La polémica votación del senador Mario Zamora; avala militarización y lo linchan en redes

SENADOR MARIO ZAMORA. Viraje costoso.

Es militarización o desmilitarización. El juego de palabras se desmenuza en un lapso menor a dos semanas y el dictamen que pretende mantener a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública avanzó en el Senado de la República gracias al voto de ocho priistas, entre ellos el sinaloense Mario Zamora Gastélum.

El dictamen, según defiende Mario Zamora, no es el mismo que originó una primera batalla en el Senado y que provocó que este fuera regresado a comisiones para su revisión. Aquel primer dictamen, después de mantener en secreto su voto, decidió hacer público que sería en contra.

“Estoy convencido que un senador, un representante popular, se debe a la gente, me han dicho con toda claridad que quieren que vote en contra; en ese sentido es como será mi voto, en contra y a favor de los sinaloenses, de la libertad y de la democracia”, dijo el 21 de septiembre.

Días más tarde, un segundo dictamen sale, se vota y se adhieren ocho priistas para avanzar con 87 votos a favor, entre ellos Mario Zamora. Esta vez el discurso fue el mismo pero el sentido del voto no. Algo lo cambió.


La sala de guerra en Polanco

Desde temprana hora en un hotel en las cercanías del Senado de la República, el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández montó lo que algunos analistas a nivel nacional describen como una “sala de guerra”.

La casualidad, presuntamente, guio los pasos de Mario Zamora a ese sitio. Acudió, según explicación del propio senador sinaloense, al encuentro con un amigo cercano, sin embargo una fotografía en Twitter lo coloca con López Hernández, con quien dijo “coincidir” en el sitio.

Al senador se le cuestionó sobre ese encuentro.

“No, no. Fíjate, yo no sé si se haya reunido con otros senadores, que es lo normal, eh, o sea, él es el encargado de la política interior y en una iniciativa importante, es normal que se dé ese cabildeo, es normal que suceda”, explicó a este semanario.

Sin embargo medios nacionales señalan que la presencia en el hotel Emporio de Adán Augusto se debió precisamente a la búsqueda de los votos que se requerían para sacar adelante el dictamen, y para ello, reuniones constantes con Ricardo Monreal Ávila, líder de la mayoría morenista en el Senado.

Tras la reunión, Adán Augusto comentó a medios nacionales acerca de las matemáticas legislativas.
“Le voy a decir más o menos cuántos tenemos: 60 votos si venimos todos de Morena, normalmente nos faltan uno, dos o tres, pero pongamos que viniéramos todos, sin excepción, y todos votaran a favor, serían 60 o 58 o 57, pero pongamos 59 por uno que no votara o que no viniera, o que se enfermara”, dijo.

“Son cuatro del PES que siempre nos acompañan, serían 63, más seis del Verde que siempre nos acompañan, 69, más cuatro del PT, son cinco, pero a veces una de ellas no nos acompaña, 73. Nos faltan entre 13 y 14 para tener mayoría calificada”, añadió.

EL DESPLEGADO EN EL DEBATE. A nadie se consultó.

Y en entrevista para Milenio, el senador Ricardo Monreal Ávila, explicó la noche del jueves 6 de octubre que si bien no se trató de la misma propuesta, la aprobada se logró gracias al trabajo cercano con el secretario de gobernación.

“Yo creo que el que estuvo muy cercano, casi de acompañamiento, debo decirlo con toda responsabilidad, fue el secretario de gobernación”, dijo en entrevista al periodista Pedro Gamboa.
Explicó que durante casi dos semanas hubo intercambio de opiniones, redacciones, puntos de vista, y “discutiendo sobre la trascendencia de la propuesta y de la reforma”.

Y finalmente entre esos votos que presume el senador Ricardo Monreal surge el de Mario Zamora Gastélum y otros siete priistas.

Casualidades legislativas

El dictamen del 21 de septiembre tuvo su origen de la diputada federal priista Yolanda de la Torre, y el 28 de ese mismo mes, fue elegida como magistrada en Durango.

Además, los ataques al líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas cesaron en el momento en que el también diputado federal comenzó a hablar de apoyar la permanencia del Ejército en las calles y realizar tareas de seguridad pública hasta 2028.

Al respecto, Mario Zamora, respondió que no había acuerdo para llevar sacar adelante el dictamen, que finalmente se modificó junto con la opinión y visión del senador sinaloense.

“El dictamen que se votó ayer (martes 4 de octubre) es totalmente distinto al que se presentó hace algunas semanas, o sea, es decir, en el que se presentó hace algunas semanas, y hay que conocer el proceso legislativo, yo lo leí, lo conocí y abiertamente dije ‘si esto se somete a votación mi voto será en contra’, con todas las letras, en contra”.

