Obesidad; enfermedad o autoagreción

Obesidad; enfermedad o autoagreción

 
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Es fácil opinar y decir que la obesidad es una enfermedad o una autoagresión. La facilidad del juicio induce a tomar la vía más corta, sin embargo, la obesidad es una condición particular que envuelve una realidad diferente en cada caso. De los poco más de siete mil millones de personas en el mundo, ninguno es igual. Ningún obeso es igual a otro aunque pesen y midan lo mismo. La obesidad es una condición donde algo le pasa a la persona, donde variables como la voluntad, la fisiología, la libertad, el cerebro, las glándulas, las hormonas, las enzimas, las emociones, el estilo de vida, el ejercicio, la alimentación, y la genética, nos roban la atención tanto a los que nos dedicamos a tratar a estas personas como a los que la padecen. Si vemos la obesidad como enfermedad, estamos hablando de desequilibrios y pérdida de la homeostasis o autorregulación del organismo. Si la vemos desde la óptica psicológica, estamos hablando de higiene o estilo de pensamiento, auto agresión inconsciente y eventualmente trastorno mental. Auto agredirse a través de aumentar el colchón de grasa y con esto agregar más factores de riesgo a la salud, es una irracionalidad, sin embargo, la razón siempre o casi siempre es superada por la emoción. Bajo esta premisa, la aseveración sustenta la idea de que los obesos están emocionalmente perturbados. Cada vez que el obeso se lleva un bocado a la boca, le pone un clavo al ataúd, por eso, el concepto de autoagresión toma vigencia cuando a pesar de la conciencia prevalece la práctica nociva de seguir alimentando al cuerpo y a la mente con esta conducta de indefensión aprendida. La indefensión aprendida es un tecnicismo psicológico relativamente nuevo acuñado por el psicólogo estadounidense Martin Seligman.  Los obesos aprenden a vivir en la indefensión inconsciente, y con esto se clavan el puñal del desprecio a su salud y la etiqueta social hilvanada con la burla o la referencia. Todos los obesos son la referencia social, es decir, la forma de direccionar cualquier información o geolocalización a corta distancia es referirse al obeso. El discurso de niños y adultos alude a frases como, “enseguida del gordo”, “cerca del asalta refrigeradores”, y muchas frase más conocidas y escuchadas socialmente. Enfermedad o agresión, los obesos siguen siendo objeto de estudio. ¿A quien hay que estudiar a la enfermedad o al enfermo? La enfermedad es pasiva y el enfermo es activo. La enfermedad es el resultado de las acciones del enfermo, de la conciencia o inconciencia, de la voluntad y por supuesto de la libertad de elegir llevarse el bocado a la boca. Reforzar todos los días el ataúd y acercar la fecha de partida es lo que hace la enfermedad y la auto agresión. Los aparatos electrónicos se pueden programar y ajustar para optimizar su desempeño, ¿los humanos hasta cuándo?
 

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