Rumbo a 2021: ‘No estoy jubilado ni muerto’: Aarón Irízar

Rumbo a 2021: ‘No estoy jubilado ni muerto’: Aarón Irízar

Aarón Irízar está lejos de la jubilación. A la edad en que otros se retiran él enfoca sus objetivos en la cima más alta para cualquier político: la gubernatura de su estado. Se sabe el personaje más cuajado dentro del PRI para la sucesión gubernamental en 2021, aunque hace tres años ya lo era y quedó fuera de la jugada. Se disciplinó como debe hacerlo un priista de cepa. Caminó junto a otros siete compañeros de partido durante todo 2015, en la recta final una decisión cupular incluyó a quien ni siquiera aparecía en las apuestas y se impuso sobre todos, Quirino Ordaz Coppel, hoy gobernador de Sinaloa.

Lea: 2021. Sucesión gubernamental https://bit.ly/2EeIdRx

Lleva tres meses y medio sin cargo desde que dejó el Senado, pero no quieto. Aarón Irízar López, con 68 años, dice que es prematuro arrancar una campaña, pero recorre el estado, se reúne en Los Mochis, en Mocorito, en Culiacán, tiene muchos amigos y lo invitan por todo el estado. No es campaña dice, aún falta mucho.

!No ando más que reuniéndome, no ando de precandidato. Ando de cercanía con la gente y me sirve para escucharla”.

Su trayectoria política y del servicio público no tiene huecos. Se afilió al PRI hace 50 años, con apenas 18 de edad. Estudió Administración de Empresas en la UAS y recorrió todos los cargos públicos, desde Director de Recursos Humanos en el gobierno hasta Delegado de Desarrollo Social, pasando por una Secretaría en el gobierno estatal. En política igual, desde Diputado local, federal, Alcalde de la capital de Sinaloa, dirigente de partido y Senador.

Aunque el gobernador Quirino Ordaz ha empleado a candidatos derrotados el 1 de julio —como Jesús Valdés o Álvaro Ruelas— o al anterior dirigente del PRI, Carlos Gandarilla, en el caso de Irízar López ni hay ofertas ni está empleado.

“El libre tiene más posibilidades que el que está amarrado y yo tengo una condición de libertad. Tampoco estoy cerrado a la posibilidad de que el día de mañana tenga una oferta que me resulte atractiva”. Se refiere al objetivo a mediano plazo, el fundamental, la sucesión en el gobierno estatal en las elecciones de 2021. Parece una fecha lejana, pero en menos de dos años estarán enfrascados en la contienda interna por la candidatura del PRI.

Por eso Aarón Irízar enumera su condición en este momento: “Yo no estoy ni jubilado, ni muerto, ni desanimado, ni trunco en las posibilidades de volver a competir”.

 

2015

El 2015 Aarón Irízar estuvo más cerca que nunca de la candidatura del PRI a la gubernatura. Pero dice que de eso solo quedó enseñanza.

“Yo no volteo hacia atrás, volteo hacia delante. Al torero lo puede cornear el toro y en cuanto sale del hospital quiere volver a torear. Un político hecho y bien nacido, si tiene condición física y mental pues quiere andar en la política. Yo no estoy ni jubilado, ni muerto, ni desanimado, ni trunco en las posibilidades de volver a competir. Soy un hombre objetivo, soy un hombre calculador, no me gustan los abismos. Por supuesto que voy a estar en la lucha, en la posibilidad. Pero no haciendo cosas ociosas o estériles, cuando los tiempos políticos no son los correctos”.

Por eso insiste en que sigue preparándose: “Estudié para gobernador, pero no me dejaron presentar examen. No tengo frustraciones, no tengo rencores”.

Por eso señala que apoyó a Ordaz Coppel en campaña y ahora como gobernador.

“Mantengo una buena relación con el gobernador. Cuando se me informó que yo no era el candidato del partido, lo primero que hice fue reunirme con el entonces precandidato, aquí en este mismo restaurante. Le ofrecí todo mi apoyo, lo que he hecho es acompañarlo en su política de gobierno, en su persona”.

 

Autocrítico

Lo habitual es que los políticos rechacen la autocrítica, Aarón Irízar no. Dio muestras en 2011, después de la primera derrota del PRI en la gubernatura de Sinaloa, con un ensayo minucioso sobre esa derrota con Jesús Vizcarra como candidato. Ahora se define como corresponsable de lo que le ocurrió al PRI.

“El PRI en su larga vida ha tenido aciertos y terribles errores, de los que uno es parte de esa corresponsabilidad, porque no tiene otro nombre eso. Nos hundió la corrupción, nos carcomió la corrupción. Y todos los priistas somos corresponsables. No podemos decir es que yo no sabía”.

Pero al mismo tiempo dice que no se pueden leer los tiempos actuales en México como históricamente se hacía.

“La realidad es muy clara, hoy se requieren nuevas actitudes y nuevas aptitudes de quienes andamos en el mundo de la política. Y por supuesto, los que ahorita están en funciones, de cualquier partido, no porque hayan quedado no tienen por qué enderezar su rumbo con esos dos pilares fundamentales de nuevas actitudes y aptitudes para ir a la conquista de lo más valioso que puede tener un partido, un político o un gobierno: la confianza de la gente”.

Insiste en la confianza, en una lección para todos en la política y no sacar una enseñanza de ella.

“El PRI necesita más vientos democráticos, requiere más participación crítica. Que la gente lo sienta. Que busque estar en el corazón de la gente con sus acciones y sus expresiones. Y estar en los reclamos sociales que no son pocos”.

Por eso Irízar insiste en que si el PRI se sale de esa ruta, el pueblo —dice el pueblo, no la sociedad ni los electores ni los ciudadanos, como se decía antes de López Obrador—, el pueblo no tendrá ninguna consideración. Por eso la más grande conquista del político es la confianza, que no es fácil ni gratis: “Tienes que ir a conquistarla, es la victoria de las victorias conquistar la confianza”.

Artículo publicado el 9 de diciembre de 2018 en la edición 828 del semanario Ríodoce.

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