El coordinador ejecutivo de la zona 01 del sistema Colegio de Bachilleres de Sinaloa, Ascensión Zepeda Perea confirmó que al interior del plantel 117 del ejido Mochis, en el municipio de Ahome, ocurre un conflicto laboral que ha afectado al estudiantado y pone en riesgo la conclusión del semestre, entrampada la solución posible.

No obstante, la institución mantendrá la oferta de reubicación del auxiliar administrativo Marcial Guadalupe Pompa Verdugo a la sede 02 en donde puede desarrollarse profesionalmente dada su especialidad, concursar por horas-clase y aspirar a un cargo directivo, lo que no podría suceder en una sede foránea con 143 estudiantes, además de una compensación por el cambio de adscripción.

La oferta laboral se realizó antes que sea afectado en el empleo. “No es de intención de la institución afectarlo laboralmente, sino respetarle todos sus derechos de trabajador, y por ello se le propuso el cambio. Él lo había aceptado en un principio, pero al cerrar el compromiso lo desechó, aduciendo que se quedaba en la escuela por continuar apoyando a los estudiantes”.

Zepeda Perea reconoció que este tiene una relación afectiva con los estudiantes que lo ven bien.

Dijo que esta sería la razón por la que los estudiantes se pusieron de su lado al llegar la directora Dalia Guadalupe López Alcántar quien suplió al ahora ex director por renuncia voluntaria.

Comentó que el conflicto estalló cuando llegó la nueva funcionaria al ser reubicada por un conflicto previo con el sindicato de trabajadores y comenzó a hacer cambios de rutinas del personal, conforme a sus atribuciones, retornando a Pompa al cargo de auxiliar administrativo y retirándole la asignación de encargado de orden (prefecto) que directores anteriores le concedieron. Además, en la semana del 15 de enero al 22 de enero, en que se da la renuncia, el prefecto se postuló a director, intención que le fue rechazada por ser requisito haber pertenecido a la academia, requisito que incumplía.

Dos días después del rechazo, Pompa comenzó a remitir informes acusando hostigamiento laboral que a través del tiempo se convirtió en actitud hostil del estudiantado hacia la directora.

En reuniones de negociación del fin del conflicto, se pidió al alumnado y a los padres de familia interponer las denuncias adjuntando pruebas de un supuesto tabaquismo de la funcionaria, hecho que podría derivar en el cese, pero hasta este martes, no había queja formal, a excepción de las pancartas que se colgaban en el cerco de la escuela.

Los estudiantes también comenzaron a abandonar las clases como presión para que la directora sea reubicada, pero ello derivó en incumplimiento de las horas-clase y el riesgo de perderse el semestre por inasistencia. Para evitarlo, informó que se diseñaron estrategias para salvar el semestre y que los alumnos de tercer grado reciban su certificado.

Zepeda Perea dijo que las la incapacidad médica de la directora, las clases en el Cobaes 117 se normalizaron, pero reconoció que está latente el reavivamiento del conflicto a su retorno.

“No es nuestra idea afectar a las partes, y por ello continuaremos dialogando hasta encontrar una solución. Nadie debe de perder en este caso”.

Zepeda Perea confirmó lo dicho por padres de familia, estudiante y afectado, en nota previa, que se habían sucedido reuniones con estos, pero negó haberlos atacado u ofendido, por no ser esa su formación como activista.