Niños lloraron, niños rieron. Algunos estrenaron lonchera o mochila; los que avanzaron de grado, ya curtidos en el caldo escolar, se alegraron por estar de vuelta con sus amigos. Así fue el reciente regreso a clases, donde tampoco faltaron niños somnolientos.
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Vigilar la calidad de sueño de los niños ayuda a detectar trastornos como ronquido, respiración bucal, irritabilidad y bajo rendimiento académico.
El regreso a clases implica no solo comprar uniformes y útiles, o preparar lonchera y mochila, sino también la preparación para una nueva rutina o bien para retomarla después de algunas semanas de descanso escolar.
“Si un niño no tiene una correcta higiene de sueño y duerme menos de 10 horas, en la mañana estará cansado, poco concentrado, irritable y no tendrá un buen aprovechamiento escolar, por lo que es responsabilidad de los adultos lograr que estos duerman temprano”, señaló el doctor Juan Manuel Cortés Mejía, director y fundador de la Academia Mexicana de Medicina Dental del Sueño (AMMDS).
La American Academy of Sleep Medicine, señala que los niños en edad escolar, entre 6 y 12 años de edad, deben dormir entre 9 y 12 horas de sueño cada día y los adolescentes entre 13 y 18 años entre 8 y 10 horas por día.
De acuerdo a los estudios, los niños que tienen una mejor calidad de sueño son más enfocados, aprenden mejor, tienen mejor memoria, manejo emocional y una mejor calidad de vida.
Los niños que no duermen lo suficiente son más propensos al bajo rendimiento académico, obesidad y depresión.
“Es recomendable que los niños se acuesten más temprano, evitar que vean celulares, televisión o tabletas, realizar ejercicios y jugar videojuegos antes de dormir, deben tomar un baño tranquilo, esto permitirá una rutina adecuada del sueño, que ayudará a superar los nuevos retos del año escolar”, dijo Cortés Mejía.
Vigilar la calidad del sueño también puede ayudar a detectar trastornos como la apnea de sueño, la cual puede presentarse con signos y síntomas como ronquido, respiración bucal, orinarse en la cama, irritabilidad, dificultad para poner atención y alteraciones en el crecimiento y desarrollo.
“Se ha visto que la respiración bucal se relaciona con mayor índice de caries y enfermedad gingival (de encías) en niños y adultos, alterando la microbiota oral y el crecimiento maxilo-mandibular y alineación correcta de los dientes”, señaló Cortés.
Actualmente el ronquido se puede tratar con aparatos ortopédicos bucales de prescripción odontológica, que ayudan a mejorar la respiración nocturna y con ello la eliminación del ronquido y las pausas respiratorias o Apneas de Sueño.
El experto recomendó a los padres de familia una revisión anual para determinar si hay presencia de caries y si ésta a su vez puede estar relacionada con algún trastorno respiratorio de sueño.
Artículo publicado el 08 de septiembre de 2024 en la edición 1128 del semanario Ríodoce.