Desdén y frivolidad

martín luque 5
Candidatos buscan reflectores y evitan encontrarse con la gente
 
Las campañas y candidatos están marcados por la frivolidad, la ausencia de propuestas ante la pobreza, el desempleo y el narcotráfico, y un desdén hacia la ciudadanía, lo que les impide plantear alternativas de solución frente a los grandes problemas que tiene Sinaloa, afirmó el politólogo Martín Luque.
—Como politólogo, ¿qué ves en esta contienda?
—De entrada las veo desangeladas. No han despertado pasiones ni tiene nada qué ver con el ambiente generado en el 2010, que fue una contienda muy competida. La gente ahora tiene la percepción que el resultado está despegado para el candidato de un partido, el PRI, aunque tiene sus aspectos divertidos porque dos candidatos opositores están disputándose la calidad de la segunda posición: Héctor Melesio Cuen, del PAS, dice que la contienda es entre él y Quirino, y Martín Heredia, del PAN, dice lo mismo pero cambia a Cuen y se pone él. Ambos coinciden en que el hombre a vencer es Quirino y es el Partido Revolucionario Institucional al que ubican en la delantera, involuntariamente, aunque después denuesten a las encuestas.
“En términos de las campañas y los discursos, como nunca antes veo demasiada frivolidad en los discursos, en las actitudes de los candidatos. Hay un desdén muy marcado respecto a dar la cara y ofrecer alternativas frente a los problemas de Sinaloa. Nuestra clase política está metida en una burbuja en la que hay una querella fuerte entre ellos, pero muy distante de los problemas sociales”, sostuvo.
—Entendiendo la política como un camino para resolver las cosas, un ejercicio al servicio de la gente y por el bien común, ¿se va hacia este punto?
—No, justamente cuando hablo de la frivolidad me refiero a que los políticos y candidatos y dirigentes hablen con ligereza de temas y de asuntos que ameritan mayor seriedad, rigor y compromiso. Me refiero a que no se dirigen hacia la sociedad, no buscan el diálogo social, sectorial, y no buscan encontrarse con los sectores de la sociedad civil y nutrir su discurso y definir una agenda pública para Sinaloa, sino más bien le dan la cara a los reflectores: ofrecen su mejor sonrisa, sus mejores poses para los medios, para las redes sociales. Solo basta con ver cómo varios de los candidatos no asistieron al debate organizado por los empresarios.
—¿Dónde está el discurso de la reforma política y la preocupación por la democracia?
—No lo veo. Así como no ha habido preocupación real en términos de ofrecer políticas, programas, esfuerzos públicos por abatir y enfrentar el tema del millón 200 mil pobres que tenemos en Sinaloa, ninguno lo ha planteado con seriedad. Solo tiran flachazos, pero uno ve perfectamente claro que se trata de seducir para conseguir el voto. No hay propuestas reales, y en términos de la reforma política que Sinaloa necesita menos todavía, solo propuestas sueltas, de revocación de mandato y cosas sueltas, pero no veo una perspectiva completa de reforma integral de nuestro régimen político.
“Mira que ocupamos esta reforma política en muchos aspectos: el poder político local funciona todavía con muchos de los activos y rasgos caciquiles, nuestro congreso sigue siendo una zona de control del ejecutivo, no hay colaboración entre los poderes locales, , los ayuntamientos están virtualmente en la quiebra y más allá de los discursos, más allá de la gestión, no hay cómos. Te hablan de los propósitos, pero cuando llegan al gobierno, de plano te dicen que no hay condiciones, no se puede, no hay recursos, etcétera.
—Te diste cuenta que ya van dos debates y no se toca el tema del narcotráfico, uno de los principales problemas que tiene Sinaloa.
—Sí, la verdad es que… ¿qué decir?, ese silencio dice demasiado.
—Hay quienes afirman que Malova bajó los parámetros del ejercicio de la política, la frivolizó, y quedó enana la medida para referirse a los políticos, y entonces esos candidatos de ahora son hijos de esa frivolidad del malovismo, ¿es así?
—Creo que sí. En realidad podemos decir que Malova fijó una especie de paradigma político, un estilo. La imagen del gobernador bailador, frívolo, ha inspirado a nuestros candidatos. Ahí los ves lustrando zapatos al primero que se encuentran en la plazuela, dándole a la bicicleta y más de uno no resistirá las ganas de bailar. Es la forma consagrada por el éxito de Malova.
“Pero sigo insistiendo en temas como el narco, el desempleo, la agricultura en el abandono, la pobreza, la pesca… en un estado que presume riquezas. Y el otro gran tema es el educativo, en el que todo mundo habla de las virtudes de la educación, de cuidarla, invertir en ella, pero he escuchado a compañeros que saben de este tema y que dicen claramente que lo que ocupamos en Sinaloa es la creación de nuevas universidades. La UAS ya no da para más, la Universidad de Occidente llegó a su límite, y nadie dice nada sobre eso. Dicen que sí a la educación, pero están arriba, no aterrizan.

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