Villarreal hasta la novena entrada

Armando Villarreal. Un mueblero con suerte.
Armando Villarreal. Un mueblero con suerte.

Nunca, en la historia de Sinaloa, se habían expuesto tantas anomalías en la administración de las finanzas estatales. O era menos el saqueo de los dineros públicos, o quienes antecedieron al gobierno actual eran menos torpes. El caso es que el gobierno no termina de “explicar” una observación sobre el manejo del presupuesto, cuando ya tiene que encarar otra. Pero no con datos precisos, convincentes, sino con expresiones hasta ridículas que no se sostienen lo que dura un bostezo.

Los mismos funcionarios del Ayuntamiento de Navolato, por ejemplo, confirmaron a Ríodoce que los 11 millones de pesos que se le dieron a Evelio Plata para la construcción del nuevo palacio municipal, no fueron aplicados a esta obra, pero tampoco para paliar los estragos del huracán “Manuel” sobre la población, como argumentó el gobernador Mario López Valdez. Y a la fecha no se sabe para dónde se fue ese dinero.

El Ejecutivo nunca dio respuesta a las decenas de observaciones que hizo, luego de un acucioso trabajo de investigación, un consejo ciudadano creado para vigilar el destino del préstamo de 2011 —2 mil 600 millones de pesos— y ahora, en vez de solicitar la venia del Congreso para endeudarse, lo hizo por su cuenta, a través de créditos “menores” que acumularon, en solo un año, casi 3 mil millones de pesos. Armando Villarreal, el jefe de finanzas, fue citado en su momento por el Congreso para que explicara pero nunca aclaró nada.

Si es legal o no, eso todavía tendría que decidirlo un tribunal, si es que alguien tiene la delicadeza de pedir cuentas por la vía jurídica. El problema es que cuando al gobernador se le cuestiona dónde se aplicaron esos recursos, no tiene una respuesta clara y mejor se escapa por la vía fácil del aparente desdén del problema. “Se gastaron”.

El otro problema es que, a pesar de que el gobierno ha estado recibiendo participaciones federales históricas —en estos cuatro años obtuvo más de 200 mil millones de pesos—y que se ha estado echando mano de recursos adicionales al presupuesto estatal con endeudamientos autorizados y no, nunca le alcanza el dinero.

El rezago en pagos a proveedores no tiene precedente, las obras que se inauguran pero en decenas, tal vez en cientos de casos, no se concluyen; se “jinetea” el dinero de los burócratas, a los maestros no se les paga, no llega el apoyo a las personas de la tercera edad…

Y entonces ¿qué se hace con el dinero? ¿A dónde se va? Se supone que Villarreal debería tener las respuestas a la mano, pero nunca es así.

En la segunda quincena de enero, por ejemplo, muchos burócratas se encontraron con que sus cheques estaban “protegidos” y no los pudieron cobrar. Eran cheques de una cuenta de Banamex que fueron depositados en Bancomer. Como se atravesó un largo fin de semana, para el martes que abrieron los bancos ya no tuvieron ningún problema. ¿Cuál es el truco aquí? Muy sencillo: como se trata de millones de pesos, en dos o tres días que el dinero reposa en las cuentas, genera intereses. Y esos nunca se sabe a dónde van. Y si se sabe, nadie reclama. Por lo pronto, quien administra juega con las necesidades de maestros y burócratas.

Otro problema es que no hay contrapesos, ni en el estado ni a nivel federal. En Sinaloa el Congreso del Estado —sobre todo el bloque PRI-PAN— sigue actuando como comparsa de la administración estatal y los partidos, unos porque se creen parte del gobierno y el otro porque está negociando el regreso de Malova al redil; en vez de vigilar y castigar, han sacado provecho del saqueo.

A nivel federal, si se esperaba que el gobierno pusiera más atención en lo que pasa en Sinaloa, esto hay que descartarlo de momento. Por un lado, el PRI quiere recuperar los espacios perdidos en 2010 y lo ha estado haciendo con base en negociaciones con el propio gobernador; por el otro, el presidente Enrique Peña Nieto lo que quiere por ahora son brazos que se abran a su encuentro, y no andar cobrando viejas cuentas.

Así que no debe esperarse que las cosas cambien en el corto plazo. Años electorales los dos de la tercera etapa del gobierno del “cambio”, deben, por el contrario, esperarse más turbios.

 

Bola y cadena

SI EL GOBERNADOR NO HIZO cambios luego de la primera mitad de su sexenio, es casi seguro que terminará con el cuadro básico que arrancó con él la aventura de gobernar ¿No tenía a donde mandar a su secretario de Administración?, ¿Son tan grandes el compromiso personal, el aprecio… las complicidades? ¿Por qué se solapa tanta ineficacia?

 

Sentido contrario

CADA VEZ QUE SE VIVE un nuevo episodio de los procesos que se les siguen a los narcos sinaloenses en los Estados Unidos o lo que son reclamados bajo la figura de la extradición, surgen más elementos para pensar que hay, entre los gringos, el gobierno mexicano y los capos del cártel de Sinaloa, un gran acuerdo para que el negocio siga su marcha sin sacudidas que pongan en riesgo la oferta. ¿Se imagina usted un día sin droga en las calles del Bronx o de Chicago, o de San Francisco, o de Phoenix, o de Las Vegas? Los gringos hacen un escándalo porque detuvieron a Serafín Zambada y terminan decomisándole 250 mil dólares… que el muchacho se podía gastar en una fiesta de cumpleaños. Pero resulta que hace meses, sin que nos enteráramos, ya no está en ninguna prisión. ¿Cuál es el juego aquí?

 

Humo negro

OTRO CASO ES EL DE VÍCTOR EMILIO CÁZARES, a quien los gringos parece le tomaron la palabra de su corrido: Lo que les vendió Santana/ etiquétenlo y lo compro/ pa qué tantos miramientos/ mejor háganse mis socios/ pa financiarles las guerras/ que tienen por el petróleo. Estados Unidos tiene ya la extradición aprobada, pero ha sellado el caso en sus cortes. ¿Pisará la prisión el de Badiraguato? Seguramente no. Y por el misterio que ha rodeado siempre este caso, es casi seguro que tampoco pisó las de México.

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