MÉXICO, D.F., (apro).- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) ejercer su facultad de atracción en el caso del secuestro del fotorreportero y activista social de Veracruz, José Moisés Sánchez Cerezo.
En un comunicado, el organismo que preside Luis Raúl González informó que ya giró el oficio correspondiente a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión de la PGR.
Además, indicó que en razón de que el organismo debe efectuar las acciones necesarias para el mejor conocimiento de un asunto, ya abrió un expediente, emitió medidas cautelares y brinda acompañamiento y asesoría a la familia del fotorreportero “levantado” el pasado 2 de enero en el municipio de Medellín de Bravo y por cuyo casos se encuentran arraigados 13 policías municipales.
Y recalcó que en razón de que las autoridades involucradas deben colaborar en el ámbito de su competencia, “se le solicita (a la PGR) que ejerza la atracción del caso”.
La CNDH recordó que la denuncia de hechos del caso fue presentada ante el Ministerio Público local –que dio origen al inicio de la investigación ministerial 17/2015—y de ella se desprenden la participación de servidores públicos municipales y “el temor fundado” de la pérdida de la vida o de afectación de la integridad de Sánchez Cerezo.
El pasado 3 de enero el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, minimizó la labor del reportero y activista. Según el político priista, se trata de un “conductor de taxi” y “activista vecinal”.
Moisés Sánchez edita de forma inconstante el semanario local La Unión. Su fuerza de penetración como opinión pública de los habitantes de El Tejar, Puente Moreno y Medellín radica en las redes sociales y en su cuenta de Facebook personal, desde donde daba cuenta de obras incumplidas, banquetas con baches, fugas de agua, así como de la organización de “guardias de seguridad” y de “vecinos vigilantes”.
Sánchez también se desempeña como un activista social para organizar en las colonias a los vecinos hartos de la inseguridad y de los atracos.
Además abastece de información y fotografías a reporteros de la nota roja de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Los ingresos para sostener a su familia provienen de manejar un taxi y de una pequeña tienda de abarrotes que es de su propiedad. Por su activismo en colonias y por la publicación de “La Unión” no recibía pago alguno.