Quirino Ordaz Coppel aún no ha rendido protesta como gobernador de Sinaloa, y las protestas por los adeudos que le heredará Mario López Valdez, ya lo persiguen en las instalaciones del Congreso del Estado.
Afuera del recinto legislativo, donde en unos minutos más rendirá protesta, se han congregado policías estatales, municipales y viudas de agentes, quienes con mantas le piden mantener la jubilación a los 25 años, así como mejores prestaciones y salarios.
Unos metros adelante, por el bulevar Pedro Infante, los constructores del estadio Ángel Flores, a quienes les deben alrededor de 100 millones de pesos, también se hicieron presentes previo a la sesión solemne de cambio de poderes.
En mantas que fueron colocados en góndolas, los contratistas señalan como responsable del incumplimiento del pago, al gobernador saliente: “Contratistas del estadio de béisbol de los Tomateros, afectados por la falta de pago de Malova” y “Malova pone en riesgo el patrimonio de las empresas sinaloenses”.
Hace unos momentos, el aún subsecretario de gobierno, Raúl Pérez Miranda, dialoga con Ricardo Mendoza, quien representa a los elementos inconformes.