Un experimento de la BBC midió el impacto de la dieta en hermanas gemelas durante dos semanas, una con alimentos naturales y otra con ultraprocesados

Hagamos un ejercicio breve de memoria, ¿qué comimos ayer? Es muy posible que dentro de nuestras comidas del día anterior hayamos consumido uno o más productos ultraprocesados.

Cada día consumimos una enorme cantidad de productos altamente procesados, incluso sin darnos cuenta. Y es que cuando hablamos de ultraprocesados no nos referimos solo a los alimentos chatarra, sino también a todos aquellos alimentos que forman parte de nuestra alimentación regular y son producto de múltiples procesos de producción.

Vivimos recordando lo obvio y pasamos por alto los detalles. Por ejemplo, si ayer nos cenamos unas tostadas mexicanas podríamos pensar: ‘ah, todo bien, tostadas de pechuga, verdura, crema, queso y caldito’, pero no es tan sencillo. Desglosemos. La tostada, un ultraprocesado a base de harina de maíz ultraprocesado, frita en aceite vegetal ultraprocesado; la crema, a menos que la traigan directo del rancho, otro ultraprocesado con aditivos espesantes y conservadores; y el caldito, muy probablemente ayudado por un cubito de sazonador también ultraprocesado. Esto está en todas partes.

Durante años, se han intentado probar los efectos secundarios del consumo habitual de alimentos de esta naturaleza, más allá de los conocidos alimentos chatarra y sus dañinos efectos ya expuestos una y otra vez.

Por esto, la BBC, en colaboración con científicos del King’s College de Londres realizaron un experimento que buscó responder estas interrogantes.

Dietas no idénticas

“En la última década ha crecido la evidencia de que la comida ultraprocesada es peligrosa en maneras que no habíamos pensado”, afirma Tim Spektor, investigador y profesor de epidemiología en King´s College.

Spektor, fue el encargado de supervisar el experimento en el que dos hermanas gemelas llevaron dietas específicas durante dos semanas.

Nancy, llevó una dieta de alimentos frescos y Aimee siguió una dieta de ultraprocesados. La dieta de ambas tenía la misma cantidad de calorías, nutrientes, grasas, azúcar y fibra, pero de fuentes distintas.

Luego de dos semanas, los resultados fueron impactantes. Aimee, que había llevado la dieta de ultraprocesados elevó sus niveles de grasa y azúcar en sangre, y subió un kilo de peso; Nancy, mantuvo sus niveles estables e incluso bajó un kilo de su peso inicial. “Imaginen lo que sería en 20 años”, comentó el profesor Spektor.

¿Dónde está la trampa?

Para los especialistas encargados del estudio, la gran diferencia entre una y otra dieta viene de los ingredientes.

De los ingredientes más usados en la industria de alimentos ultraprocesados son los emulsionantes, que ayudan a mantener la forma de ciertos alimentos, a mejorar su textura, presentación y prolongan la vida de anaquel.

Todas estas características desarrolladas a partir del uso de emulsificantes vuelven a los productos más atractivos y más rentables.

La carboximetilcelulosa es uno de los emulsificantes más utilizados en la industria, se trata de un polvo blanco que al interactuar con agua se vuelve como un pegamento.

“Observamos una asociación significativa entre el consumo de emulsionantes y un incremento del riesgo de cáncer en general y cáncer de mama notablemente, pero también de enfermedades cardiovasculares”, declaró la doctora Mathilde Touvier, científica de la Universidad de Sorbona, en Francia.

Actualmente, Touvier comanda un estudio de 174 mil personas sobre el impacto del consumo de emulsificantes.

Otro ingrediente que ha sido señalado es el edulcorante aspartame, cuyo uso ha ido en aumento como sustito de azúcar regular; es 200 veces más dulce que esta.

Hace apenas unos años, el aspartame se utilizaba como edulcorante de dieta, hoy las regulaciones sobre los altos contenidos de azúcares han hecho que la industria reformule sus recetas, por lo que han aumentado el uso de este y otros edulcorantes de bajo aporte calórico en sustitución de azúcares añadidos como la sacarosa y el jarabe de maíz de alta fructosa, principalmente.

En mayo de este año, la OMS aconsejó eliminar el uso de aspartame, ya que su consumo puede estar relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y aumento en mortalidad en adultos.

Artículo publicado el 25 de junio de 2023 en la edición 1065 del semanario Ríodoce.