Se infiltra la DEA en la facción de Los Chapitos y el Cártel de Sinaloa

LA RED DE LOS CHAPITOS.

La intervención del gobierno de EU en la organización criminal reveló asesinatos de los hijos del ‘Chapo’ Guzmán, utilización de criptomonedas para lavar el dinero y corrupción

La Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) dio a conocer que se infiltró desde mediados de 2021 en la red de la facción de Los Chapitos y el Cártel de Sinaloa, obteniendo un “acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización”.

La información obtenida por la incursión de agentes de la DEA en la organización criminal controlada por los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, así como de testigos protegidos, que forma parte de las demandas presentadas el viernes, reveló los asesinatos de policías de la PGR y de rivales, perpetrados por Iván Archivaldo y su hermano Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el uso de criptomonedas para lavar dinero, actos de corrupción y el modus operandi en la fabricación y tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

“Los Chapitos fueron pioneros en la fabricación y el tráfico de fentanilo, la amenaza de drogas más letal que nuestro país haya enfrentado jamás, lo inundaron en los EU durante los últimos ocho años y mataron a cientos de miles de estadounidenses. Durante el último año y medio, la DEA se infiltró proactivamente en el Cártel de Sinaloa y la red Chapitos, obtuvo un acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización y los siguió por todo el mundo”, dijo Anne Milgram, administradora de la DEA.

Parte de esa información está incluida en la acusación contra Los Chapitos y 25 integrantes más de esa facción y del Cártel de Sinaloa, presentada por la Corte del Distrito Sur de Nueva York, y la cual fue anunciada el pasado viernes por fiscales estadounidenses como parte de la estrategia para combatir el tráfico de fentanilo, al que le atribuyen decenas de miles muertes por sobredosis cada año.

En el documento de 65 páginas, se señala a Ovidio Guzmán López, el Ratón, capturado el 5 de enero de 2023 en la sindicatura de Jesús María, como el cabecilla de Los Chapitos e iniciador en 2014 de la fabricación del fentanilo, mientras que sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, son responsables de la seguridad de la facción. Los tres lideran una red del Cártel de Sinaloa que opera en Sinaloa, otros estados del país, con socios en China, Guatemala y Estados Unidos.

“Los Chapitos usan su poderoso aparato de seguridad para demoler negocios que no los apoyan, capturar territorios en disputa, intimidar a civiles y atacar a las fuerzas del orden. Esta violencia implacable ha provocado un derramamiento de sangre desenfrenado y ha cobrado la vida de innumerables personas en México y los Estados Unidos. El Cártel también depende de la corrupción y los pagos de sobornos para proteger las rutas de tráfico de Los Chapitos, proteger a los miembros del Cártel y ayudar a que los miembros del Cártel eviten ser detectados y arrestados”, señala.

La acusación, que se suma a dos más presentadas en el Distrito Norte de Illinois y Distrito de Columbia, incluye a Óscar Noé Medina González, el Panu; Néstor Isidro Pérez Salas, el Nini; Jorge Humberto Figueroa Benítez, el 27; Liborio Núñez Aguirre, el Karateca; Noel Pérez López, el Tío; Samuel León Alvarado, Luis Javier Benítez Espinoza, el Catorce; Alán Gabriel Núñez Herrera, Juan Pablo Lozano, el Camarón; Carlos Limón, Jesús Tirado Andrade, Carlos Omar Félix Gutiérrez, Silvano Francisco Mariano, el Rayo; Julio Marín González, Mario Alberto Jiménez Castro, el Kastor; Sergio Duarte Frías, Ana Gabriela Rubio Zea, Gaby; Kun Jiang, Yonghaowu, Tim, Yaqinwu, alias Lirio y Huataoyao, alías Yao.

Además de Leobardo García Corrales, Leo; Martín García Corrales, Tano y/o Cachuchas; Humberto Beltrán Cuen, Don Chino y Anastacio Soto Vega, Tachín.

El fortalecimiento de Los Chapitos

La información menciona que la facción de Los Chapitos, se fortaleció a partir de la captura del Chapo Guzmán en 2016, y entró en conflicto con otras del Cártel de Sinaloa debido a que no los apoyaron en los hechos violentos del 17 de octubre de 2019, conocidos como el “Culiacanazo”, cuando el Ejército capturó y liberó a Ovidio Guzmán.

Dentro de la estructura de la facción —según la acusación—, Ovidio Guzmán es el líder, mientras que Iván Archivaldo, hijo mayor del Chapo, encabeza el “aparato de seguridad, comanda a los sicarios integrados al grupo de los Ninis, que lidera Nestor Isidro Pérez Salas, el Nini y Jorge Humberto Figueroa Benítez, el 27, quienes a su vez están bajo las órdenes de Óscar Noé Medina González, el Panu.

Iván y su hermano Alfredo, a cargo de los Ninis, “cometen actos de violencia para proteger y promover las operaciones y posesiones, y han ordenado y perpetrado personalmente actos de violencia, incluido el secuestro y asesinato de agentes de la extinta Procuraduría General de la República y narcotraficantes rivales”.

