Antepenúltimo round

elecciones 2022

En la edición de Ríodoce del 22 de abril, dejamos la interrogante sobre lo que acontecería en términos políticos con los partidos de oposición después del estridente triunfo que lograron al detener en la Cámara de Diputados la reforma constitucional en materia de energía eléctrica.

Conjeturábamos entonces, si la oposición sería capaz de soportar unida la andanada impulsada desde palacio nacional con la etiqueta de “traidores a la patria”, o si esa solidez que estaba mostrando pasaría “al baúl de lo anecdótico”y el presidente y su partido recuperarían su capacidad de operación para dividir y llegar al 2024, en un aterrizaje planeado y sin turbulencias.

Concluíamos aquel análisis diciendo:
“Las elecciones de junio que involucran seis gubernaturas, van a ser en buena medida el indicador político que nos señale si el 24 vamos a una real competencia o a un resultado cantado, como en los “mejores años” de ese priismo setentero en el que el presidente y sus aliados tienen su génesis”.

Pues bien, llegamos a las elecciones de junio y la unidad de la oposición PAN, PRI y PRD se mantuvo y pareciera, por las últimas encuestas publicadas, que crecieron en presencia electoral. La jornada de hoy quizá no tenga sorpresas pero tendrá, al menos, resultados competidos.

Entre la negativa de pasar la reforma eléctrica y las elecciones de este día, menudearon los ataques directos a partidos y dirigentes opositores y al igual que antes del rechazo en la Cámara de Diputados, lejos de dispersar el esfuerzo opositor, sus ánimos de actuación conjunta se vieron estimulados.

Pero, ¿para cuánto alcanza o les va a alcanzar esto? Lo veremos por la noche y en los próximos días ya que, incluidas las seis gubernaturas en juego, se disputan cuatrocientos treinta y seis cargos y los resultados preliminares y cómputo oficial continuarán hasta el 8 de junio.

Es un hecho que desde que López Obrador asumió el poder ha estado más al pendiente de la política electoral que de la tarea de gobernar en sí misma.

Por eso, además de la elección constitucional que enfrentó el 2021, se ha inventado consultas lo mismo para cancelar obras que para enjuiciar ex presidentes y la más significativa de todas ellas: la “revocación” de mandato que, con la ayuda de las cámaras y la tolerancia de la Corte, convirtió en un proceso de “ratificación” que no necesitaba; ni lo pedía nadie más que él mismo, seguido, obviamente, por su partido.

En esa lógica de constante política electoral, puede decirse que cada confrontación en elecciones constitucionales, consultas y revocación, han sido, haciendo un símil con el boxeo, rounds de una pelea cuyo último episodio está pactado para el proceso electoral del 2024.

Si al presidente no se le ocurre otra consulta nacional, será éste el antepenúltimo round y las elecciones del próximo año en Estado de México y Coahuila la antesala del episodio definitivo.

Luego entonces, las elecciones de hoy, de suyo importantes, no son definitorias para entender lo que pasará hacia el final de la pelea, pero sus resultados si nos van a dar elementos para entender cómo llegarán el gobierno, su partido y la oposición a la disputa de la presidencia, las cámaras y casi la mitad de las gubernaturas de los estados.

En esta pelea no hay nocaut, por lo que independientemente de los resultados que arrojen estos comicios y los del año próximo, necesariamente el encuentro se va a prolongar hasta ese último round de 2024.

La decisión, en este caso es de los electores y lo que hasta hoy, (antes de la jornada electoral), muestran las “tarjetas”, es que el partido en el gobierno mantiene preferencia a nivel nacional, aunque los resultados de los ejercicios previos indican tambien una pérdida sostenida, al menos en el número absoluto de votos.

En el año de la elección presidencial, Morena logró poco más de 30 millones de sufragios que en la de 2021 se convirtieron en veinte millones y en el ejercicio de revocación de mandato, a duras penas y en medio de innumerables violaciones legales, como utilización de recursos públicos y coacción sobre votantes, solo obtuvieron 15 millones.

Cierto, no son ejercicios comparables de manera lineal, pero es un hecho que Morena ha tenido dos oportunidades de acrecentar aquellos 30 millones de votos, lo ha intentado y no lo ha logrado ni con todo el apoyo del poder público.

La “joya de la corona” es la Presidencia de la República, pero lo que sí se ve desde ahora es que aún conservando Morena esa posición, habrá mayor presencia opositora en la cámaras.

La decisión dividida en el boxeo no cambia ganador y perdedor, ¡Pero en política sí cuenta! Es equilibrio saludable para el desarrollo y la democracia.

Artículo publicado el 05 de junio de 2022 en la edición 1010 del semanario Ríodoce.

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