Aseguran que el ejército de gatilleros que irrumpió violentamente el 2 de enero en el Pueblo Mágico, venían por siete inquilinos de una casa de la Loma de Ramón Corona, mismos que los habrían recibido con sendos granadazos.
El Quelite, enclavado en la sierra a 40 kilómetros al norte de Mazatlán, es un pueblo tan mágico, que hasta el perico de doña Loreto que gritaba aterrorizado dentro de su jaula, cuando le zumbaban las balas por la cola en la casa de la vuelta de la esquina de C.J., La Loma Vieja antes C.J. Secundaria y Camino San Ignacio y de San Javier, antes calle Principal, ese 2 de enero, el ave de pico curvo, fuerte, ganchudo, pelaje suave y de vivos colores, volvió a nacer.
El grupo armado, integrado por al menos 150 gatilleros que irrumpió violentamente el 2 de enero en el poblado El Quelite, aproximadamente a las 11:30 horas, iban por siete personas que residían en una casa en Loma de Ramón Corona, no solo dispararon a diestra y siniestra sino también hubo sendos granadazos, afirman pobladores de este pueblo con vocación turística.
“Venimos a hacer una limpia al Quelite”, gritaban los gatilleros armados con AK-47 y otras armas de alto poder.
¿Pero qué limpia venían a hacer los hombres armados?, si las mujeres quelitenses como buenas anfitrionas del turismo nacional y extranjero, madrugan diario a barrer sus banquetas, manifestaron algunos ciudadanos.
Una fuente extraoficial asegura que la “limpia” a la que los 150 sicarios se referían es que venían por los habitantes de una casa ubicada en la Loma de Ramón Corona.
El ejército de sicarios habría llegado a pie por el rumbo de Los Corrales por donde serpentean lomas, quebradas y atajos que conducen hacia la carretera Internacional, pero que desembocan en la Loma de Ramón Corona.
En la Loma de Ramón Corona, como una brújula, un casquillo de alto poder apuntaba hacia la casa de una persona de nombre Demesio, aparentemente originario de El Quelite, pero con residencia en el estado de Sonora.
“La Policía Ministerial del Estado recogió decenas de casquillos de esos, y hasta una mochila que dejaron tirada los gatilleros”, dijeron los quelitenses.
Los pobladores comentan que la vivienda de Demesio habría sido confundida por los gatilleros, pues al parecer la casa que buscaban estaba casi contigua, pero sus habitantes ya habían huido antes de que llegaran sus perseguidores.
Otra de las versiones es que las personas que buscaban los “intrusos” aprovecharon la confusión de sus enemigos para lanzarles granadazos.
“Se oyeron los granadazos para las casas que están en lo alto de la Loma de Ramón Corona”, dijo un restaurantero que el día de la balacera albergaba en su negocio como 200 comensales nacionales y extranjeros.
Demesio y su familia habían venido pasar las fiestas decembrinas a su casa de Lomas de Ramón Corona, en donde los presuntos delincuentes lo habrían despojado de una camioneta, color blanco, tipo Windstar, y otro vehículo color azul, mismos que fueron utilizados por los presuntos agresores para huir de El Quelite.
Versiones extraoficiales afirman que habrían sido 10 los vehículos robados por los supuestos delincuentes y que después abandonaron en comunidades aledañas, para luego ser recuperados legalmente por sus dueños.
Algunos ciudadanos afirman que los hombres que buscaban los gatilleros, no hacían daño a nadie, incluso ni malas palabras proferían y que tenían tiempo que ya habían abandonado la casa, situada en la Loma de Ramón Corona.
No pocos quelitenses sostienen que las siete personas que sacaron de estampida el otro grupo armado, les brindaban seguridad a los habitantes.
“Cada que hacíamos fiestas de quinceañeras o bodas, esas personas (a las que buscaban los sicarios) nos abordaban y nos decían que no nos preocupáramos por nada que la fiesta iba a estar tranquila y que ellos se iban a encargar de que así fuera; no había necesidad de ir hasta Mazatlán a pedir permiso”, relataron.
