Qué come usted: Palomitas ACT II Balance Sal de mar

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Encontrar botanas que en realidad sean saludables es una verdadera aventura. Los pasillos de los supermercados ofrecen, además de las marcas reconocidas de botanas chatarra, otro tipo de botanas un tanto más limpias en apariencia, aunque la mayoría de ellas se queda solo en el intento. Si bien este tipo de botanas no son las más populares, existen, y se llevan una parte de la participación de mercado del segmento en general.

Han sido creadas para satisfacer gustos más específicos, ya sea que se busque evitar el gluten, el azúcar, los colorantes o bien que el producto se elabore mediante procesos menos dañinos para el medio ambiente. Para esos gustos, la mercadotecnia ha diseñado campañas engañosas que invitan a los clientes “verdes” a consumir este tipo de productos, adornando los empaques y envases con símbolos y afirmaciones ecológicas: “sin esto”, “libre de”, “elaborado con”, etcétera.

Esta práctica publicitaria se conoce como greenwashingo ecoblanqueo y va desde la industria de la moda y el petróleo hasta los alimentos. La práctica tiene como finalidad convertir a los productos u organizaciones que se promocionan como “verdes” o amigables con el medio ambiente en una opción ética de consumo. En algunos casos las compañías gastan más en publicitarse como “verdes” que en acciones o prácticas que ayuden a la ecología y la sustentabilidad.

En un México sin sellos de advertencia ACT II parecería una buena opción, pero los tres sellos que porta al frente nos obligan a darle vuelta a su adornada bolsa y leer qué es lo que hace que una bolsa de palomitas con sal tenga tantas advertencias.

Empaque

El diseño del empaque muestra un tema muy sustentable. Los colores claros dominan el diseño del que destacan un mantel de henequén sobre el que se posa un tazón de palomitas y, junto a ambos, un recipiente de bambú con sal. El nombre de la marca contrasta fuertemente en la parte superior, bajo este, el nombre del producto: “Balance”, un nombre que envuelve toda esta temática de naturaleza, libre de gluten, sin conservadores, sin saborizantes y sin colorantes que se muestra más a detalle en la parte trasera de la bolsa.

Al diseño del empaque lo complementan tres sellos de advertencia de la Secretaría de Salud: exceso de calorías, exceso de grasas saturadas y exceso de sodio. En la declaración nutrimental exhibida en la parte posterior de la bolsa podemos ver que cada 100 gramos de producto contienen 470 calorías, lo que representa una cuarta parte de la ingesta calórica recomendada para un adulto, una cantidad elevada de calorías para un alimento que se percibe y promociona como ligero.

Ingredientes
El producto es bastante sencillo en cuanto a la lista de ingredientes se refiere: maíz palomero, aceite vegetal (palma) y sal, son los tres ingredientes de los que se compone este producto. Pero su corta lista nos demuestra que tener pocos ingredientes no es sinónimo de pureza. Si bien no se encuentran aditivos, colorantes o saborizantes, la cantidad de grasa es muy alta, eso le vale para merecer dos de los tres sellos que exhibe el empaque.

Solo tres ingredientes, pero tres sellos

Regularmente desglosamos grandes listas de ingredientes, pero la de hoy es muy corta. Esa brevedad la vuelve interesante al ponerla en balance con los sellos de advertencia. ¿Qué vuelve digno de tres sellos a un producto tan simple? Veamos.

La base del producto es maíz palomero, un ingrediente de origen mexicano que revienta con el calor y se convierte en lo que conocemos como palomitas de maíz, un suave bocado que no necesita más que un toque de sal. Y eso es lo que intenta ofrecer ACT II.

En la parte posterior de la bolsa podemos ver gráficamente el proceso mediante el cual se elaboran estas palomitas. Este va desde la selección de los granos, la explosión de los mismos mediante el uso de aire caliente y el toque final de sal. Pero omitieron algo, ¿en qué parte del proceso entra tanta grasa? Al parecer los granos de maíz reciben un baño de aceite antes de ser expuestos al calor, solo así podríamos explicar tal cantidad de grasa.

El primer sello advierte el exceso de calorías, si bien las palomitas no son un producto bajo en calorías es evidente el aporte calórico de la grasa añadida, pero además es la razón del segundo sello: exceso de grasas saturadas.

El tercer sello es por exceso de sodio, un sello infaltable en las botanas saladas. Esta bolsa aporta casi 600 miligramos, casi un tercio de la ingesta diaria tolerable recomendada por la OMS.

Artículo publicado el 15 de agosto de 2021 en la edición 968 del semanario Ríodoce.

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