La creación de infraestructura en espacios públicos como el faro va en detrimento del paisaje que buscan los visitantes y lo que ofrece Mazatlán como destino turístico, consideró Joel Bojórquez Sauceda.
El profesor investigador de la Facultad de Ciencias del Mar, quien además imparte clases en la carrera de Gestión de Zonas Costeras, dijo que la construcción que pretende hacerse en la playa que colinda con la planta de tratamiento del Crestón y el teleférico, se traslapa.
De acuerdo a la publicación hecha en la Gaceta Ecológica de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se trata de una inversión de 20 millones de pesos en las que un particular solicita que se autorice un manifiesto de impacto ambiental para rellenar y construir una torre y áreas verdes, sobre una superficie de 5 mil 374.3 metros cuadrados de Zona Federal Marítimo Terrestre, aunque especifica que rellenará 4 mil 081.281 metros cuadrados.
Denominada Torre Centenario, el proyecto contempla un complejo de cinco niveles con azotea para área de servicio del elevador, espacios verdes, banquetas, pavimentos, palapas, albercas, baños y caseta de vigilancia.
El proyecto del teleférico, promovido por el gobierno del estado de Sinaloa, requerirá de una inversión de 400 millones de pesos, según lo publicado en la Gaceta.
Pero esto no es bien visto del todo por parte de los especialistas, pues consideran que se está urbanizando el principal capital natural de los mazatlecos: su paisaje.
Ante el proyecto de reubicar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales del Crestón, con la desviación del emisor submarino que se pretende hacer hacia la nueva planta que se construye en Urías, este espacio —al pie del Crestón— quedaría despejado.
“Hacen una inversión millonaria para liberar el espacio que brinda una mejor opción de acceder al paisaje que es el capital natural de los mazatlecos, y por otro lado generas una obra privada que destruye el paisaje, eso acaba con el capital natural y la obra pública del teleférico”, señaló.
“Resulta criminal que se estén privatizando los espacios públicos, y no solo el interés como espacio público, porque si estuviera al otro lado del malecón, pues no es tanto problema, aunque poco a poco ya se está pasando de paisaje natural a paisaje urbano”, dijo refiriéndose al boom inmobiliario que ha detonado la construcción de torres sobre la Avenida del Mar.
“Eso tiene un valor diferente a la hora de la promoción y como factor de decisión para la gente que quiere ir a un lugar donde tenga contacto con la naturaleza”, consideró.
Bojórquez Sauceda espera que el Ayuntamiento de Mazatlán mantenga la línea con la que inició este periodo de gobierno, la de no autorizar proyectos invasivos de espacios que son de todos los mazatlecos.
“Creo que ese es el proyecto más grave que hay ahorita (el de la torre sobre la playa) que afectaría a todos los mazatlecos, si ya hubo una oposición férrea a los brincolines de Playa Norte, frente a Facimar, que no afecta en gran medida la vista; esa torre de condominios ahí tendría una afectación mucho más grave en términos de afectación del paisaje, pero también en términos de afectación de la legalidad”, expuso.
La Zofemat donde se pretende que se autorice la construcción de la torre, cuenta con una clave catastral.
“¿Cómo fue que una empresa privada se apropió de ese espacio? no veo ningún mecanismo legal disponible como para privatizar. Que hayan obtenido concesión de ese terreno que ni siquiera existe porque será terreno ganado al mar, o sea que se estaría asignando un terreno que no existe todavía, que una vez que exista, ahí están los mecanismos de cómo asignar esos terrenos ganados al mar”, observó.
El especialista dijo que han revisado los Manifiestos de Impacto Ambiental Ingresados a la Semarnat, tanto del teleférico como de la torre y se traslapan, pues el teleférico tiene en su proyecto construir una de sus estaciones.
“Obviamente se traslapan con el proyecto de la torre de condominios, ahí van a tener que decidirse por uno u otro proyecto, aunque lo ideal sería que no construyeran nada y el paisaje siguiera al placer y deleite de todo mundo”, acotó.
—¿El teleférico también lo consideran invasivo al paisaje?
—Sí, por supuesto, cualquier obra que transforme el paisaje, que cambie el paisaje, que lo urbanice, que lo antropice, va en detrimento del capital natural
El faro está siendo urbanizado con la construcción de calles, plazoletas, escalinatas, concretos, piedra, están transformándolo, agregó.
Es un hecho que la construcción de toda esa infraestructura incrementa el número de visitantes al faro, indicó, lo que tiene un impacto sobre las poblaciones de aves y otros organismos.
“Todos esos animales que hay en faro se van a ver perturbados por la presencia humana (…) el nivel de resiliencia que tiene algunos organismos les ha permitido permanecer en ese hábitat, pero cada vez que le vamos incrementando el nivel de transformación, e incrementando el número de usuarios y de actividades que se realizan ahí, se van desplazando o vamos deteriorando el hábitat de esos organismos”, lamentó.
Artículo publicado el 12 de enero de 2020 en la edición 885 del semanario Ríodoce.
