Después de disfrutar con mis nietos Damian y Ossiel, durante un interesante recorrido por el legendario portaaviones USS Midway, ahora convertido en museo, decidí sentarme a la mesa que está en la parte media de la gran plataforma para tomar un refresco; el bello panorama de la gran bahía me sumergió en la nostalgia, y empecé a cavilar. “No entiendo por qué la gran diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica con la de los Estados Unidos Mexicanos. Solo al cruzar la frontera me topo con un cambio abismal. Visitar y recorrer este monstruo de la guerra, en cada espacio fui dando cuenta del avance tecnológico y científico logrado. Ahí está manifiesta la diferencia. Esta nave que fue líder en su clase, el más grande y alto de su tipo hasta el año 1955, según me pude informar, fue un gigante que aportó servicios de guerra durante 47 años, su última batalla fue en el Golfo Pérsico en 1991. Su capacidad fue de 145 aviones F9F-2 y 4,104 oficiales y marineros. Equipado con 18 cañones de 127 mm, 84 cañones befors de 40 mm, 68 cañones de Derlikon de 20 mm, 2 lanzadores RIM-7 y 2 Phalanx. Se desplazaba a 33 nudos. Todo un logro tecnológico de avances prodigiosos desde principios del siglo pasado.
Otras notables diferencias son las ciudades mismas. Este gobierno sí aplica la ley en cuanto a recaudación de impuestos, se ven y se sienten porque están convertidos en servicios de primera calidad, calles, carreteras, parques, bibliotecas, hospitales y la seguridad que se siente. La policía impone su presencia, su poder. De ahí que el comportamiento de la ciudadanía es de tranquilidad, conformes de tener un país poderoso… ¡guau, que mujer! (disculpen, un taco de ojo no se le niega a nadie).
A las cuatro de la tarde del siguiente día me vi sentado a la mesa de una marisquería en Tijuana, saboreaba una campechana y una cerveza Pacífico, la cruda me exigió una más; el bullicio del lugar, el ruido de la calle me ubicó, y de nuevo las comparaciones. ¿Por qué carajos no tenemos lo que aquellos?
La respuesta de la pregunta está incrustada en nuestra historia. Durante siglos, nuestros ancestros mantuvieron el Imperio Azteca, sus poderes abarcaban desde San Francisco California hasta el Perú, dominaban a todas las razas y tribus a las que sometían con su gran poder, pero el Imperio se debilitó y así los sorprendieron los invasores españoles; la conquista fue brutal. 500 años no nos han sido suficientes para lograr la superación que anhelamos como mexicanos, en cambio el gringo sí lo ha alcanzado. Las causas, repito, están en la historia.
Iniciamos un nuevo año, un nuevo sexenio gubernamental, con Andrés Manuel López Obrador como presidente; ha manifestado: “ahora sí habrá gobierno”; se puede interpretar que las Instituciones serán respetables y respetadas, y nadie podrá mandarlas al diablo porque se impondrá la ley. El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) será para hacer desaparecer la corrupción, los abusos; todos han de pagar sus impuestos, acorde al tamaño, es decir, las empresas grandes pagaran más que las pequeñas; será como en los tiempos del Imperio Azteca, los caciques de mayores dominios pagaban más. Eso sería un indicio de que sí es posible volver a ser lo que antes fuimos: el más grande y poderoso Imperio de América.
Es necesario estimar que el desastre que dejaron los del PRIAN, fue enorme. No se puede arreglar de la noche a la mañana. Es importante que el pueblo, los de abajo, la mayoría que votó por AMLO, le tengan paciencia, lo anime, lo cuide y le haga sentir el apoyo. Los poderosos, los que se acostumbraron a mangonear a los gobernantes, no soltarán ese poder así como así, al contrario, hacen todo lo posible por hacer trastabillar al presidente AMLO; los agoreros y periodistas chayoteros de siempre, intentan con cualquier pretexto lanzar sus dardos envenenados para desorientar a la masa; el objetivo es provocar incertidumbre para crear un ambiente que propicie desestabilizar al gobierno.
Hemos de considerar lo que han expresado un gran grupo de pensadores, analistas, maestros, científicos y progresistas que tienen ideas claras con relación a lo que se debe hacer. La idea más recurrente es la que refiere a la educación. Sostienen que para que se pueda enderezar el rumbo de la nación, es importante que se dé un verdadero cambio en la forma de pensar para definir con certeza qué hacer. Basados en encuestas, todos sabemos que la narcoviolencia ha causado el daño más grave que se manifiesta en los niños y jóvenes mexicanos. En su mayoría piensan que el futuro que les depara más posibilidades de éxito es el narco. De ahí que sea la educación la única alternativa sólida y verdadera la que pueda dar el sesgo a tan catastrófico designio. Partiendo de esta tesis, sin duda es importante hacer un análisis profundo con relación a lo que ahora se está desarrollando en los medios educativos. Es necesario que vuelvan a las escuelas y universidades, los maestros con auténtica vocación, apostolados que se esfuercen por dar al alumnado las enseñanzas que les permitan lograr hacer un cambio en la forma de pensar. La Secretaría de Educación Pública con el total apoyo del gobierno federal, tienen una gran tarea que cumplir. ¿Qué y cómo hacer? Eso lo han de decidir los especialistas de la enseñanza; pero algo sí es importante como inicio: una profunda valoración de todo el gremio, desde el maestro más apartado, hasta el más encumbrado funcionario o rector, sin descuidar las muy necesarias auditorías; el desvío de recursos para cuestiones políticas, por ejemplo, deben desaparecer. ¡No más caciques, aviadores ni lacras en los centros educativos!
“No mentir, no robar, no traicionar”: AMLO.
Llegamos al final del año sin la recia, pero a la vez grata presencia de nuestro amigo y compañero JAVIER VALDEZ CÁRDENAS, seguiremos exigiendo: ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!
*Escritor de la novela La agonía del caimán.
Artículo publicado el 30 de diciembre de 2018 en la edición 831 del semanario Ríodoce.
