Los abogados de Joaquín Guzmán se esmeraron en la confección del discurso final para el juicio. El Chapo desplegó una retórica con la que no cuenta. Una de las frases señala justamente el olvido en que inevitablemente caerá, una consecuencia que contrario a lo que piensa ahora le convendrá en el futuro: “Mi nombre no volverá a ser escuchado nunca más”, una sentencia casi lapidaria para quien paradójicamente buscó la perpetuidad con una película sobre su vida.
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Pero no fue la única frase de titular. El Chapo suelta una crítica al sistema de justicia que lo encontró culpable y lo encarcelará de por vida: “Estados Unidos no es diferente ni mejor que cualquier otro país corrupto a los que no respeta”. Todo para concluir: “Aquí no hubo justicia”.
Y si Joaquín Guzmán aprovechó el capítulo final de esta historia para apostarle al olvido y darles un pastelazo en la cara a sus acusadores, éstos también se encargaron de apuntalar sus verdades absolutas en esta guerra infernal contra las drogas que pronto estará cumpliendo un siglo. No dejaron un solo flanco débil, insistieron en la maldad, la pertinencia de la guerra y la justicia. El juez Brian Cogan definió la “abrumadora maldad” de Guzmán, evidente en todos sus crímenes. El Fiscal Richard P. Donoghue defendió: “Existen personas que dicen que no vale la pena la guerra contra las drogas. Esas personas están equivocadas”. Y el agente de la DEA, Raymond Donovan, clave en las dos últimas capturas del Chapo, dijo: “Es justicia no solo para el gobierno mexicano, sino para todas las víctimas de Guzmán en México”.
Tanto el Chapo y todo lo que representa, como el sistema estadounidense en conjunto —jueces, fiscales y agencias como la DEA, CIA, ATF, FBI—, se alimentan mutuamente. Tienen más coincidencias de las que reconocen. Uno no existiría sin los otros. El Chapo, Escobar o el Mayo, alimentan un sistema de hambre insaciable como el americano, que todos los días se da baños de pureza y se proclama el salvador de países con precarios sistemas de justicia, como México, Colombia o Bolivia. El tráfico de drogas, a su vez, tiene ganancias enormes por la prohibición de sus productos, en gran parte.
Por eso el Chapo se atreve a restregarles a los americanos su hipocresía de país tan corrupto como los que no respeta. O que en su juicio no se hizo justicia. Por eso los gringos se congratulan con la “abrumadora maldad” del hombre que viene lejos de sus fronteras, o decir que la guerra sigue siendo justificable, y como prueba está el Chapo de por vida en la cárcel.
Margen de error
(Muerte) Con defensores y críticos, la guerra contra las drogas no deja de cobrar vidas, por sobredosis o por enfrentamientos entre quienes hacen el negocio o quienes se encargan de combatirlo, pero después de la cadena perpetua al Chapo parece más viva que nunca esa guerra.
Los promedios diarios de muertes en Estados Unidos y México están en niveles de alarma por distintas razones: 2018 en México rompió todos los récords: 34 mil 202 asesinatos, un promedio de 94 por día (son datos del SNSP, que una vez que se consoliden se incrementarán). En los Estados Unidos el dato más reciente de muertes por sobredosis de drogas es muy incierto, va de 72 mil muertes en 2017, según la Drug Policy Alliance o 70 mil 200 según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Uno u otro son altísimos. El dato más repetido en Estados Unidos es que 115 personas mueren diariamente, en promedio, por una sobredosis de opiáceos, recetados o adquiridos ilegalmente.
Sería casi imposible precisar en México cuántos de los homicidios corresponden a la guerra contra las drogas, sea al enfrentarla o las luchas internas, solo podrían darse aproximaciones. En cuanto a las muertes por sobredosis en México son cifras vagas, lo mismo que los niveles de consumo de drogas ilícitas (la mariguana un 2 por ciento de la población, la cocaína menos del .8 por ciento del total, metanfetaminas .4 por ciento y éxtasis menos del 1 por ciento, según datos del Informe sobre consumo de dogas en las Américas 2019, de la OEA).
México y Estados Unidos comparten la incertidumbre de no encontrar una solución de estado a su problema. Uno no logra reducir la tasa de homicidios y el otro las muertes por sobredosis. En ambos casos la estadística de los últimos 20 años, todo lo que va de este siglo, no ha dejado de incrementar los números de muertes.
Mirilla
(Andorra II) ¿En qué se parecen el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, y el Tesorero en tiempos de Juan Millán y Jesús Aguilar, el banquero Óscar Lara, muerto en octubre del año pasado? Ambos fueron descubiertos con cuentas en millones de dólares en la Banca Privada de Andorra (BPA), una institución española intervenida judicialmente hace cuatro años por blanqueo de capitales.
Lea: Señalan a Óscar Lara de ocultar 16.8 mdd en cuentas de paraísos fiscales https://bit.ly/32I0pga
La semana pasada José María Irujo, periodista de El País, expuso que el primo de Enrique Peña Nieto ocultó 1.5 millones de euros en Andorra, cuando era alcalde de Huixquilucan, lo hizo a través de una off-shore holandesa. Aunque inicialmente lo negó, después terminó por aceptar que “no fue la mejor decisión”.
Irujo lleva años investigando el tema de unas 300 cuentas que se detectaron en la Banca de Andorra con actos de lavado de dinero. La BPA, dice, tenía por “costumbre abrir cuentas a políticos y altos funcionarios a nombre de sociedades instrumentales en paraísos fiscales” como la misma Banca de Andorra lo era.
El mismo José María Irujo publicó en El País en febrero de 2017 el caso de Óscar Lara, a quien la justicia española le detectó tres cuentas numeradas, incluyendo una a nombre de su hermano José Luis Lara Aréchiga, por un monto total superior a los 6 millones de dólares.
La justicia española, tanto en el caso Óscar Lara como el de Alfredo del Mazo, solicitó información al gobierno mexicano en su momento, y en ambos casos la respuesta fue la misma: les envió una nota sobre el no ejercicio de la acción penal (neap), lo que impide que la justicia española continúe con las indagatorias, porque se requiere que en el país de origen se detecte alguna actividad ilícita. Pero resultó que la PGR en ningún caso se interesó por investigar (PUNTO)
Columna publicada el 21 de julio de 2019 en la edición 860 del semanario Ríodoce.
