La asistencia social del Gobierno es un engaño, denuncian
Durante 72 horas, al menos un centenar de indígenas y trabajadores del campo tomaron las oficinas locales de la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI) porque se consideraron engañados por las políticas públicas de rescate a sus comunidades.
“La CDI inventa la asistencia social a los pueblos indígenas. Los engaña. Cada delegado modifica la tramitología, reparte presupuestos, y finalmente incumple con las políticas públicas de la dependencia. En pocas palabras, cometen fraude tanto en contra de la dependencia que representan como hacia las personas a las que pregonan beneficiar”, denunció Silverio Díaz Ramón, delegado en Sinaloa de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas.
Jornaleros indígenas improvisaron un campamento con lonas y hules. Colocaron una cocina para preparar sus alimentos. Las oficinas y banquetas las utilizaron como dormitorios. Un camión de su propiedad también fue una alcoba rodante.
Durante la toma de oficinas, ninguna autoridad reportó incidentes. Tampoco el Gobierno del Estado amenazó con un desalojo policial, como acostumbra advertirlo cuando se entera de que la población se moviliza en contra de las instituciones.
Días antes de la toma, jornaleros indígenas habían marchado desde el Ayuntamiento hasta la oficina federal exigiendo el derecho a una vivienda digna y la obligatoriedad del gobierno para atender las demandas sociales. Demandaban una audiencia con el secretario de la comuna, Álvaro Ruelas Echave, pero el funcionario estaba ausente.
Ese día marcharon bajo el rayo del sol y a medio día. A su paso, gritaron consignas de repudio al ancestral atraso en que se han mantenido a las comunidades indígenas, pero nadie les prestó atención. Por eso, se replegaron a sus comunidades, y reaparecieron dispuestos a todo. Ya venían prestos a la toma y la consumaron.
“La organización va a buscar que los apoyos para los indígenas aterricen, lleguen a quien lo necesita y no se queden en las manos de los burócratas, en sus escritorios, o se gasten en proyectos que a nadie benefician y que solo generan mayor pobreza y marginación”, dijo Díaz Ramón.
Recordó que días antes de la toma y en un acto público la CDI simuló entregar los beneficios prometidos por el gobierno federal, pero los escamoteó.
“Eso es indignante y ofende que te quieran engañar”.
El dirigente campesino afirmó que en Sinaloa existen muchas comunidades indígenas afectadas por la simulación, pese a que se crearon instituciones para atenderlas.
“Pero lo que se vive en cada casa de un indígena es deprimente, porque este siempre es relegado y utilizado en campañas, en programas que nunca aterrizan. Todo es un engaño bien montado”.