La hija de Moctezuma

India maria 3
La única intención de La India María era hacer reír, y lo cumplió. Si algo distinguió al personaje que María Elena Velazco interpretó por 46 años fue ese humor blanco y honesto, que la actriz, originaria de Puebla, practicó hasta que dejó de existir el 1 de mayo de 2015, a los 74 años.
En apariencia, La India María era inocente, no letrada e ignorante de muchas cosas, pero esa empleada doméstica y vendedora de naranjas en las calles —siempre lista para correr cuando la policía llegara a cobrarle por hacer negocios en la vía pública— no perdía la oportunidad de criticar, de manera sutil, acerca de los problemas sociales, económicos y políticos, al grado de que un chiste sobre los excesivos gastos del ex presidente de México, José López Portillo, le valiera el veto en la televisión por muchos años.
Ahora, María Nicolasa Cruz (Velazco) quiere irse a los Estados Unidos, pero como bisnieta de Moctezuma (Rafael Inclán), es la única que puede rescatar a México de la destrucción, con la ayuda del espejo mágico de Tezcatlipoca, por lo que su abuelo (Eduardo Manzano) le pide que vaya a buscarlo.
María no es la única interesada en ese objeto, un arqueólogo español (Ernesto Pape), seguidor tesoros, y una gobernadora (Raquel Garza) interesada en ser presidenta del país, también lo quieren. La lucha no será fácil para ninguno, pero La India María, acompañada de su burro Filemón, no se detendrá hasta cumplir su tarea.
Entre Las delicias del poder (1999) y La hija de Moctezuma (México/2014), última aparición de Velazco en el cine, dirigida por su hijo Ivan Lipkies, hay 15 años de diferencia, ausencia que pudo causar que el personaje de La India María no haya generado lo mismo que en sus años de gloria, aquellos de los setenta y ochenta, cuando abarrotaba las taquillas.
Los más jóvenes no la conocen, o no les significa lo mismo que a quienes la vieron nacer en El bastardo (1968), la primera cinta en la que María Elena interpretó el personaje que reafirmaría en Siempre en domingo, ¡Ay María, qué puntería! y 17 películas, de ahí que en su última no haya tenido el éxito que en otro momento era indudable.
La cinta no es más ni menos que las demás: una historia por demás predecible y efectos especiales demasiado básicos, lo que habla de una coherencia en la manera en cómo Velazco quiso mostrar a María Nicolasa, pero también de lo que pudo ser la razón por la cual no se haya recibido como las anteriores, porque también, La hija de Moctezuma recurre bromas, situaciones y chistes gastados, que funcionaron en otro momento, pero ahora no.
El filme no es el mejor, pero es el último que registró a un personaje querido, entrañable, coherente, crítico, excelentemente interpretado, que pertenece a la cultura popular y que demuestra que La comadrita (1978) era Pobre, pero honrada (1973), que entendió que en México El que no corre… vuela (1982), por lo que con sus cintas daba Duro pero seguro (1978) y por mucho tiempo disfrutó de Las delicias del poder de la popularidad y la fama, pero conoció que El miedo no anda en burro (1973), porque pudo parecer Tonta tonta, pero no tanto (1972). Ahora es La hija de Moctezuma, tan querida que ya no es Ni de aquí ni de allá (1987), sino de todos lados. Véala en Netflix… bajo su propia responsabilidad, como

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