Mostrar las cartas

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Esta semana se dieron a conocer los resultados de una serie de encuestas nacionales sobre la intención de voto de los mexicanos, en las que en promedio se destacan tres datos dignos de tomar en cuenta para el análisis de lo que podría ser la cargada al interior de las coaliciones y el probable comportamiento electoral en el ya no tan lejano proceso electoral 2023-24: Uno, que el presidente López Obrador está aprobado y Morena sigue siendo el partido a vencer; dos, que Claudia Sheinbaum se perfila para ser la candidata presidencial de Morena y aliados en 2024 y, tres, que la oposición no levanta por la falta de liderazgos competitivos, a lo que se le agrega el rechazo —por ahora— de MC para ser parte de la coalición Va por México.

López Obrador, sigue siendo aprobado por encima del 60 por ciento, aun cuando baja calificación a las áreas de gobierno y esto es una alerta silenciosa, como una bomba de tiempo, porque puede influir directamente en la intención de voto sobre todo para aquellos sectores que las políticas públicas no le han significado una mejoría en el nivel de vida o percepción para su seguridad personal; además, López Obrador está buscando empujar a su candidato o candidata pero él no estará en la boleta electoral y eso abre una brecha más menos ancha con quien sea la o el ungido.

Claudia Sheinbaum saca la cabeza en los estudios demoscópicos y se pone por encima de sus compañeros que también han sido mencionados (Ebrard y López Hernández), sin embargo, esa intención de voto no parece estar en sintonía con su desempeño como gobernante de la capital y los resultados obtenidos en las consultas populares, en las que se hizo patente la baja en el apoyo de las iniciativas presidenciales.

Eso sí, ya está en marcha un operativo nacional para ir posicionando el nombre y la imagen de Claudia, que es una perfecta desconocida en muchos estados y municipios de la república.

Alejandro Páez, el influyente director del diario digital Sinembargo.mx, escribe, publica y lee un texto muy crítico contra dos personajes que han sido mencionados como presidenciables: Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, a quien tacha de “fascista” por un desencuentro ríspido que tuvo con autoridades de la Universidad de Guadalajara; y el otro es Adán Augusto López Hernández, a quien acusa de tener un pacto con Héctor Melesio Cuen Ojeda en perjuicio de Morena Sinaloa o, mejor, de Rubén Rocha Moya, gobernador del Estado, quien presuntamente apoya la candidatura de Claudia Sheinbaum y el apoyo de Cuen Ojeda le está complicando el escenario, de tal manera que es la excepción a la regla en estados bajo control morenista.

La oposición exhibe su pobreza, sea por la impudicia de Alejandro “Alito” Moreno, que ya se auto descartó como presidenciable, y la ausencia de un candidato que llene la expectativa de una creciente oposición mediática y que anime una votación fuerte. En las encuestas sigue siendo Luis Donaldo Colosio, quien está mejor posicionado por el apellido, pero su partido, MC ha dicho que irá solo y eso significa que está poniendo muy alta la vara para que sea el candidato de un frente amplio opositor.

Los otros aspirantes provenientes del PAN están “quemados”, es el caso de Ricardo Anaya que ha estado sometido a la metralla de la descalificación y no se ve por donde pueda convocar en su partido y menos en la coalición Va por México; el caso del PRI, es patético, cuando ofrece como posible oferta a Beatriz Paredes, que es represente del viejo PRI y no se ve por donde pueda lograr la candidatura y ganar la simpatía de una oposición social, exigente y quiere un candidato que no huela a pasado, ese pasado que llevó a la derrota de José Antonio Meade en 2018.

Hay quienes asumen que para que la “cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, lo que significa en términos políticos que sea el senador morenista Ricardo Monreal quien está cada día más cerca de la oposición que de su partido Morena y eso le da un atractivo progresivo. No hay que descartar esta posibilidad.

En definitiva, esta semana anunció a través de las encuestas que siempre son fotografías parciales y de momento, que los medios que las hicieron están interesados en saber cómo se van perfilando los nombres que se anuncian. Y lo revelador es que hay una campaña de baja intensidad que sin duda busca tener efectos políticos. Eso, es en este momento, lo novedoso: lo otro es propaganda “científica” para generar percepción.

Al tiempo.

Artículo publicado el 4 de septiembre de 2022 en la edición 1023 del semanario Ríodoce.

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