Desde la primera semana de septiembre, la sierra de El Rosario, en Sinaloa, ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos rivales que mantienen azorada a la población y han cobrado la vida de al menos cuatro personas.
El Pueblo Mágico de El Rosario ha visto trastocada su tranquilidad a causa del conflicto entre grupos criminales que hizo crisis el 8 de septiembre, fecha en la que una balacera que se prolongó durante varias horas entre Matatán y La Batanga, dejó como saldo, de acuerdo al reporte oficial, a dos hombres muertos en el lugar de los hechos, y otro que fue llevado con heridas de gravedad a Mazatlán y que perdió la vida horas después.
El ministerio público aseguró cuatro vehículos, entre ellos uno blindado. El inventario de lo asegurado incluye equipo táctico.
Con poblados “calientes” como Las Negras, Durango, las inmediaciones de la presa Santa María, el nuevo pueblo de Santa María, Tecomate, Palmarito, La Rastra y Matatán, las fuerzas federales integradas por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), adscrito al Octavo Batallón de Infantería y Novena Zona Militar, mantienen al día de hoy, presencia permanente para dar seguridad a la población en coordinación con la Guardia Nacional y policías estatales y municipales.
La aparente calma que se vivió después de ese hecho tuvo eco en el puerto de Mazatlán, donde tres familias bajaron de la sierra bajo el amparo del Ejército a bordo de dos camionetas, pero al llegar a la ciudad una de éstas se desvió para continuar por cuenta propia sin saber que era seguida por sus agresores.
El saldo del ataque, fue una persona privada de la libertad, dos menores de edad con heridas de bala, y una niña de tres años que fue abandonada en una gasolinera y entregada a su madre.
El secretario de Seguridad Pública de Mazatlán, Jaime Othoniel Barrón Valdez informó que se trató de un ataque directo a la familia que viajaba a bordo de una camioneta de redilas.
La agresión fue perpetrada en la colonia Esperanza, por la calle Emiliano Zapata.
Dijo que se trata de un caso que compete a la federación y que probablemente se trató de un evento relacionado con la delincuencia organizada.
Lo que no se dijo
En medio del hermetismo, trascendió que una de las tres familias que bajaron de la sierra rosarense dejó la entidad al considerar que su integridad estaba en riesgo.
La causa de las agresiones y enfrentamientos son atribuibles a las rencillas internas de los grupos delincuenciales.
Dichos pleitos rompieron de nuevo con la supuesta tranquilidad de la sierra seis días después.
El 18 de septiembre, el Ejército confirmó el saldo de un nuevo enfrentamiento entre civiles.
A solo un kilómetro del sitio donde se construye la presa Santa María, una persona perdió la vida a causa de impactos de bala.
Alrededor de las cuatro de la mañana, personal de la Fiscalía General del Estado ya había levantado el cuerpo sin identificar e iba rumbo al puerto de Mazatlán.
Las autoridades federales, estatales y municipales reforzaron los patrullajes de reconocimiento para descartar que hubiera más muertos.
Se especuló que serían más de una docena los cadáveres que arrojaría la refriega, pero no fueron localizados, y si los hubo, se cree que los mismos integrantes de los grupos en conflicto se los llevaron.
Este nuevo enfrentamiento alertó a los pobladores de la sierra que no tardaron en reportar las detonaciones de arma de fuego que empezaron a escuchar en Santa María.
Por la noche ya no se escucharon más disparos ni se había visto gente armada.
El martes, el comandante del Octavo Batallón de Infantería, Óscar Zavala Barrera, informó que mantenían la presencia en el área para dar seguridad a la población civil.
Miércoles, reportes falsos
Si bien todavía no se terminaba de digerir la noticia de la reciente balacera en Santa María y la persona que perdió la vida, los rumores de presuntas balaceras en las comisarías aledañas a la cabecera municipal alertaron a la gente.
A unos les llegó el mensaje vía WhatsApp poco antes de las 10:00 horas, en el sentido de que había una balacera en Copales “y se presume vengan a la ciudad”.
Aunque la versión no fue confirmada, algunos padres de familia optaron por ir a recoger a sus hijos a los planteles educativos.
A otras personas les llegó el rumor de que había sido en el poblado de El Matadero y a otros en La Pedregosa.
Lo cierto es que el Ejército realizó recorridos y habló con algunos pobladores, pero nadie reportó la presencia de grupos armados ni disparos.
El comandante del Octavo Batallón de Infantería, coronel Óscar Zavala Barrera, informó que en El Matadero se realizaron patrullajes en las inmediaciones de la escuela primaria Rafael Jiménez, donde las actividades se desarrollaban de manera normal.
En un acercamiento con los pobladores del lugar, dijo, se corroboró que no se había suscitado ningún problema.
Hasta el cierre de esta edición las autoridades no habían recibido denuncias de que la población haya visto gente armada ni se habían escuchado disparos en las poblaciones, “solo rumores como los de los poblados de El Matadero y La Pedregoza, donde el ejército mantenemos presencia, y la población realiza sus actividades de manera cotidiana. No ha habido nada las actividades son normales”, aseguró el Zavala Barrera.
El jueves, los militares se mantuvieron durante todo el día en La Pedregoza, y los reportes continuaban siendo sin novedad. El viernes continuaron en el área.
En medio de un clima de incertidumbre entre los residentes de la zona serrana y la cabecera municipal, la ciudad se prepara para celebrar el Día de Nuestra Señora de El Rosario, festividad a la que se prevé asistan alrededor de 65 mil personas, el primer domingo de octubre, aunque las actividades religiosas iniciaron el viernes 22 con la concentración de feligreses en el Templo Sagrado Corazón de Jesús, donde inició el novenario a las 5:10 horas.
Artículo publicado el 24 de septiembre de 2023 en la edición 1078 del semanario Ríodoce.
