La última de las reservas declaradas de armas químicas de Estados Unidos fue destruida en una instalación militar del este de Kentucky, anunció la Casa Blanca, un hito con el que se cierra un capítulo bélico que se remonta a la Primera Guerra Mundial.
Trabajadores del Depósito Blue Grass del Ejército en Kentucky destruyeron cohetes llenos de agente neurotóxico GB, completando una campaña de décadas para eliminar un arsenal que para fines de la Guerra Fría sumaba más de 30 mil toneladas.
Estados Unidos enfrentaba un plazo que vencía el 30 de septiembre para eliminar las armas químicas que aún tenía, de acuerdo con la Convención sobre Armas Químicas, un tratado internacional que entró en vigor en 1997 y al que se adhirieron 193 países.
Las municiones destruidas en Kentucky eran los últimos 51 mil cohetes M55 con el agente neurotóxico GB, una toxina letal también conocida como sarín que habían estado almacenados en el depósito desde la década de 1940.
“Por más de 30 años, Estados Unidos ha trabajado incansablemente para eliminar nuestro arsenal de armas químicas”, declaró el presidente Joe Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
“Hoy, me enorgullece anunciar que Estados Unidos ha destruido de forma segura la última munición de ese arsenal, lo que nos acerca un paso más a un mundo libre de los horrores de las armas químicas”.
La destrucción de estas armas es un punto de inflexión para Richmond, Kentucky, y Pueblo, Colorado, donde un depósito del Ejército destruyó los últimos de sus agentes químicos el mes pasado.