Las decenas de muertos, desaparecidos y vehículos robados desde el 9 de septiembre, no es más que la consecuencia de no contar con una sociedad organizada, expresa Javier Llausás Magaña
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Tener una sociedad desorganizada es como contar con una orquesta en la que cada quien toca un instrumento con partitura diferente o un grupo de niños que juega a la pelota sin canasta o portería.
Y la violencia e inseguridad que se vive en Culiacán y en Sinaloa es a causa de esa organización, al menos en parte.
“Hoy vemos las consecuencias de no tener una sociedad organizada… Hay medios de comunicación que tienen asociaciones, la sociedad civil tiene cámaras empresariales, hay asociaciones de padres de familia, pero no ha habido una organización que integre todos esos esfuerzos”, expresa.
La sociedad necesita ser como una lupa, agrega, un instrumento que concentre todos los esfuerzos en un solo objetivo.
“Pero a veces nos gana ese egoísmo de no pensar en la colectividad… ¿Qué pasaría si todos tuviéramos un mismo plan, una misma partitura y la tocamos todos al mismo tiempo? Esa es la organización que está faltando”, subraya.
En Culiacán y en Sinaloa hay gremios, organizaciones, asociaciones civiles, IAP, expresa, pero nunca trabajan juntas.
“Entonces sí, está faltando una sociedad organizada, vertebrada, que una todos esos grandes esfuerzos. Porque sí hay ciudadanos ejemplares en todos los gremios, pero nunca los vemos juntos”, opina.
Poner rostro humano a las cifras
Llausás Magaña comenta que desde el 9 de septiembre se registran niveles de violencia e inseguridad “realmente espantosos”, tremendos a los que la sociedad no se debe de acostumbrar.
Días en los que asesinan más de 10 personas, roban hasta 20 vehículos y se registran más de 20 robos y asaltos en Culiacán, que se reducen a una cifra más en las estadísticas oficiales.
“Los robos de vehículos no son estadísticas, son familias o empresas afectadas. Los homicidios son familias fracturadas. No son cifras. Nada es cifra… Hay que ponerle rostro humano a las cifras, porque si las cifras las sintiéramos así, cambiarían”, subraya.
Las cifras son necesarias, argumenta, pero solo para conocer las tendencias y las acciones que se están haciendo para dar resultados.
“Esa actitud es la que debemos de cambiar. Rechazar todo tipo de violencia. Decir, esto no está bien. Detengamos lo que estamos haciendo. Paremos un momento porque es más urgente y más importante lo que le está pasando a nuestra sociedad”, indica.
El gran acuerdo
Javier Llausás Magaña adelanta el proyecto que presentarán el 5 de diciembre, llamado El gran acuerdo para la construcción de paz en Culiacán, que descansa en tres metas tendientes a mejorar la seguridad en el municipio: Cambiar la actitud, fortalecer las instituciones y crear una estructura social.
“¿Qué actitud se tiene que cambiar? Pues una actitud hacia los valores, hacia el compartir, el que me preocupe lo que a ti te pasa”, explica.
Poner un rostro humano a las cifras de homicidios y robo de vehículos.
“Una actitud a no acostumbrarnos. Del 9 de septiembre para acá hemos estado viendo niveles realmente espantosos, tremendos a los que no nos debemos de acostumbrar. Esa actitud es la que necesitamos. Rechazo a la violencia”, subraya.
La otra meta es el fortalecimiento de las instituciones.
“En lugar de denostarlas, criticarlas, pedirles más, es al revés. Es decirles en qué te apoyo, porque mis contribuciones me cuestan mucho. Es un dinero que no llevo a mi familia, es un dinero que con mucho gusto dedico a las instituciones de seguridad, de educación, de salud, pero necesito que haya transparencia”, explica.
El Índice de Paz Global que mide la paz en 162 países, ilustra, muestra que los más pacíficos son aquellos que tienen instituciones sólidas, un estado de derecho, una fiscalía, policías con un plan de vida y trabajo, con un proyecto de vida, policías que sus ascensos dependen de sus buenos resultados.
Estructura social
El director de Construyendo Espacios para la Paz se refiere a la estructura social como una parte importante que permita a las familias salir adelante, a los jóvenes elegir la profesión y un mercado de trabajo, liderado por empresas en favor de buenos empleos, justos y bien pagados.
“Yo creo que podemos formar esa estructura social, donde si a alguien le pasa algo todo mundo lo proteja… Porque no podemos ver que mueren 10 personas en un día, que se roben 20 vehículos, 30 negocios, y no ir con esas personas, no acompañarlas”, manifiesta.
Llausás Magaña considera que la persona que delinque proviene de un hogar de Culiacán, por lo que se tiene que revisar el sistema educativo y formativo en casa, y mejorarlo.
“Quienes delinquen vienen de un hogar nuestro. No nos engañemos. Quien hoy roba un vehículo salió de un hogar de Culiacán, no vino de otro estado ni menos de otro planeta. Vino de nuestro hogar”, señala.
Con los tres objetivos que se plantearán para organizar a la sociedad y buscar un cambio de actitud, explica, son para que Culiacán y Sinaloa puedan ser una de las ciudades más pacíficas de México en 2030, o uno de los 10 estados más pacíficos para el mismo año.
“Esa es la actitud que ocupamos…” subraya el director de Construyendo Espacios para la Paz.
Artículo publicado el 10 de noviembre de 2024 en la edición 1137 del semanario Ríodoce.