Las Jornadas Literarias Gilberto Owen desarrolladas del 29 de mayo al 1 de junio de este año en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, culminaron con la entrega de los premios del Certamen Literario Gilberto Owen. Esta vez los ganadores fueron, en cuento Luis Felipe Lomelí originario de Puebla, y en poesía Mercedes Luna de Coahuila. El evento fue conducido por el poeta Jesús Ramón Ibarra, presidido por el subsecretario de Educación, Uladimir Valdés y el director del Instituto de Cultura Sinaloense, Papik Ramírez.
El viernes 31 de mayo tuve la suerte de asistir a la interesante disertación del Dr. Vicente Quirarte, (Ciudad de México 1954), uno de los más brillantes poetas que sostienen el prestigio de nuestro país en las letras. De su abundante producción literaria destacan libros de poesía, ensayos, narrativa y teatro como El ángel es vampiro (premio Xavier Villaurrutia), El amor que destruye lo que inventa, Elogio de la calle, Biografía literaria de la ciudad de México, Del monstruo considerado como una de las bellas artes y El fantasma del hotel Alsace (premio de Dramaturgia Sergio Magaña).
Lo que más me atrajo de la interesante intervención del Dr. Quirarte, es que descubro que es un apasionado de la obra de Gilberto Owen, lo confirma con la intensa y extensa investigación sobre el personaje, de ello nos expuso basado en su libro Invitación a Gilberto Owen (Colección Pértiga DGE Equilibrista UNAM 2007). Del capítulo 1, página 23, nos leyó: “Las investigaciones de Francisco Javier Beltrán en el Estado de México desembocaron en el descubrimiento. De acuerdo con ella, nació el 13 de mayo de 1904, según se encuentra asentado en el libro de actas del nacimiento de aquel año. La precisión obedece a que el mismo Owen declaraba haber nacido un día 4 de febrero de 1904, para ello incluyó en un poema lo siguiente: Todos los días 4 son domingo, porque los Owen nacen ese día, cuando ÉL pues descansa, no vigila y huyen de sed en sed por su delirio. Y, además, que ha de ser martes el 13 en que sabrán de mi vida por mi muerte”.
En un momento de su disertación, de pronto, el Dr. Quirarte es interrumpido por alguien de los asistentes para solicitarle cuente sobre los motivos que inspiran al poeta. La respuesta: “Gilberto Owen Estrada vivió hasta los 13 años en Rosario, Sinaloa, lugar de su nacimiento. Su madre, Margarita, fue de origen michoacano, pero de su padre no existen informes que ubiquen con exactitud de donde era, de ahí que el mismo Owen afirmaba que su padre era de origen irlandés y que tenía un parecido con William Cody, el legendario Búfalo Bill. Su madre antes, parió de un hombre llamado Rafael Guerra, a una niña a la que puso el nombre de Enriqueta, y después de Gilberto, a un niño al que nombró Guillermo, pero este murió. Ese sentimiento de orfandad, Gilberto lo dejó registrado en unos versos de su poesía más conocida Simbad el varado: “Dentro de ti, la casa, sus palmeras, su playa, el mal agüero de los pavos reales. Jaibas bibliopiratas que amueblan sus guaridas con mis versos. Y al fondo el amarillo amargo de Mazatlán por el que soplan ráfagas de nombres. Mas, si gritan el mío responden muchos rostros que yo no conocía o que borró una esponja calada de minutos, como el de ese párvulo que esta noche se siente solo e íntimo y que suele llorar ante el retrato de un gambusino rubio que se quemó en rosales de sangre al mediodía”.
En estos fragmentos, según afirmó el Dr. Quirarte, se dan a conocer datos valiosos sobre la niñez del poeta que confirman su personalidad mítica. También hizo saber que Owen refiere el mar amarillo de Mazatlán porque los chinos, pululantes en el puerto, y quienes llegaron en migraciones masivas a fines del siglo XIX, lo miraban demasiado.
De la vida personal, íntima del poeta, nos hizo saber que se enamoró de Clementina Otero, una hermosa dama que nunca le hizo caso, pero que él, en su afán de conquistarla le escribió muchas cartas, las cuales nunca fueron contestadas, sin embargo, nos hizo saber que Clementina si llegó a sentirse enamorada del poeta, pero no por su personalidad sino por lo que le decía en sus misivas.
También nos contó que el poeta emigró a Colombia, allá casó con una dama de buena posición, así salva su vida de la miseria, tiene dos hijos: Victoria y Guillermo, pero se cansa de esa vida y regresa a México, convive con poetas y escritores: Salvador Novo, Alí Chumacero, Rubén Salazar, Octavio Paz, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, entre otros; se enamora de una sobrina de solo 17 años, cuando él ya está llegando a los 40. Aquel romance también termina y vuelve a emigrar, ahora a los Estados Unidos. En Filadelfia ocupa un puesto diplomático, ello le permite cierta holgura, y su vida bohemia se intensifica hasta convertirlo en un dipsómano incorregible. Muere de cirrosis en aquella ciudad el 9 de marzo de 1952.
Muero de sin usted, es una de las poesías más bellas que le inspiró Clementina a Gilberto, por falta de espacio no pueda incluirla, pero queda la posibilidad de que la puedan leer; busquen sus libros y disfruten a este gran poeta sinaloense que vivió una vida muy intensa, y que escribió, según afirma el Dr. Quirarte en Simbad el varado y Perseo vencido los mejores poemas que fueron reflejos de su vida, de su talento y apasionada creación. También les sugiero adquieran el libro Invitación a Gilberto Owen, un excelente trabajo del Dr. Vicente Quirarte a quien hemos de agradecer nos incluya.
Seguimos exigiendo ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia! Para nuestro compañero y amigo Javier Valdez Cárdenas, falta detengan a los autores intelectuales, y saber por qué ordenaron su muerte.
*Autor de las novelas: Golpe a golpe y Por amor a Feliciana.
Artículo publicado el 10 de junio de 2018 en la edición 802 del semanario Ríodoce.