Qué come usted: Takis Huakamoles

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TEl mercado de botanas saladas tiene un común denominador: son altas en grasas, son altas en sodio, son muy calóricas (calorías vacías, con bajo o nulo aporte alimenticio) y contienen gran cantidad de aditivos y colorantes.

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En México este mercado está dominado por dos grandes competidores: Sabritas, subsidiaria de PepsiCo, y Barcel, filial de Grupo Bimbo. A estos monstruos del comercio de botanas se las han sumado marcas como Bokados o Totis, que se llevan rebanadas más pequeñas de ese gran pastel de ventas que representan las botanas en México.

Tan solo las frituras de maíz como Takis representaron el 58 por ciento de las ventas de botanas en 2022.
Al traducir estas preferencias en lo económico, todas parecen historias de éxito, dignas de un reportaje para Forbes, pero en temas de salud es evidente que toda la carga de calorías vacías, sodio y aditivos está llegando a gran parte de ese sector de la población que consume botanas a raudales.

Empaque

Takis Huakamoles se presenta en una bolsa metalizada de color blanco. Al centro resalta el nombre de la marca en fuente amarilla sobre un fondo morado y, bajo este, la ilustración de lo que aparenta ser una mezcla de aguacate, chile jalapeño y cilantro.

La ilustración tiene un efecto de giro, como si la mezcla estuviera siendo licuada y se titula “Huakamoles”, un nombre que por normativa se ven obligados a usar, ya que en México no se pueden referir como guacamole; en Estados Unidos este mismo producto sí lleva el nombre “Guacamole”.

La bolsa presenta dos sellos advertencia de la Secretaría de Salud en la parte superior derecha: exceso de calorías y exceso de sodio.

Ingredientes

Esta botana salada de Barcel está elaborada con 21 ingredientes, dos básicos, es decir, los que conforman la tortillita en forma de rollo, que son harina de maíz y aceite vegetal, y 19 que componen el sazonador.

Este sazonador contiene maltodextrina como su primer ingrediente, un utilizado en la industria alimentaria para distintos fines, en este caso, como agente de conversión de grasas a polvo. Sal y grasa vegetal son los otros dos principales ingredientes del sazonador, los cuales se complementan con el grupo de saborizantes, conservadores y colorantes.

Al contener aceite en su base, y grasa vegetal en el sazonador, el sello de exceso de calorías se ve justificado.

Como parte de los saborizantes encontramos algunos de origen natural, como cebolla en polvo, tomate en polvo, ácido cítrico, ajo en polvo y especias. Aunque también encontramos la triada sabor que proviene directamente del laboratorio: glutamato monosódico (GMS), guanilato e inosinato de sodio.

Estos ingredientes derivados del sodio más la adición de sal justifican el sello de exceso de sodio.

El producto contiene laca, una mezcla de colorantes amarillo 5, azul 1 y rojo 40. En diversos estudios se menciona la relación entre el consumo de productos que contienen colorantes artificiales, como en este caso, y la hiperactividad infantil, alergias leves o asma.

Aunque en México no están prohibidos, algunos países sí regulan el uso de colorantes para fines alimentarios. La revista Profeco mencionó en una publicación en 2020 que, al estar permitidos, las empresas que los usan dirán que no causan daño alguno.

Un exceso ‘invisible’ de grasas

Los Takis sabor Huakamoles son una botana altamente grasosa, sin embargo, no llevan ningún sello de advertencia por este concepto. Portan el sello del exceso de calorías, que en este caso se ve justificado precisamente por su alto contenido en grasas y carbohidratos, pero no uno que específicamente exponga eso, un exceso en la cantidad de grasas comestibles.

Desde mi punto de vista, la norma se queda corta en este caso. Al no declarar grandes cantidades de grasas trans o grasas saturadas, el producto no merece un sello de exceso, aunque el 29 por ciento de su peso sea de grasas añadidas.

La bolsa completa contiene 17.2 gramos de grasa en los 60 gramos de peso, de las cuales 2.8 son saturadas. El producto además tiene 32 gramos de carbohidratos, la mayoría provenientes de la harina de maíz.

Cabe señalar que las grasas vegetales no son sinónimo de salud, incluso, en la mayoría de los casos al revisar a la industria alimentaria es a la inversa. Esta usa grasas vegetales de bajo costo y calidad que, junto con los azúcares, son de lo peor que podamos darle a nuestro corazón.

Artículo publicado el 26 de noviembre de 2023 en la edición 1087 del semanario Ríodoce.

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