Quirino tiene claro lo que cuesta el gobierno. El gasto corriente, la deuda, los hoyos financieros que dejó el malovismo, las inversiones, la nómina gubernamental. Vamos, hasta los aguinaldos, que fueron pagados antes de ser reclamados por los trabajadores al servicio del Estado.
Y es que Quirino estuvo todos los años del aguilarismo en finanzas y sabe, cómo alguna vez me lo confió, donde están las fugas y los desvíos de las finanzas estatales, ha tenido sus méritos como ha sido la bancarización de los servicios del gobierno que ha disminuido el dinero en ventanilla.
Fragmento del artículo de opinión publicado el 17 de diciembre de 2017 en la edición 777 del semanario Ríodoce, ya en circulación.