La búsqueda terminará hasta encontrar a desaparecidos

Este 14 de julio, Mirna Nereida Medina Quiñónez cumplió un año de afanosa búsqueda de su hijo, Roberto Corrales Medina, el Chacharitas, de ausencia forzada presuntamente a manos de la policía municipal de El Fuerte a cuyos mandos pagaba “piso” para protegerlo de la invasión de competidores.

“La búsqueda de mi hijo no va a terminar nunca”, se promete a sí misma la maestra retirada, quien con sus propias manos a esculcado la tierra del monte del municipio de El Fuerte y sus alrededores en donde podría haber sido sepultado clandestinamente su muchacho.

“Nunca me voy a cansar de buscarlo, de ir a las autoridades para que ayuden a su localización y a encontrar a los más de cien muchachos perdidos por la violencia. No sé cómo le voy a hacer, pero los vamos a encontrar”.

En la víspera del primer aniversario de la ausencia de Roberto, la policía recibió la alerta ciudadana de que en la capilla de la Cruz del Perdón, en el panteón del predio Las Isabeles, en la sindicatura de Jahuara Segundo, en el municipio de El Fuerte, se había dejado una osamenta y las ropas de una persona para su hallazgo inmediato.

“Me ilusioné pensando que era mi hijo, Roberto, pues las ropas, el tiempo de entierro y por la densidad de los huesos coincidía con él. Pero el estudio dental demostró que éste tenía restauración. Roberto no tenía ningún trabajo. Los primeros resultados demostraron que la osamenta era la de Carlos Álvarez, un joven residente del lugar del hallazgo desaparecido en la misma fecha que mi hijo”.

—¿La considera una broma macabra?

—No. Mi percepción es que alguien que sabe del asunto quiso callar a esta vieja sacando a la luz el cuerpo del hijo que busca, pero se equivocaron. La fecha es coincidente. No hubo aviso previo, ni nada por el estilo. A nadie enteraron. La fecha del hallazgo es coincidente con la época en que inició la ausencia, el tiempo transcurrido también, las ropas, el calzado, la estatura, la edad, casi todo, pero no es Roberto. Más bien lo veo como un mensaje. Pero yo respondo, no me voy a cansar nunca de buscar a Roberto, y lo voy a encontrar. Y vamos a encontrar a todos nuestros familiares ausentes, así nos lleve décadas de búsqueda. Jamás nos vamos a rendir.

La ausencia forzada de Roberto Corrales Medina y la búsqueda de su madre, Mirna Nereida Medina Quiñónez se convirtieron en un ejemplo nacional de la ola de desapariciones y forjó con mucho esfuerzo la Asociación Desaparecidos de El Fuerte, y que públicamente se conocen como las Rastreadoras de Cuerpos, por su tarea cotidiana de buscar en el monte huesos humanos y tumbas clandestinas.

Con el respaldo ciudadanos, ellas han desenterrado decenas de cadáveres. “La hacemos de peritos, de fotógrafos, de ministerios públicos, de investigadoras. Hemos aprendido a hacer el trabajo de otros, de muchos”.

Y la búsqueda arrojó otro resultado: sacó el valor de los familiares de los ausentes para denunciar el hecho y publicarlos en los medios. “No queremos a los responsables, porque esa es obligación de la autoridad, buscamos a nuestros hijos, a los padres, a los hermanos”.

Ya no hay más miedo, pese a las amenazas, a las advertencias, a la lentitud de las autoridades para buscarlos, reitera.

Y en las autoridades, la búsqueda obligó una acción inmediata: la Procuraduría General de la República se sumó con toda a esa lucha ciudadana. “Ahora hay más respuesta oficial de la federación, y eso provoca en el estado una reacción. Es bueno, pero queremos resultados, a nuestros ausentes”.

Emergen los cadáveres

En el pueblo mágico de El Fuerte, tumbas clandestinas con más de un hombre sepultado siguen apareciendo por doquier, sin que autoridad municipal alguna de la cara.

En la víspera, los cadáveres de los primos Fernando Fierro Flores, de 33 años de edad y Bismar Jovani Fierro García, de 22, así como la osamenta de un tercero aún no identificado fueron encontraron de manera circunstancial por campesinos que preparaban sus tierras de temporal.

Con antecedente penales uno por daños y el otro por robo de vehículo, los padres o familiares de los muchachos nunca reportaron la ausencia, “levantón” o extravío, confirmó el coordinador de la Policía Ministerial del Estado, Gerardo  Amarillas Gastélum.

“Nos enteramos de su caso cuando fueron exhumados e iniciamos la investigación pero no hay más avance que el conocido. En realidad, desconocemos lo ocurrido. La familia no colaboró, ni con la denuncia de la ausencia, pues los muchachos ya tenían varios días sepultados. Del tercer cuerpo, tampoco tenemos gran cosa”, dijo.

Consideró como muy extraño lo que en El Fuerte sucede con la juventud que ahora es encontrada en tumbas clandestinas.

Desaparecidos en números

2014

El gobierno de Marco Vinicio Galaviz Armenta inició con 39 desaparecidos

2015

La cifra se elevó a 78 desaparecidos.

Fuente: Asociación Desaparecidos de El Fuerte.