Gula fue publicado por primera vez el 10 de agosto del 2014 con el eslogan Casi todo sobre la obesidad. Lo anunciamos como una propuesta editorial de Ríodoce que pondría a la obesidad sobre la mesa… de debates.
Nuestra primera portada se tituló Obesidad, la pandemia del siglo, cuando el término “pandemia” era poco conocido fuera del ámbito médico/científico. ¿Premonitorio? No. Simplemente la obesidad y todo lo que ésta causa eran temas a los que no se les dedicaba el tiempo y el espacio necesario, pero ya estaban allí, creciendo en silencio; enfermando a la población y desangrando las finanzas públicas.
Cuando empezamos, los índices de obesidad no eran la punta del iceberg, eran el mismísimo iceberg de cuerpo entero, rascando las nubes.
Inicialmente, como se planteó, Gula sería un espacio para hablar sobre la obesidad y las enfermedades a las que ésta arrastra. En ese primer número hablamos, entre otros temas, de las generalidades de la obesidad, de los efectos de una de las más agresivas campañas refresqueras con “Comparte una Coca-Cola con…” y de las dificultades sexuales de los obesos.
En ese sentido hicimos la tarea mes tras mes, hasta que un ajuste administrativo nos hizo pasar de suplemento a sección por casi tres años, pero informando en el mismo tono.
En 2021, volvimos a retomar el suplemento, que hasta el día de hoy se mantiene. En esta segunda etapa entendimos que la salud es un tema de gran interés para nuestros lectores, y que limitarnos a hablar de lo relacionado con la obesidad dejaba fuera a muchos otros tópicos importantes. A raíz de esto diversificamos los temas: continuamos con obesidad y sus enfermedades como el tema central, pero nos abrimos a la salud en general. El lema cambió a Obesidad y salud.
LA OBESIDAD DURANTE LA DÉCADA, NUESTRO PROBLEMA DE FONDO
Un año antes de la primera publicación de Gula, el Gobierno de México había implementado la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, medidas orientadas a combatir la crisis de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles que amenazaban a nuestro sistema de salud. El país era gobernado nuevamente por el PRI después de dos sexenios de panismo.
Para entonces ya estaban los datos de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012), resultados que le correspondían a las acciones del último gobierno panista. La evidencia mostraba una prevalencia del 71.2 por ciento de sobrepeso u obesidad en adultos mayores de 20 años, del 35 por ciento en jóvenes de 12 a 19 años y del 34.4 en niños de entre 5 y 11 años de edad. Comparado con la ENSANUT 2006, había una muy ligera mejora en la obesidad infantil —casi imperceptible —, pero la juvenil y adulta habían empeorado. Ya eran números muy alarmantes.
En los siguientes años el panorama de la obesidad en México no mejoró: para 2018 —cinco años después de lanzada la estrategia— en la siguiente edición completa de la ENSANUT publicada en 2019, la obesidad adulta había crecido al 75.2 por ciento de prevalencia en el mismo rango de edad, la juvenil al 38.4 y la infantil al 35.6 por ciento.
A ese ritmo, superar el 80 por ciento no tomaría mucho tiempo. Poco a poco íbamos perdiendo terreno. El techo del cien por ciento se sentía cada vez más cerca, y llegó la pandemia del covid.
Con un mal manejo de la pandemia, confinados a un sedentarismo casi obligado e inclinándonos a comida preelaborada de fácil acceso, la pandemia del Covid-19 terminó por aplastar cualquier aspiración por abatir la obesidad: el mundo engordó 6.1 kilos en promedio, los mexicanos lo hicimos 8.5 kilos, según reveló el estudio Actions & Interventions for Weightloss, de la investigadora de mercados Ipsos.
A finales de 2020, entró en vigor la norma del nuevo etiquetado de bebidas y alimentos, una gran victoria para quienes buscamos de una u otra forma combatir la obesidad. Se trató de una bofetada al sector empresarial, que acostumbraba regular los alimentos y bebidas de cabo a rabo.
Actualmente se libra una batalla por las escuelas, uno de los principales espacios obesogénicos que se resisten a ser regulados y que son de suma importancia para que se logren resultados de fondo.
Todavía hay mucho trabajo por hacer. La misión es clara: seguir informando con claridad, con lecturas digeribles, de sustento teórico y científico, apoyados de especialistas del sector público y privado, sin fobias, claro, pero también sin romantizar la obesidad.
Nota:
La ENSANUT 2024 está en la etapa de levantamiento, y será dentro de un año cuando se liberen los resultados que le corresponderán al primer gobierno de Morena, ¿habremos mejorado? Y si no, ¿será culpa también de los gobiernos anteriores? Ya veremos, por lo pronto, seguimos.
Artículo publicado el 25 de agosto de 2024 en la edición 79 del suplemento Gula.