Un ejemplo de pasión y entrega por la prensa y la información

El sábado 15 se cumplieron ocho días de que Christophe Deloire, secretario General de Reporteros Sin Fronteras (RSF), nos dejó para descansar de las grandes tribulaciones que hoy aquejan al mundo, la libertad de prensa y el derecho a la información y a lo que se entregó con gran dedicación.

Desde hace más de 12 años lideraba el equipo de Reporteros Sin Frontera en su oficina central en París, Francia. Hoy a la ciudad luz le falta una y ese es Christophe, quien durante todos estos años dirigió de manera lúcida y apasionada los proyectos de una de las organizaciones históricas más aguerridas en la defensa de la libertad de la prensa en el mundo. Siempre se le veía en su oficina trabajando solo o acompañado de algunos integrantes de su equipo, pero igual pensativo, seguramente creando un nuevo proyecto que favoreciera a la información y al periodismo en el mundo.

Lo conocí en 2014 cuando vino a México por primera vez, tiempos muy difíciles para la prensa en México y para mí cuando recibí vía telefónica amenazas del crimen organizado de Michoacán; un hecho que no me gusta recordar porque me dejó una marca indeleble.

Días después de este hecho, Christophe estaba en México, junto a su corresponsal con una agenda apretada de reuniones con autoridades para exigir garantías para el periodismo en México, entre estas las de su corresponsal.

Dijo entonces a su regreso a París, “pude estar en contacto con periodistas de un valor admirable, que en nombre de los valores de su oficio y del bien común, ponen en riesgo su vida. Sin estas mujeres y estos hombres que honran a su país, México no podría escapar de los demonios del crimen organizado y de la corrupción”.

Hizo entonces su mejor esfuerzo por entender lo que pasaba en nuestro país y desde ese año México fue para RSF una prioridad hasta la fecha. Recuerdo haber platicado de varios temas con él. Le interesaba saber cómo se hacía periodismo en nuestro país en condiciones de riesgo, cuáles eras sus males y cómo RSF podía ayudar en ello.

Años después volvió por lo menos dos veces más, siempre le llamó la atención porqué en México se mataba a tantos periodistas y no pasaba nada; por ello su exigencia era siempre desde RSF, que la protección de los periodistas debía ser una prioridad entre otras grandes exigencias como la política pública y acabar con la impunidad. Muchos otros temas y preocupaciones comentamos en nuestros breves encuentros, pero su pregunta siempre fue ¿qué es de ti? ¿qué es de México?

Los cierto es que desde aquel marzo de 2014 sentí su compañía y siempre estuvo cerca sin decirlo, fue algo así como mi guardaespaldas, lo que agradezco inmensamente. Estoy segura que donde quiera que esté nos dará la fuerza y el coraje suficiente para continuar su tarea de defender la libertad de prensa y el derecho a la información, con la misma pasión y dedicación que él tuvo y en lo cual siempre coincidimos.  Le extrañaré enormemente, pero nuestra labor seguirá adelante, es lo que nos convoca y une a la distancia.

Artículo publicado el 16 de junio de 2024 en la edición 1116 del semanario Ríodoce.