Extraordinario

 

 

A una semana de ir por primera vez a una escuela, Auggie (Jacob Tremblay) está muy nervioso, porque tiene claro cómo lo recibirán sus compañeros. A sus 10 años lleva 27 operaciones debido a que nació con un síndrome y prefiere usar un casco de astronauta para esconder las cicatrices en la cara que, según algunos, lo hacen ver como un “monstruo”. Otros no se le acercan y mucho menos lo tocan: piensan que los va a contagiar de alguna “plaga”.

Aunque también lo trataron bien, las miradas intensas, comentarios ofensivos, burlas y preguntas incómodas se presentaron de inmediato desde el primer día de clases, por lo que Auggie llegó destrozado a su casa. Por fortuna, sus padres (Julia Roberts y Owen Wilson) y su hermana (Izabela Vidovic) siempre lo han apoyado y han sabido encontrar las palabras necesarias para levantarle el ánimo.

La experiencia en la escuela se volverá satisfactoria, pero a la vez complicada. Hay compañeros que le ofrecerán su amistad, pero otros que no dejarán de molestarlo, por lo que Auggie tendrá que ser fuerte, paciente y muy inteligente si quiere terminar con éxito el ciclo escolar.

El título puede funcionar para dejar claro que todas las personas, independiente de su condición, pueden serlo, pero Extraordinario (Wonder/EU/2017) no va con el resultado de la película dirigida por Stephen Chbosky (mucho mejor Las ventajas de ser invisible, 2012) con un guion de Steve Conrad y Jack Thorne, basada en la novela La lección de August, de R.J. Palacio.

El problema no está en las actuaciones. Roberts no hace un trabajo sobresaliente, pero tampoco decepcionante como la mamá que apoya en todo momento a su hijo y, a pesar de haber truncado su vida profesional, siempre está al tanto de lo que su familia necesita; salvo algunas frases un tanto sarcásticas, el papel de Wilson como el papá que alienta a su niño a no darse por vencido, destaca menos, pero no es malo.

Si bien los niños son los que acaparan toda la atención: Noah Jupe como el mejor amigo; Elle McKinnon como la niña que habla hasta por los codos pero respeta a su nuevo compañero de clase; Bryce Gheisar, como el mayor contrincante de ese alumno que recién llegó con un aspecto nada agradable; e Izabela Vidovic, como la hermana comprensible, sin duda alguna, es Jacob Tremblay quien se lleva la cinta, por su naturalidad y mostrar esa capacidad para convertir las malas experiencias en maravillosas, a través de la imaginación; sus reacciones de tristeza, por el rechazo; y su felicidad al ser aceptado.

La mayor desventaja del filme es que no cuenta con un conflicto real. Es cierto que es complicado para Auggie ir a la escuela y lo que su familia sufre al verlo, pero en realidad el niño no se enfrenta a complicaciones que hagan emocionar al espectador de una manera tal que termine conmovido. Contrario a eso, la mayor parte de las situaciones se resuelven a favor del público, a quien se le complacen todas sus expectativas. Esto es parte de que el ritmo termine siendo flojo y no provoque sobresaltos.

La otra debilidad de Extraordinario es haber fragmentado la historia desde diferentes puntos de vista, lo cual hace que la atención hacia Auggie se pierda, entonces después no se sabe si se debe comprender más al mejor amigo, a la hermana o a la que era la compañera preferida de ésta. Vaya a verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

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