El documento señala que, en un rancho de Iván Archivaldo, ubicado en Navolato, los Ninis llevaban para interrogar a las personas que capturaban, incluidos traficantes rivales, trabajadores de otras facciones del Cártel de Sinaloa y funcionarios que se negaron a facilitar sus operaciones.

“Una vez que se obtuvo información de estos cautivos, generalmente a través de la tortura, estos individuos fueron asesinados, ya sea bajo la dirección de los mismos Chapitos, y los cuerpos se desecharon en toda el área”.

Dos de esos crímenes ocurrieron a principios de 2017, cuando los Ninis secuestraron a dos agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), los llevaron al rancho de Navolato, donde los torturaron y posteriormente los asesinaron.

El primer agente, señala la acusación, fue secuestrado cuando salía en su vehículo del aeropuerto de Culiacán y asesinado por los hermanos Guzmán Salazar al día siguiente. El segundo fue capturado en otra fecha.

En mayo de 2017, los hermanos Guzmán Salazar, el Panu y el Nini, capturaron a tres miembros de Los Zetas en la zona serrana entre Sinaloa y Durango, los torturaron para obtener información, “incluso con electrocución” y luego los asesinaron.

El rol de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias Alfredo, dentro de la facción de Los Chapitos, indica el documento, también es la seguridad de las operaciones, así como “traficante y precursor del fentanilo, participó en la tortura de narcotraficantes rivales con el propósito de obtener información sobre la infiltración de otras organizaciones en su territorio y ordenó fusilar a un individuo que le había robado drogas”.

De acuerdo a la información los Ninis, brazo armado de Los Chapitos, recibieron entrenamiento estilo militar en múltiples áreas de combate, incluida la guerra urbana, armas y tácticas especiales y competencia de francotiradores.

“A medida que se mudaban a nuevos territorios, los sicarios del Cártel leales a Los Chapitos usaban el mismo tipo de violencia generalizada que había permitido al Cártel asegurar el control en Sinaloa. Esta violencia incluía secuestros, torturas y merodeo de narcotraficantes rivales, traficantes y funcionarios del gobierno… entre 2016 y 2022 estos sicarios ‘limpiaron’, en otras palabras, secuestraron, torturaron y mataron a narcotraficantes rivales y funcionarios gubernamentales, en Coahuila, Michoacán, Sonora, Tamaulipas y Chihuahua… áreas importantes y estratégicamente ubicadas con el fin de mantener el control sobre la posición del Cártel como el tráfico de drogas dominante organización en México”.

Cártel de Sinaloa, sí fabrica fentanilo

Contrario a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la demanda presentada por la corte de Nueva York, se señala que la facción de Los Chapitos elabora fentanilo en laboratorios ubicados en zonas serranas de Culiacán, en ranchos, viviendas e incluso bajo tierra, y que los precursores químicos para elaborarlos los compra en China directamente o través de intermediarios, para luego contrabandearlo en vehículos, “mulas”, túneles, aviones hacia escondites en áreas metropolitanas en el sur de California, El Paso, Phoenix, Nueva York y otros destinos de la costa este de EU.

“En 2019, Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, el Panu y el Nini, se reunieron en México para discutir la adquisición de precursores de fentanilo de China para su uso en la fabricación de fentanilo del Cártel. dUrante la reunión, Iván identificó qué traficantes serían los principales responsables de la importación de precursores, y Jesús Alfredo recomendó aerolíneas particulares para esa importación, promocionando las conexiones de Los Chapitos en las aduanas mexicanas que permitirían la entrada de los productos químicos en llegada”.

Para traficar la droga, añade, el cártel le apuesta a la imposibilidad de las autoridades para inspeccionar cada artículo que cruza la frontera, y también busca explotar la corrupción en ambos lados. “Antes de un negocio de pastillas de fentanilo en los EU, Ovidio Guzmán López habló con Liborio Núñez Aguirre, alias Karateca, y afirmó que pagaría a la policía entre Culiacán y Tijuana para asegurar que las pastillas de fentanilo se pudieran mover sin problemas”.

IMAGEN QUE FORMA PARTE DE LA DEMANDA.

“El Cártel puede comprar aproximadamente un kilogramo de precursor de fentanilo de China por aproximadamente 800 dólares. A su vez puede fabricar aproximadamente 415 mil pastillas de fentanilo, o cuatro kilógramos de polvo de fentanilo…. Los Chapitos, por lo tanto, pueden obtener una ganancia que oscila entre aproximadamente 200 y 800 veces la cantidad que les cuesta comprar los precursores químicos”.

La DEA señala como responsables de operar los laboratorios clandestinos a Carlos Limón, Jesús Tirado Andrade, Silvano Francisco Mariano, Carlos Omar Félix Gutiérrez, estos dos últimos se encuentran detenidos. De acuerdo a las autoridades estadounidenses en un solo día, los “cocineros” que elaboran la droga, pueden producir más de 100 mil píldoras.

