Sequía: el Mazatlán de las tomas colectivas

jumapam tomas colectivas - copia

En el puerto hay 2 mil 143 tomas distribuidas en 32 asentamientos

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En su primer año de gobierno (agosto de 2017), el exgobernador Quirino Ordaz anunció con bombo y platillo que se reunió con el entonces director general de la Comisión Nacional del Agua, Roberto Ramírez, para dar seguimiento a los proyectos que darían viabilidad al abasto de agua y al desarrollo en Sinaloa.

Habían transcurrido apenas ocho meses de su gestión, y nadie dimensionaba entonces la magnitud de la inversión que haría para mejorar la infraestructura turística en Mazatlán, ciudad sede de sus hoteles.

Fueron cuatro años (del 1 de enero de 2017 al 31 de octubre de 2021) que representaron la antesala del crecimiento acelerado y desordenado del puerto, con el levantamiento de proyectos verticales, rehabilitación de avenidas como la Rafael Buelna y la inundable Camarón Sábalo, sin olvidar la avenida del Mar y el malecón como parte de la parafernalia del Tianguis Turístico (abril 2018).

Con el abastecimiento de agua asegurada para el sector turístico y las zonas residenciales que colindan con este corredor económico, Ordaz Coppel impuso su línea de trabajo a los alcaldes en turno.

Las cifras de la Jumapam

La Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán (Jumapam) reveló, a través de una solicitud de información, que actualmente se han autorizado 2 mil 143 tomas colectivas distribuidas en 32 asentamientos, la mayoría de la periferia.

La Jumapam indica que son seis colonias donde se cuenta con 13 tomas colectivas autorizadas con un cobro promedio de 104 mil pesos mensuales, y están ubicadas en Presas del Valle, Mundialista, Rafael Buelna, Paseo Alameda, Lomas del Porvenir y Lomas de Ébano.

En enero de 2024 el gerente de la Jumapam, Jorge González Naranjo, se reunió con más de 30 representantes de usuarios de tomas colectivas para informarles la puesta en marcha de un programa para darles facilidades de pago a quienes “tienen cuantiosos adeudos”.

El objetivo, se les dijo, era abatir la cartera vencida, por lo que “se les hizo conciencia de los costos de producción que implica llevar el agua a cada uno de los hogares mazatlecos y por qué es tan importante mantenerse al corriente en sus pagos, de lo cual dependerá seguir dotándolos del servicio de agua potable”.

En esa reunión se dio cuenta de la existencia de 72 tomas colectivas registradas, es decir 59 más de las reportadas al 17 de mayo.

Tomas colectivas hasta para 20 usuarios

El número de usuarios de una toma colectiva varía dependiendo de la autorización otorgada por la Jumapam, explicó el gerente.

“Generalmente son de 10 a 20, entonces empiezan a llegar más personas y les empieza a subir el consumo, entonces es un tema ahí que traen todos los habitantes, porque (dicen), ‘me está llegando demasiado’, pero lo que pasa es que están permitiendo que se conecte gente para la cual no fue autorizada la toma”, explicó.

Respecto a las características de los usuarios, el gerente indicó que se trata de “temas sociales”, es decir precaristas que se posesionan de un predio sin certeza jurídica.

Dijo que el 80 por ciento de las tomas colectivas se ubican en invasiones.

“El resto son porque están en proceso de regularización, no podemos saber que ya sean invasiones porque ya hay una certeza jurídica, ya nada más están terminando los trámites y esperando que se concreten los proyectos de introducción de red”.

Con relación a los fraccionamientos que se mencionan en la información obtenida vía acceso, dijo que éstos pueden ser una referencia, y que una toma colectiva es cuando no hay servicio de red y que los fraccionamientos deberían contar con ésta.

El criterio para cobrar a cada usuario por el consumo, explicó, es a través de la instalación de un medidor y el cobro varía dependiendo del número de usuarios conectados.

Jumapam instala la toma, y cada usuario deberá invertir en la tubería para hacerla llegar a su domicilio, pero muchas veces utilizan material inadecuado que se daña.

La crisis hídrica

Sandra Guido, directora de Conselva, encabeza la campaña “Para que el agua alcance” que tiene como objetivo incrementar la captación de agua y sensibilizar a la población respecto a su uso eficiente y responsable.

Es preocupante, dijo, que ante este problema no haya pasos claros por parte de las autoridades para resolver la crisis.

Mazatlán cuenta con la única presa, la Picachos, con suficiente agua, “estamos con el 70 por ciento de agua, gracias a que no estamos usando toda el agua que se está planeando usar, porque el distrito de riego que en este momento se está construyendo tiene concesionada el 75 por ciento del agua de la presa”.

Para Mazatlán se concesionó el 22 por ciento del agua de la presa Picachos, que está destinada a uso público urbano y se va a compartir con Concordia, que también es uso público urbano, y el 3 por ciento está concesionado al gasto ecológico.

Consideró que la ciudad tiene que trabajar en reducir el desperdicio de agua. “Tenemos una eficiencia física del 40 al 50 por ciento, es decir que de cada 10 litros que salen de la presa Picachos, solamente se facturan cuatro”, expuso, “Tenemos infraestructura obsoleta, resquebrajada en muy mal estado y así no se puede tener eficiencia en la distribución del agua hacia las ciudades, se tienen que hacer inversiones significativas, multianuales para nuestra infraestructura hídrica por un lado y por el otro lado apoyar a los agricultores”, dijo.

Artículo publicado el 19 de mayo de 2024 en la edición 1112 del semanario Ríodoce.

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