‘Llegaron los de la DEA’, el mensaje que alertó al Cártel de Sinaloa en junio

pistolero

A mediados del mes de junio de este año, un boletín criminal empezó a circular en las redes del Cártel de Sinaloa; era un mensaje de voz alertando sobre la llegada de más de 150 elementos de la DEA al aeropuerto de Culiacán, que habrían aterrizado en aviones del ejército y de la Armada de México, supuestamente para investigar la producción de fentanilo.

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“Nos están reportando que llegaron 150 elementos de la DEA que van a andar en carros particulares, para que estén bien enterados y se mantengan pendientes; ¡150 elementos fueron los que llegaron!”, decía la voz de un hombre que no se identificaba, pero que tenía un fuerte acento serrano y mantenía un tono de alerta.

El mensaje pronto se volvió viral entre punteros, burreros, pistoleros y narcos, llegando incluso a las oficinas de este semanario, que buscó confirmar el reporte con la DEA en Washington, y la entonces vocera Bárbara Carreño señaló que la agencia no tenía semejante información, y recomendó llamar a la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México, quienes nunca respondieron ni llamadas ni correos electrónicos.

Pero la alerta estaba dada, y pocos días después, durante una serie de recorridos hechos por este reportero a algunos de los hoteles de mayor prestigio en Culiacán, pudo notarse que uno o dos vehículos de pronto empezaron a estacionarse de manera permanente en las afueras de esos recintos, y el argumento fue que eran choferes de Uber esperando por pasaje.

Misteriosamente nunca recogían pasaje, y fue entonces que personas cercanas a la cúpula del Cártel de Sinaloa confirmaron que efectivamente, “los jefes” tenían informes de que agentes de la DEA estaban operando en Culiacán junto con autoridades de inteligencia de gobierno del estado, y de orden militar.

Apenas dos meses antes de aquella llegada, a principios de abril de 2019, el gobierno del estado de Sinaloa reventó el primer laboratorio de fentanilo en la colonia Lomas de San Isidro, al sur de Culiacán, y fue entonces que se concluyó que la información era real: el Cártel de Sinaloa estaba produciendo esa droga sintética, y los laboratorios estaban ubicados en Culiacán.

Un reporte de inteligencia de Estados Unidos confirmó que serían los Chapitos, los principales proveedores de fentanilo en la unión americana, que importaban la materia prima de Alemania, China y Taiwán por mar hasta las costas del pacífico, principalmente Sinaloa y Michoacán.

EL GRUPO ESTADUNIDENSE. En la sierra.

La ubicación de Ovidio

Con la enmienda de acabar con esa facción del Cártel de Sinaloa habrían ubicado a Ovidio Guzmán López, el pasado 17 de octubre en Culiacán, y tras haberlo sometido, el cártel desató toda su furia contra las fuerzas federales.

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“Nosotros teníamos la orden de disparar contra civiles, porque aunque no queríamos dañar a nadie, el jefe es el que manda; para eso nos paga, y si nos hubieran dicho que matáramos a las familias de los guachos teníamos que obedecer”, dijo un pistolero que participó en los enfrentamientos de ese día.

Pero el ataque, aunque no estaba contemplado, si estaba preparado desde hacía por lo menos dos meses, pues debido a aquel reporte hecho por el Cártel de Sinaloa, que informaba la llegada de los agentes de la DEA a Culiacán era real, tan real que las diversas familias que controlan el trasiego de droga en el norte del país no sólo tenían punteros vigilando a los extranjeros “misteriosos” que llegaban a Culiacán, sino que se habrían enterado de una reunión entre directivos de la agencia estadounidense, con autoridades federales y el mismo gobernador del estado Quirino Ordaz, ocurrida el 13 de septiembre pasado.

El reporte pasado a los jefes del Cártel de Sinaloa era que Uttam Dhillon, director de la DEA se habría reunido con el gobernador del estado, y que también estuvieron presentes otros funcionarios militares, de la Guardia Nacional y de la Armada de México.

Por ello la reacción del Cártel de Sinaloa fue inmediata. Y por ello la tarde del 17 de octubre pasado, los radios en Badiraguato, en Guamúchil, en el valle de San Lorenzo, Cosalá y en Sanalona, no dejaban de sonar.

“Los radios no dejaban de sonar, y estaban yendo a Culiacán pistoleros de todas partes, y lo bueno es que soltaron al muchacho, si no, quién sabe qué hubiera pasado”, dijo un coordinador para el cultivo de enervantes de la zona de Badiraguato.

Es tanto el poder del cártel, que según pistoleros entrevistados para este reportaje, había más de 100 metralletas tipo barret calibre .50, y se estaban armando a los más de 300 punteros que laboran para los Chapitos, otros 400 que laboran para gente cercana a Ismael el Mayo Zambada, y estaban ofreciendo 20 mil pesos por día a pistoleros retirados, o quien supiera de manejo de armas, para que se integraran a la batalla.

“Estaban abriendo los bunkers llenos de armas, con rifles, bazookas, lanzagranadas, y todo el armamento que se pueda imaginar. Por eso decimos, quien sabe qué hubiera pasado si no liberan a Ovidio”, relató gente que estuvo familiarizada con el ataque.

REUNIÓN. De Quirino Ordaz con agentes de la DEA.

La Casa Blanca niega participación

Aun cuando los Chapitos tienen cuentas pendientes en Estados Unidos, y el gobierno de ese país los requiere en diferentes cortes estadounidenses, habría sido la Casa Blanca la que aparentemente presionó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a detener a los hermanos Guzmán, según una investigación del medio MVS.

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Sin embargo, funcionarios de la Casa Blanca negaron haber presionado a México para detener a Ovidio, ni tampoco haber enviado a agentes a que participaran en el operativo del pasado 17 de octubre.

“La operación en Culiacán en la noche del 17 de octubre fue una operación mexicana, pues aunque es de conocimiento público que Ovidio Guzmán fue acusado en los Estados Unidos, en el Distrito de Columbia, el gobierno de México es quien se compromete a arrestarlo y a entregarlo, según el tratado de extradición entre ambos países”, explicó a Ríodoce Namita Biggings, portavoz de la casa Blanca.

Lo cierto es que, aunque siempre Estados Unidos ha negado injerencia en investigaciones y arrestos de capos del narcotráfico en México, siempre han existido testimonios de personas que vieron o escucharon a estadounidenses durante las operaciones que el gobierno de México realiza en México, incluso cuando Joaquín el Chapo Guzmán fue arrestado en Mazatlán, en febrero de 2014, había agentes de la DEA dirigiendo la operación, y hasta el mismo dirigente de la captura, Andrew Hogan, llegó a publicar un libro sobre cómo atrapó al capo.

“Qué onda Chapo“, escribe en su libro que le grita al verlo, mientras era conducido por elementos de la Armada de México.

Lo cierto es que fuentes consultadas que pertenecen al crimen organizado, opinaron que este enfrentamiento va a tener consecuencias, y que será cuestión de tiempo para que atrapen a los hijos del Chapo.

“Nunca se había visto que enfrentaran al gobierno, y ahora saben que los Chapitos tienen poder y que no dudarán en usarlo, pero pues el gobierno es el gobierno, y nunca le ganas”, dijo la fuente, quien solicitó no se revelara su identidad.

Artículo publicado el 27 de octubre de 2019 en la edición 874 del semanario Ríodoce.

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