Me enteré de este producto por oídas. Un par de semanas atrás estaba en una junta de trabajo, donde una plática entre dos padres de familia llamó mi atención. Ambos coincidían en lo atractivo que era Vualá Sorpresa para sus hijos.

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Me pareció interesante, pues sus hijos tienen entre cinco y siete años y se supone que el gobierno, mediante las recientes regulaciones, ha hecho su trabajo para que los productos chatarra no llamen la atención de los niños, el grupo poblacional más vulnerable en cuestiones de seguridad alimentaria.

¿Cuál es el truco de Vualá Sorpresa? La sorpresa. Y la sorpresa son figuras coleccionables. Pero esto no es nuevo en el producto, resulta que las sorpresas dentro del producto son ya una tradición de alrededor de 20 años, y hay toda una comunidad de niños coleccionando lo que sea que venga dentro del producto, lo único que cambió con la regulación fue el uso de personajes en el diseño de sus empaques.

La colaboración del momento para Vualá es la de Plants vs Zombies, un videojuego que se popularizó rápidamente hace poco más de unos 12 años y cuyos coleccionables son ahora objeto de deseo de estos niños, mismos que, afirmaron sus padres, muestran poco interés en el comestible y prefieren que les compren Vualá por la figura de colección.

Empaque

El empaque de Vualá Sorpresa es una bolsa metalizada tipo costalito en la que abunda el color chocolate. Contiene cinco mini cuernitos rellenos y su diseño, a pesar de que no usa figuras de Plants vs Zombies, sí hace alusión al videojuego.

En la cara frontal del producto podemos ver el nombre de la marca y, bajo el mismo, el primer gancho visual: una gran zeta en color verde con bordes en azul que acompaña a un cuernito relleno. No hace falta poner dibujos, es evidente el tema del producto.

En la parte superior de la bolsa se observan tres sellos de la Secretaría de Salud: exceso de calorías, exceso de azúcares y exceso de grasas saturadas.

La cara trasera del producto está limpia de sellos y no tiene elementos que relacionen al producto con el videojuego, más bien describe gráficamente al producto comestible: cremoso, esponjoso, horneado, señalan.

Ingredientes

La receta de estos cuernitos está elaborada con 17 ingredientes, ocho corresponden al pan y nueve al relleno sabor chocolate.

El ingrediente principal del cuernito es harina, que se complementa con azúcar, aceite vegetal, sal y una serie de aditivos. En el caso del relleno, el azúcar es su principal ingrediente y se complementa con grasa vegetal, cacao en polvo, leche descremada en polvo y aditivos de saborización, estabilización y conservación.

Que en ambas preparaciones predominen el azúcar y las grasas de origen vegetal justifica los tres sellos que por normativa de la Secretaría de Salud ahora portan.

Un paquete de Vualá Sorpresa contiene, además de un zombie aleatorio, un 22 por ciento de azúcar, un 20 por ciento de grasas totales y el 48 por ciento de su estructura son carbohidratos en formas refinadas, que es la peor forma en la que se pueden obtener carbohidratos.

Por su contenido, no es un producto recomendable dentro de una alimentación sana, mucho menos si se trata de una dieta infantil.

El poder molesto

La eliminación de personajes embajadores de marca de los productos tiene un fondo bondadoso. Con la medida se busca mitigar la atracción que generaban estas figuras animadas y promocionales en la psique de los niños y así reducir las molestas interacciones en ese triángulo niño-producto-papá, que en muchos de los casos terminaban en una compra desesperada.

Esta interacción tiene un nombre: ‘pester power’ o ‘poder molesto’, y el diccionario de Cambridge lo define el como ‘la habilidad que tienen los niños para hacer que sus padres compren algo, pidiéndolo muchas veces hasta que lo consiguen’.

Los equipos de mercadotecnia conocen del ‘poder molesto’ y lo usan a su favor. El bombardeo de marketing en edades de cuatro a seis años rinde un efecto muy positivo en el enganche de potenciales compradores. Y muchos padres, evitando una puesta teatral en público, se rinden ante el berrinche.

Entonces, sabiendo esto, es justo preguntar ¿quién colecciona a quién? Los niños a los regalos que les hacen las marcas o las marcas a niños y padres compradores. Creo que todos conocemos la respuesta.

Artículo publicado el 19 de marzo de 2023 en la edición 1051 del semanario Ríodoce.