“Hasta donde nosotros sabemos, ellos (las personas que eran el objetivo de los sicarios) nunca dañaron a las personas de aquí”, manifestaron.
¿Y la policía?
Algunos pobladores de El Quelite comentaron que cuando ocurrió la balacera, todavía no eran las 12:00 horas, pero los policías como si fueran albañiles ya estaban comiendo en el Mesón de Los Laureanos, donde había más de 200 comensales nacionales y extranjeros que corrían desesperados a protegerse.
En la estampida que produjo en los clientes el miedo de encontrarse con una bala no tan perdida, uno de los policías fue arrollado por el contingente y hasta el radio mordió el polvo abriendo un abismo de incomunicación en la seguridad pública.
“Yo vi que la gente casi le pasó por encima a un policía y hasta pensé que el radio que se le cayó se le había quebrado”, dijo uno de los entrevistados.
El doctor Ernesto Echeverría Aispuro, titular de la Secretaría de Salud, que se encontraba en el restaurante, observando que era un caso de urgencia, se habría comunicado con las autoridades para informar lo que estaba pasando.
Uno de los pilares del restaurante situado cerca de la caseta de policía, recibió el impacto de unos balazos de “cuerno de chivo”, porque los presuntos delincuentes habrían bajado por la calle Ramón Corona para cerrar la pinza por la calle Principal, hasta la calle donde está ubicado el restaurante Los Arrieros.
¡Come churro!
“¿Es la primera vez que viene usted pa’cá?”, pregunta el anfitrión restaurantero que habla a borbotones como el agua que corre por los arroyos de El Quelite.
“Ahorita el restaurante está solo, agrega, pero hace rato había mucha gente, y el día que pasó lo que pasó parece que vino más gente, oiga, pero en la tarde”.
-¿Qué fue lo que pasó? Porque el alcalde de Mazatlán Carlos Felton y el secretario de Turismo, Francisco Córdova Celaya aseguran que fueron cohetones llamados “garras de tigre” las que tronaron el 2 de enero- se le comenta al interlocutor.
-Usted me quiere sacar que son balas y me van a chingar a mí.
-A ver ¿qué fue lo que pasó?, porque recuerde aquel dicho de que la “verdad nos hará libres”.
-Si digo la verdad aquí en el rancho yo me quedo solo, pura madre, qué la verdad te va a hacer libre. ¡Come churro! Vente a dormir pa’cá conmigo en la noche, qué la verdad me va a hacer libre.
– ¿Usted coincide con el alcalde y el secretario de Turismo en que fueron pirotecnia de “garras de tigre”?
-Pues sí hubo carros como los han reportado con sus agujeros.
-Quiere decir que el 2 de enero vivieron el infierno aquí en El Quelite
-Sí, pero ya está todo Gobierno aquí, han venido a atender todo. Yo pienso que no quiere Gobierno desprestigiarnos, para no romper con esa estafeta que ya tenemos hoy en día, que la hemos ganado a través de años de esfuerzo y de perseverancia, porque esto no ha sido fácil. Lo que pasa es que esto ha sido circunstancial para nosotros, no pasa todos los días, simplemente yo no viviera aquí.
-¿Usted qué piensa de un gobernante que viene y dice que fueron “garras de tigre”?
-Lo que pienso yo es que esta gente, como Mazatlán está ahorita en vías de mucho desarrollo, la administración gubernamental lo hace para no alejar la economía, porque piensa que esto va a ser efímero. Que se le va a dar solución.
-El 28 de septiembre de 2013. Un grupo armado acribilló a balazos al comandante Juan García Esquivel, de 54 años, así como al agente Tercero Edmundo Luises Rosa, de 43 años, cuando hacían un recorrido de vigilancia por las calles de la Sindicatura de El Quelite.
-2 de enero de 2016. Un ejército de al menos 150 sicarios armados toman por asalto a la comunidad de El Quelite en busca de siete hombres que supuestamente habitan una casa en Lomas de Ramón Corona. Balacean casas y despojan de sus vehículos a habitantes y visitantes del pueblo turístico, gritando que vienen a hacer una “limpia”.
