Alcaldesa de El Fuerte deberá explicar al Congreso el proceso para sanear el agua

Planta de agua potable mochis

De la noche a la mañana, el agua para consumo humano que distribuye por la red la Junta de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de El Fuerte (Japaf) pasó a ser incolora, luego de años de suministrarla turbia.

En la cabecera municipal nadie sabe qué formula se utilizó para obrar la magia, pero todos recuerdan que ocurrió justo horas después de que el diputado por el primer distrito electoral, Gildardo Leyva Ortega, proveniente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), obtuviera un punto de acuerdo de “urgente y obvia” resolución para que compareciera en el Congreso local, Nubia Xitlali Ramos Salazar, alcaldesa, y explique las acciones que realiza para garantizar la potabilización y el suministro para consumo humano, pero sobre todo exponga la situación financiera y técnica de la paramunicipal.

En su justificación, Leyva denunció que durante años, los usuarios se han quejado del pésimo tratamiento del agua cruda que llega turbia al punto de “chocolatosa”, lo que desató la molestia social.

Recordó que en el 2018 la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepriss) encontró materia fecal en el agua para consumo humano y ordenó mejorar la cloración, y en el 2016 ocurrió un brote de hepatitis que fue atribuido al agua contaminada.

La Japaf, aseguró, desde años acusa un desastre financiero cuyo origen no se ha encontrado, o bien se ha ocultado.

José Noradino Rodríguez Ayala, profesional del tratamiento de agua y residente local, consideró que el agua que procede del río Fuerte realmente puede tener componentes “mágicos” porque de la noche a la mañana se pudo beber, cuando antes ni siquiera servía para uso doméstico como el lavado de enceres domésticos, pisos y ropas.

“Pudo más un ‘punto de acuerdo’ que años de tratamiento químico”, dijo.

Sin embargo, consideró, que el tratamiento que volvió incolora el agua pudo realizarse a cabalidad por los técnicos con orden de la gerencia general ante el temor de que sea el Congreso de Sinaloa el que revise los estados financieros y encuentre pagos por falsos suministro de químicos, o bien reactivos de mala calidad e innecesarios. “Esto puede ser una manera de encubrir lo que realmente sucede en la paramunicipal”.

Comentó que los usuarios perciben que los problemas financieros de la dependencia en realidad son malos manejos que se confirmaron en julio del 2018 cuando el alcalde interino, Marco Antonio Cota González ceso fulminantemente al gerente general, Javier Soliz, gerente de operaciones, Camilo Ruiz y a la gerente administrativo, Ana Laura Flores, cuando el sistema de conducción y potabilización dejó de funcionar durante cuatro días.

Para el profesionista que ha diseñado y operado varios sistemas de potabilización, el problema de la calidad del agua y financiero de la Japaf es político, de aptitud y de conocimientos. “La normatividad se la pasan por el arco del triunfo, sus decisiones no son técnicas sino tasadas en pesos y rechazan la asistencia externa, por algo será”.

El gobierno de Ramos Salazar culpa a los usuarios de la quiebra porque no pagan los consumos y justifica la turbiedad y calidad del agua en falta de equipamiento, dijo.

“Pero en realidad, la Japaf tiene una buena planta que fue diseñada para tratar agua del subsuelo, de pozos profundos, y que requería de adecuaciones técnicas cuando políticamente y de golpe y porrazo se determinó que la fuente de alimentación fuese el río lo que incrementó el volumen, la turbiedad, y los sólidos suspendidos, pero se le siguió aplicando químicos para metales pesados, lo que claramente es una incompetencia. Hoy hay nuevos métodos de potabilización en los que se usan menos polímeros. Requiere de inversión, pero a largo plazo son más rentables”.

Rodríguez Ayala consideró que el problema técnico y de manejo financiero no es privativo de la cabecera municipal sino de todas las sindicaturas, excepto aquellas en las que el agua es suministrada bajo costos de la Junta de Agua Potable del Municipio de Ahome (Japama). Es el caso en la sindicatura de Jahuara y Mochicahui en donde hay comunidades a las que abastecen plantas de uso múltiple.

El ex regidor, José María Flores Soto, secundó al profesionista y aseguró que en la administración de Ramos Salazar se denunció muchas veces los malos y turbios manejos en la Japaf pero ella los encubrió. “Lo hizo cuando anuló el cese que ordenó el ex alcalde Cota González y retornó a sus antiguos puestos a los ex funcionarios de Japaf. Hoy estamos peor que antes, con un saqueo brutal de las arcas de la paramunicipal y un servicio malísimo, con agua que más parece un veneno”.

En tanto, la alcaldesa, Nubia Xitlali Ramos Carbajal aseguró que está preparándose para la comparecencia ante el Congreso de Sinaloa en la que dará a conocer que se han invertido más de 220 millones de pesos en agua potable y drenaje sanitario.

“No traigo la varita mágica, traigo la voluntad, traigo el corazón, traigo pocos recursos pero con el apoyo del Gobierno del Estado lo hemos multiplicado.

Explicó que desde la depresión tropical 19E aumentaron de forma alarmante los índices de turbiedad que arrastra el caudal del río Fuerte, de 200 se disparó a un millón de unidades de turbiedad y las plantas que tienen una antigüedad de 20 años no cuentan con el equipamiento para bajar los índices de turbiedad, el agua para el consumo humano si está tratada y es potable.

Para bajar la turbiedad, la planta se está rehabilitando. Los trabajos llevan un avance del 85 por ciento, acotó.

Artículo publicado el 02 de febrero de 2020 en la edición 888 del semanario Ríodoce.

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