Malayerba: Ocho dedos
El hombre se subió y le preguntó que si había sido muy duro para él. El taxista lo miró por el retrovisor y pensó que
El hombre se subió y le preguntó que si había sido muy duro para él. El taxista lo miró por el retrovisor y pensó que
Ella y él estaban esmerados en los preparativos de la boda. Emilio, el empleado del hotel que se encargaba de organizar todo, estaba también entusiasmado.
Les caía gordo y les debía varias. El caso es que a la hora de la hora todas se las cobraron y desde entonces no
Con la familia, no. Voy y te parto toda tu madre. Ya te dije: a mí lo que quieras y si me encuentras pues ya
Desde que estaba en la secundaria, su madre lo andaba persiguiendo: lo sacaba del grupo de jóvenes que se la pasaban fumando y que ya
Para Miriam Flores: monja irreverente y malayerbera El morro la invitó a salir y ella, de recorridos anchos por esas calles enlomadas, dijo que sí
Cuando se graduó, también lo hicieron sus padres. Licenciada en ciencias de la comunicación, con especialidad en periodismo. Era tanto el esfuerzo de unos y
En un ataque de celos, vio a su mujer cruzando la calle. Tan campante, tan segura, con ese donaire y el bamboleo. No soportó. Traía
Llegó a la ciudad y se instaló en una zona tranquila. Nadie lo conocía. Apenas había terminado de acomodarse y ya estaba en la iglesia,
Tomó ese camino porque le ahorraba cerca de tres horas de viaje. Conocía la zona y a los habitantes, así que no temió que fueran
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