Huéspedes
Hasta la madre de su casa y de comer frijoles, decidió irse con el novio. Apenas lo conocía pero tenía una escaleid del año: dorada
Hasta la madre de su casa y de comer frijoles, decidió irse con el novio. Apenas lo conocía pero tenía una escaleid del año: dorada
Raúl le dijo vamos a Altata. Nos echamos unas heladas y ojalá consigamos unas morras para invitarlas a comer. Su compadre Víctor le respondió ta
Casada con un hombre que la dejaba hacer y deshacer, ese mediodía decidió aceptar la invitación de su amiga para empedarse en algún bar como
Eran cuatro y muy unidos. Habían crecido en la misma cuadra y pisado los mismos espacios del barrio: la cancha, la calle, las esquinas y
Br. Sonó, vibró el teléfono: escandaloso, como un insecto alado que protesta. Bueno. Contestó a gritos y con mayúsculas. Del otro lado se escuchó una
Era tan temido que hasta los hermanos se le escondían: si viene a buscarme, no estoy. Pedían, rogaban, a los vecinos para que los escondieran
Los billetes flotaban: emergían entre la espuma, el agua ya enervada, los minúsculos remolinos que producían con sus movimientos las aspas blancas de la lavadora.
Agáchate. Te mato si volteas a verme, hijo de la chingada. Agáchate y no te muevas. Ahora sí vas a chingar a tu madre, pendejo.
Enfadada. Así se sentía, en un marasmo de derrota tras derrota: se había casado con el hombre aquel por dinero o porque le gustaba y
María no se explica que lo hayan matado. Si llegaba por su hija bien armado y acompañado por hombres que lo cuidaban en cuatro vehículos,
Copyright 2018 © RIODOCE.MX. Todos los derechos Reservados.
Ismael Bojórquez
Javier Valdez
Fernando Ballesteros
Iván Páez
2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.