La noche negra del Pirata; en el bar son asesinadas tres personas

 

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Suman ocho muertes de gente inocente en ola de violencia en el Estado

La página de Facebook del bar El Pirata invitaba a las mujeres a unirse a su “tripulación”. La promoción para la noche del jueves 23, dirigida a las mujeres, consistía en regalar una botella a grupos de cuatro o más amigas.

Y esa noche de jueves fue la última para Gabriela y Susel, víctimas de un atentado a tiros por dos desconocidos, que dejó como saldo otro muerto más y nueve heridos. Con estas tres muertes, suman ocho homicidios dolosos, supuestas víctimas colaterales de la ola de violencia en Sinaloa, cuatro en Culiacán y cuatro en Villa Juárez, Navolato.

“Hoy jueves promoción especial para consentir a las mujeres de la tripulación. Ven con 4 amigas (o más) y te regalo una botella. Así de fácil. Además, en las tornas mi diamante Kevin Rabago. ¡Jalados! #PontePirata”, reza la publicación en la red social.

El atentado, según la versión oficial, señala que el viernes 24 por la madrugada, dos personas tuvieron una discusión al interior del bar ubicado en la segunda planta de la plaza, y uno de ellos habría sacado un arma, pero de inmediato fue desarmado por el guardia del lugar.

Posterior a ello, los sujetos bajaron al estacionamiento, sacaron dos rifles de alto poder y los accionaron contra los comensales, según el reporte, alrededor de las 02:40 horas, dejando como saldo en el lugar a Gabriela de 17 años y Susel, junto con Raúl, un extranjero que radicaba en Culiacán, muertos en la escena junto a 48 casquillos.

Otra versión señala que a los dos individuos se les negó el acceso al lugar, lo que originó un enfrentamiento entre el guardia, quien desarmó a uno de ellos, desencadenando el atentado con armas AK-47 y AR-15.

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Entre olor a pólvora y a fierro

Alrededor de las 11:30 horas del viernes 24 de febrero, dos trabajadores de la plaza 2255 colocaban una lona en uno de los locales. Afanosos, buscaban bloquear la visibilidad de los curiosos que rondaban la zona. Horas antes, en plena madrugada, un violento hecho sacudió una vez más a la sociedad de Culiacán, dejando dos mujeres y un hombre asesinados.

Luego de colocar la lona, los trabajadores instalan una cinta perimetral en el área donde una vez estuvo el barandal del local, el cual fue destrozado por los disparos de las armas de alto poder. Uno de ellos responde a las preguntas, el otro continúa trabajando y no dice nada.

—Buenos días, ¿ustedes trabajan aquí en la plaza?

—Llega bien tarde, amigo, ya se fueron todos. En la mañana temprano estaba lleno de reporteros.

—Ya sé, pero vengo preguntando nada más cómo le están haciendo con lo que pasó. Veo que ponen la lona y pues ya se ve todo limpiecito.

—Nosotros llegamos aquí a las siete de la mañana y nos dio el olor a fierro, ¿sabe cómo? Es que así huele la sangre, como a fierro. Fue así como supimos que algo pasó.

Colocada la cinta perimetral, los trabajadores van por una escalera y resanador para tapar los hoyos dejados en el techo. También la pared del local presentaba impactos así como una puerta de metal al final del pasillo, que es donde los trabajadores guardan enseres de limpieza.

“De ahí abajo les tiraron y luego remató de acá, mire, ahí se ven los balazos”, añade el trabajador de la plaza.

Explicaron que tuvieron que limpiar los pasillos que rodean la plaza, ya que estaban manchados con sangre. El único lugar que aún no habían limpiado era el interior del lugar, en el cual aún practicarían diligencias los peritos investigadores.

Ruleta rusa

Poco a poco los proveedores de los diferentes locales nocturnos que operan en la plaza 2255 comenzaron a llegar. Surtían cerveza, sobre todo, y el estacionamiento lleno, como siempre, según los trabajadores del área.

“Lo bueno que no nos tocó a nosotros”, dice uno de ellos.

Una de las empresarias que operan en el lugar comentó que se le dio aviso a las 6:30 de la mañana. Una amistad suya le pregunta si no era su negocio. Mientras observa los estragos del atentado, da gracias a Dios porque no haya sucedido en su negocio.

—¿Y cómo cree que les va a ir aquí en la plaza?

—Pues muy mal, nos va a ir muy mal pero tenemos que seguirle, ni modo.

Trascendió entre algunos trabajadores que es común la gente armada no solamente en esa plaza, sino en prácticamente todo el corredor Enrique Sánchez Alonso, popular por la diversidad de establecimientos. Otro, incluso, prefirió no dar detalles por temor a represalias.

El alcalde Jesús Valdés Palazuelos señaló que este tipo de incidentes es un llamado a la prevención y a la denuncia.

“Reprobamos este tipo de acciones, sobre todo creo que eso invita a hacer un llamado también a toda la sociedad, a todos los comercios de la importancia que es denunciar en tiempo y forma cuando hay un incidente previo a esto, que creo es un mensaje donde todos debemos de alertar rápido, para eso existe la tecnología de la telecomunicación, para que en tiempo y forma sean reportados este tipo de incidentes”.

Sin embargo, la madrugada del viernes las balas fueron más rápidas que la denuncia.

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