La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) rindió un homenaje al escritor Carlos Monsiváis a cinco años de su muerte, con amigos y colegas como Elena Poniatowska, Rafael Barajas El Fisgón y Marta Lamas, quienes compartieron anécdotas y pensamientos del cronista de la colonia Portales.

La Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario fue el escenario que congregó a compañeros de Carlos Monsiváis (1938-2010), así como al público universitario que se unió a este homenaje.

La escritora Elena Poniatowska, galardonada con el Premio Cervantes 2013, leyó el texto que se leyó aquel día en Bellas Artes donde se brindó homenaje en cuerpo presente, cuando se puso encima del ataúd la bandera gay.

“Qué vamos hacer sin ti, tú eres el enfrentamiento más lucido al autoritarismo presencial, el enfrentamiento más lucido a las actitudes absurdas y de los lenguajes políticos, tú eres el enfrentamiento a nuestra clase política y a nuestra clase empresarial, tú confrontas decisiones y declaraciones tramposas e irreales”, expresó la autora de Sansimonsi.

Agregó que “tu mensaje esencial en 1985 durante los terremotos fue enseñarnos que a la hora de la desgracia podíamos organizarnos solos y hacerlo con más nobleza y eficacia que ninguna instancia gubernamental”.

Asimismo, dijo, Carlos fue la nobleza misma, el compromiso mismo, la defensa de los derechos humanos, la indignación y el llanto; “Tú que jamás decías groserías, ahora sí que no tienen ma…, qué vamos hacer sin ti Monsi, cómo vamos a entendernos, cómo vamos a comenzar el día sin tus llamadas telefónicas”.

Por su parte, el caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón” aseguró que a Carlos Monsiváis no le gustaban los homenajes, “así es que hacemos bien en homenajearlo para que no se burle de nosotros ahora”.

El monero afirmó que Monsiváis hizo muchas cosas en la vida, fue niño prodigio, fue un intelectual público, un crítico inclemente, un escritor polifacético y prolífico, un símbolo sexual atípico, un erudito multidisciplinario.

Además, “un filósofo mexicanista tardío, un activista comprometido con las causas más perdidas del país, un conocedor profundo de la literatura, el arte, la historia, el cine y los gatos; un forjador de frases célebres, un coleccionista incansable de grabados, libros y doctorados de Honoris Causa y un chismoso infatigable, fue todo esto y más”, concluyó El Fisgón.