Los únicos senadores del PRI que mantuvieron su postura en contra fueron Miguel Ángel Osorio Chong, Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, quienes coincidieron en la palabra “militarización”, en contraparte a lo vertido por el sinaloense Zamora Gastélum y su término de “desmilitarización”, garantizando que las Fuerzas Armadas permanezcan hasta 2028 en las calles ejerciendo tareas de seguridad pública.

“Este dictamen va a perpetuar una simulación, porque aunque sea mejor que el que vimos la semana pasada, lo que no contiene, porque no lo puede contener, es la voluntad política del gobierno de que va a cumplir con los compromisos que hizo con nosotros en 2019”, dijo Ruiz Massieu en su intervención en tribuna.

El linchamiento de Mario

Y en un intento por explicar a la sociedad el origen de su cambio de opinión y de que no se trataba de los mismos dictámenes, Mario Zamora expuso en una transmisión de Facebook Live las diferencias entre uno y otro dictamen, aunque al final ambos coinciden en algo: la presencia del Ejército en tareas de seguridad pública hasta 2028.

En la transmisión Zamora Gastélum fue etiquetado de traidor, de payaso y de que su voto fue comprado, aunque también hubo algunos apapachos como el del ex alcalde de Ahome, Álvaro Ruelas Echave, quien aspira a dirigir al PRI en Sinaloa.

El dictamen finalmente no resulta controvertido únicamente en los ciudadanos de a pie, sino también entre los priistas, no solamente a nivel nacional sino en el estado también, y con ello la alianza con el PAN para el 2024 se ve cada vez más lejana.

Y al margen, Mario Zamora se defiende:

“Justo porque dijimos nuestro no (el 21 de septiembre) y no se contaba con los votos, es que la mayoría abrió y cedió, para dejar muy claro que aquí no doblaron a nadie, al menos no a mí, yo no soy un doblado y lo digo con toda la voz completa, eh. ¿Qué fue lo que hicimos? Nos pusimos a trabajar y ahora bien se extiende la posibilidad de que las Fuerzas Armadas ante el llamado de la autoridad civil, y repito, de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria, pueda hasta el 2028 hacer labores de seguridad pública, con la diferencia de que ahora está el esquema de salida”.

Y ese esquema de salida que unos refieren como simulación es al que describe Mario Zamora como “desmilitarización”, aunque el esquema dure seis meses o 10 años con el Ejército en las calles.

Las votaciones de los dictámenes estuvieron rodeadas, en Sinaloa, de expresiones públicas impresas, algunas negadas por los “abajo firmantes” y en redes sociales, donde el propio gobernador Rubén Rocha Moya y el ex gobernador, Quirino Ordaz Coppel, instaron al senador Zamora para que apoyara la iniciativa de su compañera priista.

Se sabría con los días, que muchas de estas expresiones fueron solicitadas desde la Secretaría de Gobernación y otras desde el tercer piso del palacio estatal de Gobierno.

En un desplegado publicado en la portada de las cinco ediciones impresas del diario El Debate —Los Mochis, Guasave, Guamúchil, Culiacán y Mazatlán—, los supuestos firmantes solicitan a Mario Zamora que vote por la seguridad de los sinaloenses.

“Coincidimos en que la solución o es militarizar al país, pero tenemos que reconocer que los resultados en seguridad no son los óptimos, y la Guardia Nacional aun no está plenamente consolidada como una institución policial”, dice el desplegado.

“En este sentido, en unidad las priistas y los priistas sinaloenses, en el marco de la votación de la reforma constitucional, que amplía el plazo de la participación de las Fuerzas Armadas en actividades de seguridad pública, en el Senado de la República, expresamos nuestro respaldo a dicha reforma, y pedimos al senador Mario Zamora su voto a favor…”.

Ese mismo día empezaron los desmentidos. Ninguno de los ex presidentes del PRI fue consultado. Tampoco la mayoría de los diputados que aparecen. Ni regidores de diferentes municipios. Fue una engañifa.

El desplegado llegó también a Noroeste pero no se publicó, según dijo su director, Adrián López Ortiz, por “elemental ética periodística comercial”. Validaron el documento con la dirigencia estatal del PRI y ésta negó estar metida en el asunto.

“Desde está casa editorial, donde también intentaron pautar dicho desplegado, les podemos asegurar que los poderosos promoventes son otros”, dijo en un tuit.

No dijo el diario quiénes habían sido esos “poderosos promoventes”, peso se sabría por otras fuentes que el mismísimo secretario de Gobernación, Adán Augusto López, había estado cabildeando con los priistas sinaloenses el apoyo al senador Zamora para que votara a favor de la iniciativa.

Tal y como lo hizo en el segundo dictamen, el martes 4 de octubre.

Artículo publicado el 09 de octubre de 2022 en la edición 1028 del semanario Ríodoce.

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