La inflación y la desaceleración del crecimiento económico impactarán fuertemente la seguridad alimentaria de habitantes de América Latina y el Caribe.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que 7.8 millones de personas se vean afectadas por el impacto de la inflación, y se sumen a los 86.4 millones que ya viven en estas condiciones.

“Esto es sólo tomando en cuenta la inflación y el crecimiento. Si se le suma que golpea mucho más al tema de las mujeres, a los sectores informales, que no hay recursos para mejorar en lo social; el impacto de la situación puede ser todavía mayor”, señaló Mario Cimoli, secretario general interino de Cepal.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), define a la inseguridad alimentaria como el riesgo de no acceder “a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”.

Un acceso limitado a los alimentos de canasta básica promueve el uso de alimentos sustitutos de menor precio y aporte nutricional. Al ocurrir esto, se podrían acelerar las cifras de desnutrición y a su vez las de obesidad y sobrepeso, que están directamente asociadas al estatus económico de las regiones.

El aumento de la pobreza “refleja el fuerte aumento de los precios de los alimentos”, indica Cepal. “Estos niveles son notoriamente superiores a los observados antes de la pandemia e implican otro retroceso en la lucha contra la pobreza” en la región, agrega.

Artículo publicado el 19 de junio de 2022 en la edición 1012 de Ríodoce.