Con la propuesta de declarar autónoma a la Universidad de Occidente (UdeO), la institución iniciará un proceso complejo de transformación y se convierte en un botín para los partidos políticos, señalan especialistas.
Mencionan que la autonomía trae muchos beneficios en el aspecto académico, pero también riesgos porque al ya no tener el Gobernador en turno el control de la universidad, los partidos pueden intentar apoderarse de la institución.
El director de Asuntos Jurídicos de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Alfonso Carlos Ontiveros Salas, explicó que el primer paso para la autonomía es la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de Occidente en el Congreso del Estado, y el siguiente la solicitud ante el Gobierno Federal para que reconozca a la Universidad como pública.
El reconocimiento de parte de la autoridad federal es lo complejo, indicó, por el proceso tan exigente que se requiere para incorporarla al subsidio federal.
“El paso ante las autoridades federales, en este caso ante la Secretaría de Educación Pública, es que se le reconozca como universidad pública estatal, ese es el ingrediente más importante, porque teniendo esa calidad por parte de la Secretaría de Educación tendría ya la opción de ingresar al rango de participación de los subsidios federales.
“Ese proceso es muy lento porque está en la antesala un número importante de instituciones de educación superior pendientes de ser reconocidas por parte de la Secretaría de Educación Pública dentro del presupuesto que el Gobierno Federal autoriza para cada ciclo anual, ese es el proceso más complicado”, detalló.
La SEP, agregó, tiene que realizar una evaluación de las circunstancias que prevalecen en la institución para reconocerla como pública.
Una vez que obtenga el reconocimiento será contemplada en la asignación de recursos del Gobierno Federal, indicó.
Para el coordinador general de la Unidad de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UAS, Gonzalo Armienta Hernández, la autonomía que se otorgará a la UdeO, trae bastantes beneficios en el área académica y riesgos en lo político.
Con la autonomía, señaló, el Gobernador suelta el control de la Universidad y se puede convertir en carne de cañón para los partidos políticos.
“Cualquier partido va querer posicionarse en la UdeO cuando sea autónoma, pero espero que los maestros, los estudiantes, sean conscientes de que pueden votar por cualquier partido”, agrega.
“Las universidades somos carne de cañón para los partidos políticos, porque los partidos políticos no tienen ideología, desgraciadamente lo único que quieren es llegar al poder, cualquier partido político, llámese PAS, PRI, PAN, PRD”, mencionó.
En la UAS, abundó, históricamente los partidos han querido tener partidarios dentro de la institución, porque es un botín “muy jugoso” por la cantidad de alumnos y maestros con los que cuenta.
En alguna época, recordó, el Partido del Trabajo tuvo influencia y poder en la UAS, y en su momento el Partido Socialista Unificado de México y el PRD.
Armienta Hernández reconoció que actualmente el Partido Sinaloense, encabezado por el ex Rector, Héctor Melesio Cuen Ojeda, es el que tiene más influencia en la Universidad.
También te puede interesar: Pretenden autonomía limitada a la UdeO https://goo.gl/zxw4ZU
El catedrático negó que el PAS esté apoderado de la Universidad y la controle.
“En estos momentos, no podemos decir que no, el PAS es el que más influencia tiene dentro de la Universidad, pero porque los integrantes, muchos son universitarios, porque es un partido creado por un ex Rector; pero cuántos ex Rectores no habrán querido crear partidos dentro de la Universidad o aprovechándose de la Universidad y no lo han logrado”, expresó.
Armienta Hernández resaltó que en el ámbito académico, la Universidad de Occidente mejorará al tener autonomía.
La autonomía, manifestó, ha hecho que la UAS sea una universidad con buen nivel porque las decisiones se toman solo en beneficio de la institución y no de políticas gubernamentales ni partidistas.
“Desgraciadamente la Universidad de Occidente se ha convertido desde tiempo atrás en un resumidero de funcionarios fracasados, en donde los que no tienen posibilidad de ubicarlos dentro del Gobierno del Estado los mandan a la Universidad, eso ha hecho que baje el nivel académico en forma determinante”.
Con la autonomía, explicó, el Gobierno del Estado ya no debe tener injerencia en la Universidad y los universitarios ya no le deben nada al Gobierno, por lo tanto pueden tomar cualquier decisión sin tener que obedecer a políticas gubernamentales ni partidistas.
Lo más importante de la autonomía, detalló, es que la UdeO tendrá libertad de cátedra, los profesores podrán impartir desde cualquier visión académica o política, sin que haya un órgano externo a la Universidad que diga cómo deben de hacerlo.
Mencionó que los programas académicos deben de decidirse dentro de la Universidad por el Consejo Universitario y el contenido aprobarse por parte de los consejos técnicos.
Con la autonomía, las autoridades universitarias deben ser designadas por la propia universidad, por una junta de Gobierno en la que no participe el Gobierno Estatal.
“Hay una parte que es las más discutida de la autonomía que significa que si pueden ingresar a los recintos universitarios autoridades que pudieran ser de vigilancia externa o los militares; de ninguna manera, ser autónomo significa que hay una auto administración.
“Esto es que si alguna vez se comete algún ilícito dentro de la universidad, debe dar autorización el Consejo Universitario, que es la máxima autoridad, no el Rector, el Consejo para que ingresen a los recintos autoridades externas, como puede ser la policía o puede ser el Ejército”, detalló.
Las instalaciones, precisó, son propiedad de la Universidad o en el caso de la Universidad Nacional, son propiedad de la nación, pero no del Gobierno.
Artículo publicado el 21 de enero de 2018 en la edición 782 del semanario Ríodoce.
