“No me considero una persona valiente ni un héroe, sino alguien que tiene dignidad”
El golpeteo de las teclas de su computadora no suena más. Ese cuarto diminuto que servía como guarida para Javier Valdez Cárdenas, ahora es diferente. También los viernes. Las fiestas son en su ausencia, por su memoria. Algunas cosas no cambian.
Pero a Javier lo mataron y la autoridad no hace justicia. Algunas cosas no cambian.
Fragmento del artículo publicado el 7 de enero de 2018 en la edición 780 del semanario Ríodoce.