Es cultura general que levantar pesas fortalece nuestros músculos. Pero al cambiar el funcionamiento interno de las células, el entrenamiento con pesas también puede reducir la grasa, según un nuevo estudio de los fundamentos moleculares del ejercicio de resistencia.

El estudio, que involucró a ratones y personas, encontró que después del entrenamiento con pesas, los músculos crean y liberan pequeñas burbujas de material genético que pueden fluir a las células grasas, lo que pone en marcha procesos relacionados con la quema de grasa.

De manera frecuente, relacionamos el entrenamiento de resistencia con el desarrollo muscular, y es correcto. Levantar pesas, o trabajar en contra de nuestro peso corporal mientras hacemos flexiones, sentadillas o fondos, aumentará notablemente el tamaño y la fuerza de nuestros músculos. Pero un número creciente de estudios sugiere que el entrenamiento con pesas también reforma nuestro metabolismo y cintura.

En experimentos recientes, los entrenamientos con pesas aumentaron el gasto de energía y la quema de grasa durante al menos 24 horas después en mujeres jóvenes, hombres con sobrepeso y atletas.

En otro estudio, las personas que ocasionalmente levantaban pesas tenían muchas menos probabilidades de volverse obesas que las que nunca lo hacían.

Pero la forma en que el entrenamiento con pesas renueva la grasa corporal sigue siendo algo turbia. Parte del efecto se debe a que el músculo es metabólicamente activo y quema calorías, por lo que agregar masa muscular mediante el levantamiento debería aumentar el gasto de energía y las tasas metabólicas en reposo.

Después de seis meses de levantar objetos pesados, por ejemplo, los músculos quemarán más calorías solo porque son más grandes. Pero eso no explica completamente el efecto, porque agregar masa muscular requiere tiempo y repetición, mientras que algunos de los efectos metabólicos del entrenamiento con pesas sobre las reservas de grasa parecen ocurrir inmediatamente después del ejercicio.