Con el recurso, la defensa del capo pretende frenar su extradición
A casi 40 años del asesinato de Enrique Kiki Camarena, Estados Unidos no olvida su muerte, y dispuestos a tener en sus manos a Rafael Caro Quintero, señalado como el autor intelectual del crimen, existen varias peticiones de extradición en tres cortes de distrito en el vecino país del norte, y según expertos, su concreción será cuestión de tiempo.
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De acuerdo a datos judiciales, don Rafa, como la gente identifica a Caro Quintero en la sierra de Badiraguato, es acusado de todavía ser el líder de una organización criminal a la que la DEA nombra con su nombre, y quien opera en Sinaloa y Sonora, aunque según explican los documentos, Caro Quintero es quien sigue mandando, incluso desde la misma cárcel.
Según el expediente 15-cr-00208, radicado en una corte federal del Distrito Este de Nueva York, el cártel de Caro Quintero tiene al menos desde 2013, fecha que fue puesto en libertad en México, moviendo toneladas de mariguana, cocaína, y metanfetaminas “que envenenan a ciudadanos estadounidenses”.
“Además, este cártel opera con un gran número de sicarios, que tiene años ejerciendo todo tipo de violencia e intimidación en Sinaloa y Sonora, y es por eso que sus miembros deben ser llevados a la justicia”, se lee en los expedientes judiciales.
Además de Nueva York, también en Texas quieren al capo, según se muestra en el expediente número 20-cr-00693, radicado en una corte federal del distrito sur de ese estado fronterizo, donde el capo es acusado de homicidio, tráfico, asociación delictuosa, tortura y secuestro.
“Caro Quintero mandó matar a Ambrosio Quintero Pacheco en el Valle del Río Grande, en Texas, a quien no sólo mató, sino que secuestro, y torturó el 1 de diciembre de 1981, como parte de una venganza, pues Quintero Pacheco habría matado a Emilio Quintero Payán, padre de Rafael Caro”, se lee en el expediente.
Desde entonces, un juez federal ordenó el arresto de Caro Quintero por el asesinato de Quintero Pacheco, pero también por ser uno de los principales distribuidores de mariguana, cocaína y metanfetaminas, en el estado de Texas.
No obstante, la acusación que quizá más pesa sobre el narcotraficante es la radicada en una corte federal del distrito Central de California, donde Caro Quintero enfrenta cargos por secuestrar, torturar y ordenar la muerte de Kiki Camarena, el 9 de febrero de 1985, en Jalisco.
Este expediente, que data desde 1987, habría sido la primera acusación y eventual primera orden de aprehensión que enfrentó el capo, y por la cual ha puesto toda resistencia, incluyendo un último recurso en donde dice que él no es la persona que quiere el gobierno de Estados Unidos, sino alguien más que simplemente “se parece” al capo.
Según una consulta hecha con aparatos judiciales del Estado de México, la persona a quien las autoridades de Estados Unidos afirman que es el líder del grupo criminal, dice ser alguien más. Aunque no niega ser Caro Quintero, sí rechaza ser el líder criminal que la DEA y el Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ) señalan.
Ello hizo que su defensa presentara en febrero un recurso legal ante el Segundo Tribunal Colegiado Penal del Segundo Circuito de Toluca, alegando que “él no es el capo de la droga que busca Estados Unidos”.
Según la información, publicada primero por el periódico Reforma, la defensa de Caro Quintero solicitó al tribunal realizar 10 dictámenes periciales de identidad para demostrar que no es la persona a quien Estados Unidos busca.
Para ello, sus abogados dijeron que toda prueba de identidad solicitada deberá ser cotejada en el sistema de identidad fisonómica, fotografía forense y documentos-copia, que una vez que se revisen, servirán para “demostrar que su captura fue un error” y que, en todo caso, “el verdadero traficante de drogas sigue allá fuera de la cárcel”, según se lee en expediente 64/2024, radicado en el Segundo Tribunal Colegiado de Toluca.
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La defensa del narcotraficante también solicitó que se apliquen peritajes de informática en análisis de audio, video, fotografía y transcripción estenográfica, y acústica, fonética forense, además de análisis de voz, pues según la defensa las autoridades de Estados Unidos no pueden estar acusando a narcotraficantes sin prueba alguna.
Según fuentes consultadas en la sierra de Sinaloa, don Rafa tenía años a salto de mata, evitando ser arrestado, pero que “el viejón estaba retirado del negocio de tráfico de droga”.
“Vive solo en la sierra y no convive con nadie”, dijo la fuente.
Con este último de recurso, de negar ser la persona que Estados Unidos quiere, la defensa del capo pretende frenar la extradición del capo, para lo cual han promovido una serie de amparos para evitar su extradición, incluyendo en el Estado de México, Sinaloa, Jalisco y Ciudad de México.
Caro Quintero, de 71 años, fue arrestado el 15 de julio de 2022 en Choix, Sinaloa. A pesar de que Estados Unidos lo acusa de tener un ejército de sicarios, el capo estaba solo al momento del arresto.
Apenas el pasado 15 de febrero, un Tribunal Colegiado aceptó una impugnación por parte de la defensa del narcotraficante contra una resolución hecha el 27 de diciembre de 2023 para su extradición. Esa última impugnación detuvo su extradición.
De ser extraditado a Estados Unidos, Rafael Caro Quintero podría enfrentar una pena de 25 años de cárcel a cadena perpetua, por lo que se considera complicado que alguna vez regrese a México.
Artículo publicado el 21 de abril de 2024 en la edición 1108 del semanario Ríodoce.
