lo que estamos viendo diario”, añadió.

Sin embargo la política estatal dice otra cosa. Da la impresión de que nunca ha sido idea que los contagios cesen. Mientras haya camas en los hospitales y se siga vacunando a la gente, los muertos y pacientes siguen contándose en Sinaloa, en una pandemia que se ha prolongado con 70 mil sinaloenses con el virus contraído y más de 7 mil 500 fallecidos.

La última vez que en Sinaloa se precipitaron en el cambio de color del semáforo epidemiológico fue durante mayo, justo un mes antes de las elecciones y durante la segunda parte de las campañas políticas.

El resultado, 40 días más tarde, colocó a Sinaloa como una de las entidades con mayor incidencia del virus.

Artículo publicado el 22 de agosto de 2021 en la edición 969 del semanario Ríodoce.

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