“Le enterré el cuchillo y le solté treinta balazos en la cara”, (Miguel).
No existe ningún programa del Estado que se dirija a bloquear los flujos de niñas, niños y adolescentes que cada año son reclutados por la delincuencia organizada (Red por los Derechos de la Infancia en México).
Lea: Prevenir el reclutamiento de menores por la delincuencia organizada I
La organización “Reinserta” habló con adolescentes presos, Lázaro le contó: “Éramos muy pobres, mi mamá y mi papá se la pasaban de chamba en chamba para poder mantenernos.”
“Mis papás intentaron que al menos hiciéramos la primaria, porque, aunque éramos muy pobres, no éramos ignorantes, y sí fui a la escuela. Lo malo fue que cuando iba a pasar a sexto de primaria, casi casi pa ́ acabarla, mis papás se quedaron de nuevo sin chamba —trabajaban recolectando basura en la carretera. Como no había dinero, nos reuníamos todos y juntábamos chatarra para venderla.”
“Como andaba todo el tiempo en la calle…me dijeron que me iban a pagar…por ser halcón. Era un morrillo cuando eso pasó, me emocionaba porque tenía mucho dinero, me sentía el dueño del mundo, pensaba que yo solito iba a poder sacar adelante a mi familia. Al principio compraba ropa, tenis y comida para mi familia; ya después le empecé a dar a la droga, empecé a consumir mariguana y a crecer dentro del grupo, me compraba joyas, carros, gastaba el dinero a lo pendejo.”
Como se muestra en el artículo anterior, el problema tiene varias causas y condiciones de riesgo. La solución tiene que abordar muchas dimensiones.
El primer paso insustituible es elaborar una política pública especial, escrita, evaluable y con presupuesto suficiente.
Esbozo algunas líneas de trabajo que debe contener, con base en el estudio elaborado por Reinserta.
Programas educativos de prevención del delito en todo nivel de educación básica, dirigidos a alumnado y padres/madres de familia con la finalidad de ubicar posibles focos de alerta en los menores y su entorno familiar, para intervenir a tiempo ante posibles casos de contacto y reclutamiento en ambientes criminógenos.
Capacitación en habilidades para garantizar la generación de ingresos de las familias de regiones y zonas de alto riesgo de reclutamiento de menores.
Capacitación en habilidades psicoemocionales para niñas, niños, adolescentes y jóvenes (control de impulsos, afrontamiento del estrés y habilidades de comunicación).
Programas de corresponsabilidad social de prevención del delito para la sociedad en general que incluyan mecanismos de denuncia ciudadana, en los que se indicará cómo, cuándo, dónde y por qué denunciar.
Proyectos de disminución de impacto de la narcocultura, no de censura, sino de estrategias que permitan contrarrestar la influencia nociva de materiales como videos y canciones.
Programas de atención a la violencia familiar con ejes de salud mental, asesoría jurídica y reubicación y canalización de víctimas.
Programa de atención a las adicciones, basado en la prevención y tratamiento de la dependencia del consumo de sustancias.
Programa de identificación y diagnóstico de experiencias traumáticas en niños y adolescentes dirigido a personal educativo y de salud.
Estrategia de aplicabilidad de instrumentos jurídicos ya existentes que estipulan que comete el delito de trata de personas quien utilice a menores de 18 años en cualquiera de las actividades delictivas señaladas en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.
Estrategia de creación de comités técnicos dentro de centros de internamiento para adolescentes, que funjan como supervisores y garantes de los ejes y objetivos marcados en la Constitución y las leyes especializadas. De modo que estar ahí sirva para reinsertarse en la sociedad.
Programas de acogida. Dirigidos a adolescentes en situación vulnerable con factores de riesgo como son deserción escolar, falta de cuidadores y abuso de sustancias psicotrópicas. Estas instancias pueden ser organismos de la sociedad civil que, en colaboración con autoridades, creen espacios que refugien a la niñez y adolescencia y en los cuales se construya un plan específico para esta población, que les permita mantenerse lejos de actividades ilegales y reencausar sus historias y decisiones de vida.
Programa de mejora de actuación de operadores del sistema judicial. Se propone la creación de protocolos de actuación y protección de niñas, niños y adolescentes en fiscalías generales de justicia, estatales y federal.
Programa de becas de estudio para adolescentes que finalicen el cumplimiento de una medida de sanción.
Programa integral de desmovilización/reintegración del menor incorporado a la delincuencia organizada. Establecer un mecanismo que les garantice que, cuando salgan de la cárcel o deserten de las actividades ilícitas, existirá una alternativa que atenderá todas las vertientes de su complejidad individual para que lo hagan en forma segura y definitiva.
“Crecí en un ambiente donde había drogas, puntos —lugares de venta de drogas—, los tipos estaban armados cuidando a los que ahí vendían, había varias tiendas, sicarios cuidándolos ahí en las casas, crecí viéndolos, es lo que conocía y lo que me llamaba la atención.”
“En mi etapa como sicario maté entre quince y diecinueve personas, no me acuerdo bien. Lo que sí me acuerdo es que quería matar artísticamente, quería ser como los artistas asesinos, así que cuidaba cada homicidio, lo trataba de hacer de manera impecable.”
“Aquí adentro terminé la secundaria y la prepa. También me enviaron con el loquero [psicólogo] ja, ja, ja, ella me ayudó a perdonar a mi papá de todo el rencor que le tenía, ahora que vino a verme le dije: “La neta ya te perdoné, yo voy a romper esa cadena que venimos arrastrando, porque entiendo que tú creciste en ese ambiente de violencia y tú no sabes dar más que eso, pero yo, cuando tenga a mis hijos, no voy a llevarlos a la violencia. Te perdono de corazón”, mi papá se puso a llorar, y sentí chido porque saqué todo el odio que le tenía, él también sacó sus cosas, me dijo: ‘Discúlpame, te quiero un chingo, perdóname’”. (Miguel)
Artículo publicado el 25 de febrero de 2024 en la edición 1100 del semanario Ríodoce.
