Un total de 486 diputados, entre ellos el legislador independiente Manuel Clouthier y la actriz Carmen Salinas, fueron juramentados hoy al mediodía como nuevos integrantes de la LXII legislatura del Congreso de la Unión.
Cómo presidente de la mesa directiva del primer periodo ordinario de la cámara baja, se eligió al perredista Jesús Zambrano Grijalva, mientras que Gerónimo Alejandro Ojeda Anguiano, también del PRD, fungirá como vicepresidente.
Minutos después de la juramentación, el priista César Camacho Quiroz fue electo como presidente de la Junta de Coordinación Política conformado por los ocho grupos parlamentarios acreditados ante esa instancia legislativa.
“Fue un acuerdo que se alcanzó en menos de una hora, y en un clima de cordialidad, de respeto mutuo y apego a la legalidad”, dijo Camacho Quiroz reveló al termino de la reunión.
David López, dijo por su parte que aprovechará su experiencia para, desde la cámara de diputados, continuar colaborando con el presidente Enrique Peña Nieto, en la implementación de las nuevas reformas que la impulsado la actual administración.
En total el PRI contará con 192 curules, siendo el grupo mayoritario, el PAN tendrá 108; el PRD 61, PVEM 47, Morena 35, Movimiento Ciudadano 25, Alianza 11, y uno independiente.
“Aprovecharemos que somos mayoría para trabajar por el bienestar de México, e impulsar leyes que sean en beneficiodel pueblo”, dijo Cesar Camacho.
Entre los diputados, destacó Manuel Clouthier, quien desde el momento en ser conducido a su curul por una de las edecanes, se mostró familiarizado y ameno entre el resto de los diputados. Era finalmente su triunfo. Un triunfo en donde no necesito de ningún partido para estar en las preferencias del electorado.
Por su parte Carmen Salinas, nombrada diputada por el PRI por representación proporcional, parecía por momentos perdida entre la multitud política del inmueble de San Lazaro.
Sonreía, saludaba, era saludada, y cuando de pronto se quedaba sola, parecía desconcertada entre los diputados que no dejaban de tomarse Selfies, o saludarse entre ellos en el primer encuentro de la legislatura.
De pronto, algunos fotógrafos o camarógrafos le gritaban a la diputada: “Carmelita”, y era entonces que la actriz se volvía, sonreía, y posaba para las cámaras, pero una vez terminada la sesión, se volvía a perder en su mundo, hasta que, al final, mejor se dejó caer en su curul y se puso a leer su nombramiento de diputada del gobierno.
Alrededor de las 11:45, los diputados juramentaron sus cargos ante la mesa directiva de la Cámara de Diputados, oficializando así sus nombramientos.
No obstante, la exclamación del “Sí, protesto”, se escuchó apagada. El grito de casi 500 diputados y diputadas, fue cómo uno solo, no por alguna habilidad para hablar al unísono que hayan tenido los legisladores, sino porque la afirmación no parecía convencerlos. O porque no tenían ganas de gritar. O porque no todos exclamaron el “sí, protesto”.
Pero a nadie pareció importar ese hueco en la juramentación. El presidente de la Cámara baja entonces remató: “Si no lo hicieran, entonces que la sociedad se los demande”. Y fue todo. Los diputados entonces emitieron un aplauso que sonó mucho más fuerte que la juramentación, se saludaron, y entonces siguieron tomándose selfies, que dentro de algunos meses quedarían para el recuerdo. Oficialmente, ya eran diputados. Tal vez sabían que, difícilmente, la sociedad algún día les reclamaría algo.