Nueva York (LA JORNADA).- El liderazgo legislativo republicano frenó de pronto, una vez más, las posibilidades de alguna reforma migratoria, al expresar dudas de que pueda prosperar en 2014, golpeando las esperanzas de más de 11 millones de trabajadores y sus familias que siguen viviendo en las sombras en este país.
El año empezó con pronósticos optimistas sobre la promoción de una reforma migratoria cuando la Casa Blanca reafirmó su compromiso de lograrla; los demócratas, tanto legisladores como el presidente Barack Obama, señalaron que estaban dispuestos a negociar con la posición republicana de promover algunos cambios parciales en lugar de una reforma integral, incluida la legalización de sectores indocumentados que cumplan ciertos requisitos, aunque sin una vía especial hacia la ciudadanía.