Bordamos de Corazón se suma a las causas sociales con actividades textiles con colectivos de búsqueda en el estado
Bordan para visibilizar a las víctimas de desaparición forzada. También para acompañar y ser una memoria. Esa ha sido la intención del grupo: Bordamos de Corazón que, desde hace seis años se ha sumado a distintas causas sociales.
Lo habían hecho primero como terapia, pero después para empatizar con una situación dolorosa en el estado. Se han acercado a colectivos de búsqueda de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis.
Se reúnen en plazas públicas y ahí perpetúan con hilos y telas, los nombres de hombres y mujeres que no regresaron a casa.
Actualmente desarrollan una gran manta de más de dos metros, bordada con frases, para que sea usada en marchas y actividades de los colectivos.
“La idea ha sido bordar por la paz y la memoria. Visibilizar los nombres de cada uno de ellos, como una manera de recordarles”, apuntó Inés Arce.
“También hemos intervenido piezas, ropa, que de manera simbólica son memoria, no es ropa de desaparecidos, porque no queremos afectar sentimientos, sino prendas neutrales”.
Empatizar con la causa
Inés es maestra y activista. Ha empatizado con esta problemática, a la que considera todos deberían sumarse.
“Tenemos que tener empatía, comunicarnos, no dejarlas solas, con el arte textil estamos acompañando Generalmente son señaladas y revictimizadas. Hay que escucharlas y abrazarlas”, apuntó.
Esta actividad que se ha sumado al proyecto: Cultura, narcotráfico, violencia y juvenicidios en Sinaloa, análisis para su comprensión, incidencia y trasformación, contó que les ha permitido hacer colaboración con las Rastreadoras de El Fuerte, Sabuesos Guerreras y Tesoros Perdidos.
“Como grupo hemos trabajado otros temas; la protección del jaguar, el cáncer, la violencia contra las mujeres, la lectura, incluso con festividades en Sinaloa como la Fiesta de la Pitahaya”, señaló.
Al finalizar la marcha del Día de las Madres en Culiacán, recordó que instalaron un tendedero en la Fiscalía con frases bordadas: “¿Dónde están?”, “Tío Carlos estamos preocupados por ti”. “Te quiero mucho, Adelaido, tu madre llora tu ausencia”. “No te puedo ver, pero todos los días pienso en ti, Juan Camacho”, “¿Quién te buscará cuando yo ya no esté?, Jesús te extraño, mi niño”.
Bordar sin género
El arte textil señaló que no tiene género, por eso han buscado quitarle la etiqueta a esta actividad y han sumado estudiantes y hombres en el colectivo.
Junto a ella, Julissa Ruiz, Marisol Casas, Angelina Zamudio, María de Jesús de Choza, Cecilia Murillo Niebla, Beatriz Reyes, Guadalupe Cabrera, jóvenes y artistas de otras disciplinas, rescatan el arte de bordar pero con un sentido social.
“Somos artistas textiles, es una actividad sin género, ni edad. Evitamos la etiqueta que no solo sea para mujeres, por eso el grupo ha crecido sumando a jóvenes y otros creadores”, dijo.
“Pensamos que bordando visibilizamos las problemáticas sociales, incluso hemos bordado con el tema del asesinato de Javier Valdez, la marcha del 8M, en pandemia hice un performance, la silla vacía, estuve bordando unida con un mecate a una silla, para hablar sobre las personas que hacen falta”.
Algunas de estas piezas, contó Arce, han sido parte de proyectos internacionales y se han expuesto en distintos espacios de la ciudad. Bordar siempre es un acto de sanación, aseguró.
Artículo publicado el 28 de mayo de 2023 en la edición 1061 del semanario Ríodoce.