“En la primavera de 2022, Ovidio Guzmán señaló que estaba trabajando para centralizar toda la fabricación de fentanilo en Sinaloa, estableciendo efectivamente un monopolio para el Cártel sobre el mercado de fentanilo en México. Como parte de ese esfuerzo, el Cártel está tratando de fabricar el fentanilo más potente y venderlo en los Estados Unidos al precio más bajo”, indica.

Para probar la pureza del fentanilo, agregó, además de hacerlo dentro de los laboratorios, el Cártel de Sinaloa recurre a “métodos más toscos y peligrosos”.

Dice la acusación:

“El Nini, y Jorge Humberto Figueroa, por ejemplo, han probado el fentanilo en individuos que estaban atados, y tres cocineros en un laboratorio de fentanilo que controlaban, murieron después de tomar muestras del producto. Más recientemente, en 2022, Pérez Salas y Figueroa Benítez experimentaron con una mujer a la que se suponía que iban a disparar. Sin embargo, en lugar de dispararle le inyectaron repetidamente una potencia más baja de fentanilo hasta que finalmente sufrió una sobredosis y murió”.

El fentanilo, agrega, llega a EU en ocasiones mezclado con otras drogas o disfrazado como píldoras recetadas legítimamente, y los usuarios desconocen que lo están ingiriendo.

Criptomonedas para ‘lavar’ dinero

De acuerdo al documento, el Cártel de Sinaloa tiene una red criminal que abarca casi todas las ciudades importantes desde Nueva York hasta Buenos Aires, con presencia en más de 45 países en todo el mundo.

Las ganancias que se obtienen de la venta de drogas, señala la demanda, aun cuando anteriormente dependía de los envíos en efectivo de los Estados Unidos, debido al riesgo que actualmente implica dicho método, han recurrido a esquemas de lavado de dinero, como la creación de cuentas bancarias extraterritoriales, bienes raíces, bienes físicos y monedas digitales.

En el esquema se menciona como principales operadores a Mario Alberto Jiménez Castro, Kastor, Mario Marín González y Sergio Duarte Frías, estos dos últimos se encuentran detenidos.

“Uno de esos esquemas, operado con el apoyo de Iván Archivaldo… es una operación de lavado de dinero basada en el comercio dirigido por Julio Marín González, quien posee varias tiendas de teléfonos celulares en México, incluso en Culiacán y Mazatlán. Después de pagar a los traficantes del Cártel en pesos mexicanos, ordena a los mensajeros usar las ganancias de las drogas para comprar teléfonos celulares al por mayor en los EU. Luego, los teléfonos se pasan de contrabando a México y se entregan a las tiendas de teléfonos celulares de Marín González, donde vende los teléfonos celulares a un precio inflado”, detalla.

“El Cártel también utiliza operaciones de lavado de dinero basadas en criptomonedas para garantizar que las ganancias generadas por la venta de su fentanilo en los EU se entreguen al Cártel en México. Por ejemplo, Mario Alberto Jiménez y Sergio Duarte, quienes reportan a Iván Archivaldo operan una organización de lavado de dinero con sede en la ciudad de Nueva York, Boston, Denver, Nashville, Omaha y Salt Lake City. Desde al menos agosto de 2022 han ordenado a las personas que recojan dinero de varios traficantes en los Estados Unidos y luego lo depositen en varias billeteras de criptomonedas controladas por Duarte Frías u otros miembros de alto nivel de su organización”, menciona.

“Alternativamente, una vez que los ingresos del fentanilo se depositan en billeteras de criptomonedas, esa criptomoneda también se puede usar directamente para comprar fentanilo adicional, sin la necesidad de convertir la criptomoneda nuevamente en efectivo, y entre agosto de 2022 y febrero de 2023, los mensajeros con sede en EU, actuando bajo la dirección de Jiménez Castro y Duarte Frías, recuperaron más de 869 mil dólares en ganancias de narcóticos, que luego se lavaron a través de criptomonedas”.

Las demandas

Los cargos por tráfico de fentanilo, armas y lavado de dinero contra Los Chapitos y 25 personas más se presentaron en el Distrito Sur de Nueva York, mientras que la demanda del Distrito Norte de Illinois por cargos de narcóticos, lavado de dinero y armas de fuego son en contra de Iván y Alfredo Guzmán Salazar, y Ovidio y Joaquín Guzmán López.

La Corte del Distrito de Columbia presentó cargos de narcóticos, armas de fuego y represalias de testigos contra Néstor Isidro Pérez Salas, alias Nini, supuestamente uno de los principales sicarios o asesinos de Los Chapitos.

“Las acusaciones envían un mensaje claro a los Chapitos, al Cártel de Sinaloa y las redes criminales de drogas en todo el mundo, de que la DEA no se detendrá ante nada para proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos y la seguridad y la salud del pueblo estadounidense”, dijo Anne Milgram.

Artículo publicado el 16 de abril de 2023 en la edición 1055 del semanario Ríodoce.

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