Los ultraprocesados, eufemismo con el que con mayor frecuencia nos referimos a los alimentos chatarra, abundan en el mercado mexicano. Es casi imposible encontrar un rincón en nuestro país al que no llegue esta basura en cualquiera de sus formas: refrescos, botanas, dulces, galletas, pan dulce o bebidas alcohólicas.
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Somos un país muy refresquero, pero también muy alcohólico. En este mercado, la chatarra también abunda, pero se clasifica y regula por separado.
Los datos del Instituto Nacional de Salud Pública indican que alrededor de 20 millones de personas en México padecen alcoholismo.
Esta condición tiene impacto directo en la salud física y sicológica de los consumidores, ya que se relaciona con el desarrollo de enfermedades crónicas, depresión, violencia, desintegración familiar y problemas económicos graves.
Las principales consecuencias físicas atribuibles al consumo de alcohol se deben a traumatismos intencionales o no intencionales, por lo general debido a accidentes de tránsito, violencia en los ambientes de consumo de alcohol o suicidios. Las lesiones mortales relacionadas con el consumo de alcohol son más frecuentes en jóvenes.
Envase
Four Loko Blue viene envasado en una lata de 473 mililitros o 16 onzas, de las que se conocen en el mundo etílico como de ‘dos pisos’. El diseño es simple y tan azul como su nombre: presenta unos patrones tipo mosaico en tres tonalidades de azul, el nombre de la marca y la presentación se agregan en vertical y terminan en un chispazo de tinta negra que indica que “CONTIENE ALCOHOL 12 por ciento Alc. Vol.”.
¡Aguas! Naturalmente, una bebida alcohólica debe anunciar su contenido de alcohol, pero el 12 por ciento es una cantidad muy elevada para los estándares de las bebidas alcohólicas dulces o cervezas comerciales.
El envase describe al producto como una bebida alcohólica preparada sabor a frutas.
Ingredientes
La bebida ultra alcohólica Four Loko Blue está elaborada con 10 ingredientes: agua carbonatada, fructosa, espíritu neutro, ácido cítrico, saborizante, citrato de sodio, benzoato de sodio, azul 1, amarillo 5 y amarillo 6.
En realidad, la lista es corta, pero está cargada de basura. La fructosa es una de las peores formas de azúcar que se le puedan añadir a las bebidas sin importar si son comunes o alcohólicas. Para efectos metabólicos, el organismo no distingue si estamos sentados a la mesa o en la banqueta festejando con los amigos: la fructosa es muy mala en esta lata, así como en las de refrescos, ya que se absorbe muy rápidamente y tiene efectos directos como promotor de hígado graso y aumento de peso.
El ingrediente ‘espíritu neutro’ no es otra cosa que alcohol (etanol) procesado al punto de extraerle olor y sabor, lo que hace que esta bebida dulce, coloreada y que no sabe a alcohol sea tomada a la ligera y se convierta en una bomba de tiempo que termine explotando en medio de la fiesta, con consecuencias bochornosas, en el mejor de los casos, o catastróficas, en el peor.
Señalado por Cofepris
En julio de 2019, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió un comunicado en relación con un análisis realizado a dos lotes de Four Loko. En el comunicado se menciona el hallazgo de Furfural en cantidades superiores a las que marca la norma.
El Furfural es un compuesto que deriva del procesamiento del etanol, que en cantidades elevadas puede traer consigo malestares como dolor de cabeza, náuseas, diarrea, vómito o dolor abdominal.
En ese momento, la Cofepris también encontró que los establecimientos donde se producía Four Loko utilizaban alcohol etílico, sin que esto fuera declarado en sus etiquetas.
¿Qué pasó anoche?
Traer este producto a las páginas de Gula no fue cuestión de azar, más bien salió al tema como parte del anecdotario que dejan las reuniones de las que nos acordamos cuando nos volvemos a reunir con el mismo grupo.
Dos latas de Four Loko y un par de copas de tinto bastaron para que un joven compañero de reunión perdiera el piso y volviera el estómago. Y es que la bebida, por sus ingredientes, no se siente alcohólica y puede pasar desapercibida hasta que explota, algo similar a lo que se vive al beber vodka.
Este escenario se complica cuando los jóvenes que consumen bebidas de esta naturaleza no están cerca de otros adultos responsables que puedan hacerse cargo de ellos, tengan a disposición algún vehículo o participen en actos violentos al calor de las copas.
Artículo publicado el 25 de febrero de 2024 en la edición 1100 del semanario Ríodoce.
